martes, 2 de mayo de 2017

Golpear al Aeon 13



Golpear al Aeon 13

Dice el Maestro Samael:

“Todo Adepto realiza, si así́ se lo propone, los Doce Trabajos de Hércules; raro es el que se atreve a golpear en el Aeón Trece”.
 Pistis Sophia develado. Samael Aun Weor.

Y precede el anterior texto:

“El Treceavo Aeón, más allá́ de las Doce Puertas, es Ain, es Sat, el inmanifestado. Golpear en la Puerta Trece equivale a ingresar en el seno del Eterno Padre Cósmico Común cuyo nombre hebraico es Aelohim.
Todo Iniciado debe integrarse previamente con Elohim antes de integrarse con Aelohim.
Cada uno de nos tiene su Elohim interior. El Elohim interior es el Ser de nuestro Ser.
El Elohim interior es nuestro Padre- Madre.
El Elohim interior es el Rayo que emana de Aelohim.
Aelohim es el Omnimisericordioso, el Eterno Padre Cósmico Común, el Espacio Abstracto Absoluto”.

Pistis Sophia develado. Samael Aun Weor.


Los gnósticos valentinianos autores del Pistis Sophia o la Biblia Gnóstica, buscando la respuesta a ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos? Y siendo seguidores de San Valentín de quien se dice fue discípulo de un discípulo del mismo Pablo de Tarso: “Clemente de Alejandría (S. II), aseguraba que Valentín, uno de los principales representantes del gnosticismo, se declaraba discípulo de Tadeo, discípulo a su vez del mismo Pablo”. De modo que los valentinianos configuraron una teología, cosmología y antropología, donde hallar las respuestas, en dicha configuración se encuentran los 30 aeones emparejados entre ellos habiendo eones masculinos y femeninos. Siendo la primera tétrada de aeones la siguiente:

Masculino:                Femenino:

Abismo insondable   -     Silencio

Mente               -          Verdad

Palabra             -              Vida

Antropos             -              Iglesia



Siguen luego las siguientes parejas de aeones: profundidad y fusión, doncel y unión, autoengendrado y placer, inmovile y mixtura, ungenito y bienavnturanza, consolador y fe, paterno y esperanza, materno y amor, impetuoso y entendimiento, eclesiástico y bienaventuranza, ordenado y Sofía. (orden eonico de los valentinianos según investigación de los esenios).

De modo que golpear al Aeon 13, significa adentrarse en: la palabra y la vida, la mente y la verdad, el abismo y el silencio. 



Uno se integra con Elohim al entrar en la palabra y la vida, y se adentra en Aelohim al introducirse en la mente y la verdad, para finalmente llegar al abismo insondable del espacio abstracto absoluto y su silencio.

Detrás del verbo creador de los dioses o Elohim, existe la mente universal, la mente unitotal, o la mente Cristo donde hallamos la unidad múltiple perfecta. Nuestra mente interior tiene acceso a la mente divina, mediante la conciencia superlativa del Ser. Tal mente es el mismo Darmakaya o cuerpo de la verdad. Pocos, muy pocos se atreven a golpear al aeon trece, para encontrar la verdad absoluta, pues ello significa la completa disolución de nuestra mentira, de nuestra falsedad, de la ilusión de nuestro querido ego personal.

Hay que comprender por nuestra parte toda nuestra cosmología, teología, antropología, ontología, etc. de un modo practico, de tal modo que por sí mismos debemos evidenciar y comprobar, como estamos hechos a imagen y semejanza de nuestro creador. De tal modo que nosotros mismos debemos comprobar como nuestro Ser lo es todo y en él se da el origen de nuestra vida, partiendo del abismo insondable, para ir fecundando desde la mente a la propia palabra, la vida y la creación.

Atentamente:

Rafael Pavía. 02/05/2017


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