martes, 21 de febrero de 2017

El camino del Amor hacia la libertad.

El camino del Amor hacia la libertad.

El camino del amor nos lleva hacia la auténtica libertad, porque cuando uno ama se disuelve su egoísmo y su voluntad propia, por lo que queda al amparo de lo amado. Así podemos pensar que cuando amamos a algo o a alguien, quedamos sometidos y esclavizados por aquello o ese alguien; eso es así cuando amamos cosas y personas, porque la pregunta es ¿qué nos ofrece lo que amamos?, si es un objeto como un coche, pues no más que nos ofrece lo que el coche nos puede dar, y si amamos a una persona nos planteamos lo mismo ¿qué nos ofrece la persona? Cada persona puede ofrecer cuestiones diferentes según posesiones y su nivel de Ser.


El camino del Amor, no puede detenerse en las cosas y las personas, pues el amor verdadero es ilimitado y absoluto, es universal. El amor nos lleva de vuelta hacia nuestros orígenes primordiales, pues el amor no queda atrapado en el mundo de las formas o los sentidos corporales, el amor se ubica en lo profundo e ignoto de nuestro Ser. Amar es despertar a la verdad, y la verdad nos muestra el origen de nuestro cuerpo y mente, así como el origen del universo, pues quien llega a conocerse a sí mismo descubriendo su atentica verdad, descubrirá como ha sido creado él y el universo mismo, pues de ese modo se cumple la máxima de que: Tal como es arriba es abajo, tal como es el macrocosmos es el microcosmos hombre, y si uno se conoce a sí mismo conocerá el universo y a sus creadores.


Constantemente debemos indagar sobre nuestra capacidad de amar, cuanto podemos amar, cuanto nos falta por amar, que nos impide amar, etc. pues indagando de ese modo siempre nos pondremos en la encrucijada de aquello que es falso y verdadero en nosotros. Si nuestro amor es mundano, terrenal, recibiremos los beneficios y contrariedades de lo mundanal y terrenal, si por lo contrario amamos a lo trascendente, a aquello que es nuestro origen y final, si amamos a lo eterno, a lo inmutable, a lo verdadero, a aquello que es el origen del espíritu de la materia, sin ser lo uno ni lo otro, el verdadero Ser, entonces obtendremos la plenitud y la libertad. La libertad del mismo océano de la vida, que se mueve sin límites.


Amar lo perecedero conlleva tomar conciencia de su límite, de su temporalidad, que aquello que amamos es caduco y perecerá tarde o temprano. Es por ello el mundo de las formas un mundo ilusorio, temporal y finito; siendo que el amor nos puede mostrar que más allá de las formas caducas existe una realidad intangible, pero autentica, es todo un mundo, un espacio ilimitado donde podemos encontrar paz, felicidad, estabilidad, valentía, sabiduría, libertad, etc. en tal espacio se encuentran los valores trascendentales del Ser. Entre el mundo de las formas perecederas y el mundo propio del Ser, se encuentran nuestro limites, nuestras autolimitaciones, la ignorancia y el desconocimiento de sí mismos, que nos impiden ver nuestros orígenes y toda nuestra extensión. Es por ello fundamental amar y saber amar, saber amar a lo que realmente importa, a aquello que nos otorgara una vida plena y eterna o atemporal.


El amor nos otorga plena libertad, porque con el amor matamos o destruimos nuestros límites y con ello nuestros miedos. El amor es valiente, porque se enfrenta a la muerte, a todo lo perecedero y caduco, pasando sin temor a lo eterno, a lo inmortal, llegando a lo “no nacido”, a lo que siempre ha sido, es y será. Por lo dicho hay que entender que el amor es el único medio posible y viable para trascender la ignorancia y nuestra voluntad errónea. Quien se sumerge a la meditación y a investigar su mente, sin tener amor, posiblemente se pierda y se extravié en su propia ignorancia, pues entrara en un laberinto de conceptos, teorías, creencias, miedos, contradicciones, escepticismos, fanatismos, etc., etc., del cual es casi imposible salir, si no hay amor. Como simboliza el mito de Teseo al enfrentarse en el laberinto al minotauro, si no fuera por el hilo de Ariadna que es el hilo del amor, nuca hubiera podido salir vivo del laberinto.


La guía certera para la meditación y el autoconocimiento es la guía del amor. El amor va más allá de lo personal, de lo propio, de lo mío, o de cualquier rastro de egocentrismo, el amor es incompatible con el deseo personal. Si mantenemos el deseo personal no podemos amar, pero cuando empezamos a renunciar a sí mismos para amar entonces vamos por buen camino. El amor a nuestros padres, hijos, familia, amigos, bosques, montañas, mares, etc., partiendo de nuestra renuncia personal y egocéntrica, ya nos ofrece valores, virtudes, que nos acercan a la naturaleza del Ser primordial. Y si nos adentramos en nuestra mente con verdadero amor, es decir renunciando completamente a sí mismos, podremos explorar toda nuestra realidad con paso certero, pues el amor nos mostrara que nos impide amar, cuanto nos queda de egoísmo y autolimitaciones, como nos amparamos en nuestra ignorancia que sustenta su falsa sensación de seguridad apoyándose en sus propios límites autoimpuestos. El Amor es la guía certera, pues al renunciar a sí mismos y disolvernos en lo que amamos, en nuestro mismo Ser, entonces hallaremos lo auténtico lo real aquello que está exento de limitaciones y que nos ofrecerá por tanto la plenitud, la libertad incondicional, como es el propio amor, incondicional. Por tanto, Amar y renunciar a sí mismos en apariencia nos hace perder, pero la realidad es que cuanto amamos se multiplica por el infinito la luz, la sabiduría, la comprensión y los valores del Ser, es por ello el amor la vía regia hacia la plena libertad.



Atentamente:

Rafael Pavía.        21/ 02/ 2017.

viernes, 10 de febrero de 2017

LOS CUERPOS DE GLORIA

LOS CUERPOS DE GLORIA 
TRIKAYA

La conciencia, la energía y el espacio, en el árbol de la Vida que es el Ser:

En nuestro anterior ensayo sobre la “la unidad no dual” incluíamos en una unidad a la conciencia, la energía y el espacio. Estas son las tres columnas del árbol de la vida, que surgirán de la unidad primordial emanada del absoluto. El Padre cósmico común en el árbol de la vida es simbolizado de perfil, viéndose solo la mitad del rostro, esto es muy significativo pues representa que el Padre o Keter, participa de la parte manifestada e inmanifestado del universo. El Padre se encuentra entonces en la forma y el vacio del universo, entre lo visible y lo invisible, entre lo temporal y lo atemporal. En el Padre se incluye dentro de una trinidad unitaria al Hijo o chokmaj y al Espíritu Santo o Binaj, el Padre es el espacio donde la energía y la conciencia trabajan al unisonó.

El Padre como espacio se encuentra en todos los lugares y conoce todo lo que sucede, su naturaleza pertenece al mundo de Atzilut; según la cabala se dice:< las diez sefirot del Mundo de Atzilut (mundo de las emanaciones o arquetipos), en relaciona los sefirots de los tres mundos inferiores, son como los diez poderes esenciales del alma en relación a sus tres vestimentas de pensamiento, habla y acción>.

El árbol dela vida se desdobla desde el mundo de Atzilut; de este modo se indica tal desdoblamiento:

Los cuatro mundos:

* Triángulo Logoico: Atziluth (emanaciones).

* Triángulo Ético: Briah, Khorcia (mundo de los tramos la creación).

* Triángulo Mágico: Yetzirah (mundo de la formación).

* Sephirote caído: Assiah (mundo de la acción, mundo de la materia).

Las tres vestimentas del Padre son Pensamiento en relación con la mente y el mundo de los arquetipos o emanaciones de Atzilut, que corresponde al triangulo del logos. La vestimenta del Habla, el verbo, la idea resonando junto a la conciencia, que corresponde al mundo de Briah, el mundo de los tramos o senderos, incumbe al Hijo y se centra en el triangulo Etico. La tercera vestidura es la acción, que corresponde al mundo de Yetzirah mundo de la formación y al mundo de la acción o materia, concierne al triangulo mágico.



Las tres vestiduras del Padre Cósmico Común:

La vestidura del Pensamiento es el mundo de los arquetipos o ideas que citaba Platón, es el mundo de la mente universal, que se comparte con nuestra mente interior. Todo es mente como dicen las enseñanzas de Hermes Trimegistro, y todo está en el espacio. Mente y espacio comparten su naturaleza plenamente vacía y llena de infinidad de formas; formas que se reforman, que nace y mueren, siendo el vacío semejante a como nos señala la muerte el Maestro Samael: El sendero de la vida está formado con las huellas de los cascos del caballo de la muerte. En el vacío, en la mente, en el espacio, surgen y mueren todas las formas existentes.

La vestidura del Habla, o el verbo, la citamos en nuestro primer ensayo de este modo:

< La esencia o Budhata surgida del prana conlleva integrada energía y consciencia. La energía se modifica en diferentes elementos partiendo del electromagnetismo manifiesto en el prana lo que llamamos el éter. La conciencia aporta el sonido, la combinación de sonido y éter es el Akash. Por tanto, del prana viene el akash que es el vehículo donde éter y sonido se mueven hacia la manifestación. Del Akash la energía o éter se modifica en los cuatro elementos cuya naturaleza resuena en todo el universo. La resonancia musical o el mantra universal gesta los cuatro elementos: Fuego, aire, agua y tierra>.

El habla es el sonido universal, es el poder de la palabra que incluye conciencia, es el Akash. El Hijo debe de restaurar la palabra perdida, debe de adquirir la nota síntesis que es nuestro maestro interno, el Cristo Intimo nos debe de unir al Cristo cósmico, nuestra individualidad debe de ser integrada en el Padre Cósmico común. El Habla, el verbo, debe darnos la resurrección espiritual. Quién miente aunque sea por ignorancia se aleja del Padre que es verdad. Por ello el Hijo participa del mundo de los tramos la creación o Briah, que son los senderos del árbol de la vida, para así bajar y subir, en su misión restauradora.

La vestidura de la acción, quizás la más misteriosa de todas, se da en el mundo Yetzirah (mundo de la formación), al mundo caído: Assiah (mundo de la acción, mundo de la materia). Se dice que la materia o la acción esta caída o separada del Padre porque allí esta nuestro sueño, nuestro mundo de maya o ilusión, donde hablamos, pensamos y actuamos olvidados del Padre. El Mundo de la materia es el triángulo mágico, donde las formas surgen; si no estuviéramos en el olvido de que todo es mente, de que todo es vacío y espacio, nos aproximaríamos a la verdad del Padre. El Misterio de este mundo de las formas y la acción es que todo el poder y energía del padre se manifiesta en este mundo, sus formas, sus creaciones, su verbo, etc., por tanto es erróneo pensar que este mundo esta caído; la verdad es que la caída o separación es producto de nuestro ignorante Yo, quien falsea la realidad.



Las tres vestiduras del Ser:

La letra Hei en la cábala incluida en el nombre sagrado Yod-He-Vav-He esta compuesta a la vez de tres letras que representan el Pensamiento, Habla y Acción, en referencia a las vestiduras con las que el Ser expresara su compasión. Todo lo que nos aleja de Dios se convierte en ignorancia, falsedad, tinieblas y caos; es importante entonces descubrir la naturaleza esencial o primordial del Ser, simplificando y facilitando nuestra relación con el Ser.

El problema del Yo ignorante es su dualidad, el yo se siente ajeno, separado y distante de del Ser. Cuando nosotros sostenemos un yo ajeno al Ser fortificamos la dualidad tu y yo, sintiéndonos en la medida que nos identificados en el yo separados de todo y de todos, principalmente del Ser.

Las tres vestiduras del Ser Pensamiento, Habla y Acción, forman la trinidad misteriosa del cristianismo; tales vestiduras coinciden con los tres cuerpos de gloria del cristianismo: cuerpo de transfiguración, cuerpo de resurrección y cuerpo de ascensión. La vestidura de la acción corresponde al cuerpo de gloria de la transfiguración, donde Jesús después de su intensa actividad en pos del Ser, es confirmado como hijo de Dios ante sus apóstoles y ante Moises y Elias, e inicia su gran apostolado.

La vestidura del habla corresponde al cuerpo de gloria de resurrección, pues por medio del habla el verbo es restaurado y el maestro interno es resucitado; es por ello que Jesús entrega a Juan a su madre, ya que Juan representa el verbo.

La vestidura del Pensamiento corresponde al cuerpo de gloria de Ascensión, donde Jesús puede elevarse a la morada del Padre, e integrarse en el espacio, en la mente universal vacía y clara, al encuentro del Absoluto.

También encontramos la relación entre las vestiduras y los cuerpos de gloria con los cuerpos del Ser mencionados en la tradición budista; el pensamiento o cuerpo de ascensión esta en relación con el Dharmakaya, el habla o cuerpo de resurrección esta en relación con el sambogakaya, y la vestidura de la acción o cuerpo de transfiguración esta en relación con el Nirmanakaya. A continuación hacemos unas referencias sobre el trikaya:

<El cumplimiento de la práctica Budista es la realización de los tres kayas: Dharmakaya, Sambhogakaya, y Nirmanakaya. Estos son los tres cuerpos del Ser o iluminación de Buda. El Dharmakaya se corresponde con la mente, el Sambhogakaya con la palabra, y el Nirmanakaya con el cuerpo>.

<El Nirmanakaya es el aspecto físico de un ser iluminado, el medio a través del cual la comunicación y la relación pueden ser llevadas a cabo. Puede decirse que es nuevo o diferente, porque está solamente en el nivel físico en el que uno puede transformarse. En Tibetano el cuerpo purificado, llamado ku, es la manifestación del cuerpo plenamente transformado, libre de la influencia de inculcados y profundamente establecidos residuos kármicos.

Nuestro cuerpo físico ordinario es llamado lu. Es el producto de rastros y disposiciones kármicas, y carece de espontaneidad y creatividad. A través de la purificación del propio cuerpo, palabra y mente, el cuerpo físico cesa de ser un lugar para tendencias negativas no deseadas, excesivos deseos, y obsesiones, y en su lugar se convierte en el Nirmanakaya, un medio con extraordinario poder para trabajar con y beneficiar a los demás>.

<El Sambhogakaya está conectado con la comunicación, tanto a un nivel verbal como no verbal, y está también asociado con la idea de relación, así que esta palabra aquí significa no solo la capacidad de utilizar palabras sino la habilidad de comunicarse a todos los niveles. Tanto los aspectos del Sambhogakaya como del Dharmakaya están ya encarnados dentro de cada ser sintiente, y la fructificación es una cuestión de llegar a esta realización>.

<La idea de los tres cuerpos no debe conducirnos erróneamente a pensar que existen tres entidades diferentes. El Dharmakaya y el Sambhogakaya no se refieren a entidades en tanto que estados existenciales de Ser, y solamente el cuerpo del Nirmanakaya es creado de nuevo en forma física. En realidad los tres kayas son dos cuerpos – el cuerpo sin forma y el cuerpo de la forma. Tanto el Sambhogakaya como el Nirmanakaya son llamados normalmente los cuerpos de la forma del Buda, mientras que el Dharmakaya es sin forma>.

<Sin embargo, los tres kayas no son completamente independientes uno del otro. Siempre están interrelacionados, y cuando se abren completamente, son inseparables uno del otro. El Nirmanakaya y el Sambhogakaya se manifiestan básicamente del Dharmakaya, en otras palabras, ambos aspectos de la forma de un ser Búdico son dependientes del cuerpo sin forma. El Dharmakaya es el origen o campo sobre el cual se basan los otros dos>.

<Cuando llamamos al Sambhogakaya el “cuerpo de la forma”, no queremos decir forma física sino forma en el sentido de manifestarse y ser determinada, como opuesto al Dharmakaya, el cual es sin forma porque no es determinado. El Sambhogakaya es determinado porque, a pesar de que no es físico, se manifiesta de diversas maneras. Si el Sambhogakaya es realizado plenamente, entonces uno puede recibir diferentes enseñanzas y significados de muchas fuentes naturales, tales como el sonido, la visión, etc>.

<A su vez el Sambhogakaya da origen al Nirmanakaya, el cual es realizado a través del cuerpo físico, y encarna tanto los aspectos del Sambhogakaya como los del Dharmakaya. El Nirmanakaya es físico en su esencia y está situado históricamente, de manera que cuando hablamos acerca de que Buda Sakyamuni alcanzo la iluminación en Bodh Gaya, dio enseñanzas en Varanasi, y al final logro el paranirvana en Kushinagar, estamos describiendo el aspecto del Nirmanakaya>.

<Así el cuerpo Sambhogakaya se convierte en el mediador entre la naturaleza del Ser, que se manifiesta en lo físico o la forma que es el Nirmanakaya y la naturaleza del Ser en su aspecto vacío que es el Dharmakaya. Siendo importante tener presente lo dicho: Sin embargo, los tres kayas no son completamente independientes uno del otro. Siempre están interrelacionados, y cuando se abren completamente, son inseparables uno del otro>.

<Dharmakaya es algo que está siempre presente, es redescubierto en lugar de ser creado de nuevo. Porque es atemporal y ahistórico, no podemos atribuirle cambio o transformación. Porque es pasivo e indeterminado por naturaleza, el Dharmakaya no puede manifestarse como medio para trabajar uno por el beneficio de los demás, sino que da origen al aspecto determinista del Sambhogakaya y el Nirmanakaya>.

< La relación entre los tres kayas es como la relación del cielo con las nubes y la lluvia. El cielo corresponde al Dharmakaya, las nubes al Sambhogakaya, y la lluvia al Nirmanakaya. Así como el espacio, o el cielo, no es un producto condicional, así el Dharmakaya no nace debido a causas y condiciones, es indeterminado. Sin embargo, el Dharmakaya da origen a las manifestaciones del Sambhogakaya en la misma manera en que el espacio da origen a la formación de nubes>.

<El texto Tibetano Ngu.Dun.Du.Pa dice que el estado del Dharmakaya precede a las ideas tanto de confusión como de sabiduría. Antes de que haya surgido cualquier noción dualista, antes de que uno haya experimentado cualquier cosa, este estado incondicionado se origina espontáneamente. Es un estado neutral porque no es ni positivo ni negativo, y aun al mismo tiempo existe la presencia de una auto-consciencia. Debido a que el estado del Dharmakaya nunca ha sido corrompido por los conflictos emocionales o las confusiones conceptuales, uno no puede hablar acerca de ello en términos ni de nirvana ni de samsara>.

                                                  Venerable Traleg Rimpoche.


Con estas referencias sobre las tres vestiduras o cuerpos de gloria o kayas, podemos entender mejor el siguiente comentario dado en nuestro primer ensayo:

<Así la energía y la conciencia siempre unidas crecen en un tercer aspecto anterior y posterior a ellos, este aspecto es el Espacio; dentro del espacio surge la energía, la conciencia, el sol, la vida etc. por tanto el espacio es el campo de donde surge la vida y la interrelación. El espacio da cabida a la creación y a la multiplicación, tal creación es ilimitada como el propio espacio; será la conciencia quien mantendrá una continuidad en este largo viaje hacia la realidad del Ser, sin olvidar que la conciencia es inherente a la energía y al espacio>.


Concluimos este apartado sobre las vestiduras del Ser sentando que una cosa son los cuerpos existenciales del Ser y otra muy diferente las vestiduras o Kayas o cuerpos de gloria, que pertenecen a la propia naturaleza o sustancia Ser. El pensamiento o mente original, el Verbo o habla, y la acción o forma, son cualidades innatas del Ser que conforman la trinidad dentro de la unidad.

Atentamente:

RAFAEL PAVIA     10/02/2017

miércoles, 1 de febrero de 2017

La mente de los Dioses

La mente de los Dioses.

En nuestro anterior articulo comentamos sobre la relación del verbo con Dios, recordando el evangelio de Juan, que empieza diciendo:

“En el principio era el verbo y verbo y Dios eran uno y por Él fueron hechas todas las cosas”.

Expusimos en el anterior articulo la relación entre el verbo y Dios, comentando también que el verbo, la palabra tiene dos aspectos el sonido y la idea; siendo la idea la que daría contenido al verbo, para que la palabra cristalizara en forma. Así toda forma, toda creación se sostiene en una idea y en una mente. ¿cuál y como es la mente de los Dioses? La mente universal es la primera respuesta que se nos viene, sabiendo que será nuestra mente interior la que nos conectar con la mente universal.


Nuestra mente interior nos da opción a conocer la mente universal, pues nuestra mente interior se activa con la conciencia superlativa del Ser, y esta conciencia en apariencia individual, nos conectara a su vez con la conciencia cósmica que activa la misma mente universal. Nuestra conciencia pertenece a la conciencia cósmica, por ello nos podemos sentir unidos a todo el cosmos.

Así vamos uniendo el verbo, la mente, la conciencia, la energía y la forma o materia, todo en una unidad. Hay que comprender que la visión de la mente intermedia siempre será dual, por lo que el ego o yo, siempre utilizará la mente intermedia para seguir en su condición separatista. En cambio, la visión de la mente interior vendrá de la conciencia y por ello será una visión “no dual”, “no separatista”, por tanto, es una visión unitaria. Donde existe el “yo”, existe el “tu” y a mayor yo, mayor tú.

Así que, dependiendo de cómo utilicemos la mente tendremos una visión u otra. La mente de los Dioses, no puede ser una mente confusa, ignorante, inatenta, dispersa, caótica, etc. como es la mente de los humanos condicionados por su ego o yo. La mente de los Dioses es lucida, atenta, comprensiva, flexible, omnisciente; la cualidad de la mente de los Dioses es semejante a la mente universal. La mente divina es contemplativa no dual, contempla lo pasivo y lo activo, el movimiento y el reposo, lo de fuera y lo de dentro, etc. La mente divina ni condena y ni justifica, comprende. La mente divina es inclusiva lo incluye todo lo bueno y lo malo, el día y la noche, la sabiduría y la ignorancia; La mente contemplativa no dual, lo contempla todo, como si la mente fuera un espejo, donde surgen todo tipo de imágenes, sin que el espejo pueda ser afectado. La mente Divina observa todo lo que sucede en el reposo y la actividad, observa lo bueno y lo malo sin condenar ni juzgar, procurando ver lo real, lo auténtico de esas formas, de esas imágenes, de la actividad, etc. comprendiendo el fondo real de lo que sucede y es; resultando que el fondo, la base, la realidad de los hechos, imágenes o formas surgen de la propia mente, por lo que lo observado y el observador son uno. 


Siendo la mente toda una unidad que incluye lo activo y pasivo, lo creativo y lo destructivo, toda ilusión de separar observado de observador es un error. La mente universal o divina lo incluye todo, nada separa, por aquello que el ego quiere separar porque le agrada o desagrada, lo acepta o lo rechaza es una traba para vernos tal cual somos, desde lo más bajo a lo más elevado desde lo material a lo espiritual. La condición del ego nos hace identificarnos en un sueño ilusorio sobre lo que es agradable o bueno y lo que es desagradable y malo estableciendo una lucha sin fin, intentando corregir lo bueno de lo malo y lo malo de lo bueno, ya bien cayendo en el puritanismo, o dejándose llevar lo el libertarismo. La cuestión es que el ego ignorante se mueve en círculos sin parar corriendo detrás de la satisfacción y huyendo de la insatisfacción. La mente divina trasciende la dualidad comprendiendo que tanto el observador como lo observado son uno, y desde la contemplación deja de identificarse con lo dual, con el yo que pretende separar lo observado del observador, pues el yo es el que pretende dar realidad a todo lo que acontece en la mente, tanto lo que la mente proyecta como lo que recibe, el yo se confunde pensando que son cuestiones diferentes, pero para la mente interior, o mente divina, lo exterior e interior son dos aspectos de la misma mente, tanto lo que se proyecta como lo que se recibe son producto de la misma mente. Así el filósofo E. Kant citado por el M. Samael nos decía que: “todo lo exterior es interior”, pues la mente no puede ver más de aquello que ya contiene. El Por ello que Platón decía que el conocimiento consistía en recordar, pues efectivamente en la medida que hacemos conciencia de sí mismos, recordamos con claridad que somos y que es la mente.


A lo dicho hay que añadir que cuando somos conscientes de sí mismos, lo que significa que despertamos la conciencia ante la gran realidad o lo que es la mente universal, ello implicara sentir y percibir la unidad que todo lo sustenta, esto es el amor y su compasión; solo acercándonos a la unidad o el amor, podemos conciliarnos con la conciencia cósmica o el Cristo. Por tanto, la mente divina actuara según los principios del amor y la unidad, de ahí surgirán las demás virtudes, belleza, justicia, libertad, igualdad, humildad, valentía, etc. 

Hablar del verbo divino, significará hablar de la mente divina, si no somos capaces de adentrarnos a lo profundo de nuestra mente o mente interior, entonces estamos condenados a ignorar la realidad profunda de nuestra propia mente, permaneceremos en la ignorancia, creyendo que lo exterior es diferente a lo interior, y que el yo tiene alguna realidad concreta pues nos diferenciamos entre lo exterior y lo interior, entre tú y yo, entre arriba y abajo, etc. La diferencia entre el yo y el Ser, estriba en que el yo no es capaz de reconocer la realidad de su mente, pues en su ilusión siempre crea diferencias, separaciones, fronteras, sesgando la realidad a su conveniencia; en cambio el Ser conoce plenamente la realidad de la mente, comprende que todo está y surge del Uno, sin poder salir ni entrar pues todo es y está en la única mente; es decir que el Ser puede reconocer plenamente la realidad fatua del “yo” con plena claridad, porque ese mismo ego se encuentra incluida en la mente uní-total, el Ser y su unidad no excluye al “yo”, y por ello lo comprende y sabe diluir la ilusión ignorante del ego. Con ello podremos ver cuán diferente es la visión de la mente intermedia y la visión de la mente interior.


Si alguna divinidad se identificara con su orgullo, caería en la fantasía e ilusión de su propia mente, con el consecuente peligro de separarse de su realidad innata de su propio Ser. Alejándose del propósito universal de la creación, creando y marcando separaciones, distancias, disociaciones, segregaciones, etc. subyugándose a sí mismo alejándose de la luz del Ser y perdiendo el sentido real de unidad y amor. Por ello los dioses deben de ser humildes, y a propósito de la humildad, esta es capaza de reconocer su ignorancia, por lo que la sabiduría de los dioses incluirá humildad e ignorancia, pues la sabiduría del Ser es todo incluyente hasta la misma ignorancia, este aspecto le resulta incomprensible a la mente dualista o intermedia, pero la mente divina lo comprende. Esta sabiduría-ignorante es necesaria para que la soberbia u orgullo no tengan fundamento, he ahí la sabiduría del Ser.


Mientras no despertemos a la realidad profunda de la mente, seguiremos dormidos e ignorantes. En el principio era el verbo y el verbo era uno con Dios y por él fueron hechas todas las cosas; por lo que nada puede escaparse o salirse de la mente que formo este universo. 

Aún nos queda mucho por comprender y decir sobre la mente divina, ahondaremos en ello …

Atentamente:

Rafael Pavía. 1/2/2017.