martes, 12 de junio de 2018

La experiencia astral como medio de conocer al Ser

La experiencia astral como medio de conocer al Ser.

Debemos aprender a ver la causa de los fenómenos tanto físicos como psíquicos. Las experiencias astrales las situamos como experiencias psíquicas, y de algún modo, solemos relacionar lo que sucede en el mundo físico y las experiencias astrales; y más o menos, pero no de un modo claro, solemos entender que lo que sucede en el mundo físico repercute en el mundo onírico o astral.

La cuestión que planteamos aquí, básicamente es la relación de la Mente con la experiencia astral. La mente en realidad lo abarca todo, tanto en el mundo físico como psíquico, recordemos que todo es mente. Al hablar sobre este tema nos tropezamos con que aun ignoramos la naturaleza de la mente, aun carecemos de una observación y contemplación directa de lo que es la mente.



Los grande yoguis y auténticos ocultistas conocen bien el fenómeno astral, pues se han dedicado a investigar el “noúmeno” o causa del fenómeno. Explicar este tema con detalle nos llevaría volúmenes, que en realidad ya están escritos, por ejemplo, en oriente en el yoga, tienen el hata-yoga, el raja-yoga, el bakty-yoga y sobre todo el gnama-yoga, donde se puede investigar sobre toda esta temática en detalle. En el budismo encontramos la meditación samatha (relajación, concentración y contemplación profunda de la mente) y la meditación vispassana (que significa ver las cosas “tal como son”) en esta meditación se incluye la reflexión del Ser, apoyándose en el Alaya-vijnana (deposito-conciencia), sobre alaya-vijnana dice el M. Samael es la psicología budista. También en el budismo esotérico encontramos el budismo Vajarayana o tantrismo que se ocupa muy en detalle de los fenómenos oníricos y astrales; encontrando también el ati-yoga o dzogchen, que se ocupa de trabajar directamente con la conciencia y los cuerpos del Ser (trikaya).

Los ocultistas occidentales, también han hecho su aportación al respecto, muchos, la mayoría, apoyándose en las doctrinas orientales. Los auténticos esoteristas, rosacruces y gnósticos, no se conforman con resolver la primera ecuación sobre los misterios del Ser y su anatomía (física e interna), ellos indagan, investigan, meditan y resuelven la primera ecuación y la segunda (como dice el ritual gnóstico), cuando se resuelve la segunda ecuación, esta nos lleva a una tercera ecuación y así sucesivamente hasta el infinito; hasta descubrir la plenitud del Ser.


Es por ello que uno no se puede quedar de brazos cruzados ante los fenómenos físicos y psíquicos (oníricos-astrales), no puede quedarse uno solo en la primera ecuación sin resolver siquiera la segunda ecuación. Hay que indagar, investigar, no solo en lo doctrinario, sino también en lo práctico, participando de la experiencia, y de la reflexión intima del Ser.

No podemos entrar en mucho detalle, porque falta base doctrinaria. Siendo necesario para comprender el noúmeno (causa) del fenómeno psíquico, comprender plenamente la naturaleza de la mente y su relación con el cuerpo y la psiquis (lo onírico-astral). Pero a groso modo podemos decir que: “todo es mente”, “Que todo es mental”, que tenemos una mente universal que todo lo abarca.

Nosotros tenemos conceptos sobre el cuerpo físico, conceptos sobre el mundo físico, material, sobre la tercera dimensión, etc., y solemos aceptar en el mundo ordinario, que esos conceptos terrenales son en su mayoría erróneos, puesto que no tiene en consideración lo interior. Entonces solemos hacer estudios sobre la dimensión física, que nos parecen más o menos válidos, pasando luego a discurrir o conceptualizar sobre los mundos internos, basándonos en tradiciones como la cábala, el árbol de la vida, en el septenario teosófico, en el raja-yoga, etc. Aquí es determinante la primera ecuación, esto es, la experiencia astral. Pero nos quedaría por resolver la segunda ecuación, es decir a que se debe la experiencia astral, como se produce, qué condiciones requiere; como se procesan nuestros prejuicios, preconceptos, proyecciones, fantasías-ilusiones, condiciones subjetivas, etc. hay que comprender como intervienen todos estos elementos sobre nuestra experiencia psíquica.

Para responder a la segunda ecuación, tendríamos que tener una mente clara despejada, completamente lucida; que no solo supiera sobre doctrinas y teorías, sino que en su práctica meditativa hubiera obtenido la clarividencia. Esto es, claridad sobre el mundo de la mente, la clarividencia dice le M. Samael es el “translucido del alma”.


Es provechoso leerse el libro sobre la “filosofía del sueño” de Sri Swami Sivananda, o el libro de Tenzin Wangyal, sobre e “yoga de sueño” (donde incluye el “yoga del dormir”, donde se refiere a las prácticas de vigilia) este autor viene de la tradición Bön del Tibet. Las enseñanzas de estos autores nos permitirán indagar y profundizar mejor en las enseñanzas del M. Samael.

Pero lo esencial es la práctica, la experiencia, que siempre deberá ir acompañada de la reflexión intima de Ser. Es necesario aprender sobre la meditación contemplativa, esta primero debe ser pasiva (estilo samatha), para luego pasar a una meditación contemplativa activa, en esta meditación ya hay que tener claro como el mundo físico se interrelaciona con la mente, como todas las impresiones diarias dejan sus huellas en nuestra psiquis, y como estas huellas nos condicionan y gestan nuestro karma (acción-reaccion). La meditación contemplativa activa, nos permite evidenciar, experimentar en el diario vivir como se procesan nuestros sueños psíquicos, es decir, podemos observar con claridad y con la conciencia plenamente lucida, como es el sueño de este mundo físico, de modo que la conciencia superlativa del Ser puede interactuar con los estados de sueño y vigilia que se procesan en el mundo físico.

La propia claridad mental o lucidez de la conciencia en la meditación contemplativa activa, nos permitirá contemplar el mundo onírico o psíquico, observando nuestra psiquis, esto es, nuestras emociones, miedos, preocupaciones, problemas, conceptos, prejuicios, preconceptos, etc. como si fueran objetos. Con perfecta claridad, como cuando en el estado de vigilia ponemos la atención o concentración en un objeto, como por ejemplo un vaso de agua. Cuando somos capaces de tener mediante esta meditación practica-activa-diaria-contemplativa, dominio sobre nuestras emociones diarias y modificarlas o transformarles en el propio momento, esto nos permitirá tener consecuentemente dominio sobre nuestros propios sueños. Si no tenemos dominio sobre nuestra psiquis en el estado de vigilia, tampoco podremos tener domino en nuestro mundo onírico, este dominio o control es principalmente sobre nuestras emociones.

En definitiva, hay que aprender a ver el noúmeno del fenómeno psíquico-onírico-astral, no hay que conformarse con la experiencia astral y ya está, eso solo resuelve la primera ecuación, pero no nos permitirá despertar la conciencia plenamente. Hay que indagar, escudriñar, investigar de modo directo y apoyándonos en la amplia doctrina gnóstica, sobre toda la dimensión y naturaleza del Ser, que naturalmente participa de la mente universal.


Por ejemplo, ¿hemos averiguado como actúa el verbo sobre nosotros?, ¿sabemos que existe antes o previo a nuestro verbo? ¿tenemos clara la relación de las ideas y conceptos con la actividad del verbo? ¿sabemos que es el silencio previo al verbo?

Si no indagamos y somos capaces de encontrar por sí mismos las respuestas, a las preguntas arriba citadas, entonces el despertar de la conciencia aun está lejos.

Preguntemos: ¿cómo actúa el verbo de arriba hacia abajo, esto es de lo superior a lo inferior? Y viceversa ¿cómo influye el verbo de abajo hacia arriba, es decir de lo inferior a lo superior? ¿cómo interactúa, el Ser, la mente, la psiquis, las emociones, etc., en el verbo?, quizás pronto encontremos una respuesta teórica, pero en qué medida lo hemos vivenciado, experimentado.

Las practicas esotéricas, la mística, la oración, los mantra  etc. tienen efectos sobre nuestra psiquis, sobre nuestro mediador astral, que nos aportan experiencias y revelaciones; repito, esta es solo la primera ecuación, no caigamos en el conformismo. Busquemos esa revolución del Cristo Intimo apelando a su divino amor y sabiduría, para el despertar pleno y lucido.


Isis:
“Porque las palabras son sagradas y todos los profetas veraces, pero comprenden po­co; resuelven la primera ecuación y dejan insoluble la segunda. Porque tenéis todo en clara luz y algo, aunque no todo, en obscu­ridad”. (RG: 2 grado).

Atentamente:

Rafael Pavía.                     12/06/2018.