viernes, 29 de abril de 2016

Camino Gnóstico. (para los pocos…)



Camino Gnóstico. (para los pocos…)

Todo camino tiene un principio, un recorrido y un final, en este caso del camino gnóstico se entiende que también es así, con una base de donde parte, un camino que recorrer y un final con su fruto; Base, camino y fruto. Ahora bien, la gnosis es diferente a todos los caminos espirituales existentes, pues todos esos caminos no son más que una preparación, un preámbulo de lo que es el camino gnóstico. Ya que el camino gnóstico en si no tiene medida, no tiene temporalidad, se escapa a lo común y ordinario, pues trasciende la propia razón intelectual dejando o excluyendo cualquier concepto que pueda definir el fruto o final del camino. Y aunque numerosos intentos teóricos, filosóficos, soteriológicos, etc., han intentado definir el fruto de la gnosis, la conclusión es que solo quien alcanza este fin y su fruto, puede experimentar la realidad de dicho fruto o finalidad, y sin embargo será incomunicable e incierto transmitir la experiencia en sí, mediante un dialogo conceptual. Es por ello que se dan dos circunstancias que confunden los pasos del camino, en aquellos que anhelan la gnosis o sabiduría innata y absoluta; una y primera es que aún no están realmente preparados para partir de la base e iniciar el camino, segundo que, ante la indefinición conceptual del fruto o final del camino, se confunde el propio camino con el fruto. Esta segunda cuestión es compleja de abordar, pero merece la pena intentarlo, pues como siempre sucede lo difícil en todo camino es llegar al final. 


Los que no están preparados para el camino gnóstico, es porque aún siguen aferrados al mundo existencial, al mundo de las formas tanto físicas, como psíquicas. El mundo psíquico es fascinante, Ilusionante (forma parte del mundo de maya o ilusión) partiendo de la activación de los chacras y sus siddhis (perfecciones o poderes psíquicos), hasta llegar al propio nirvana, donde la conciencia tendrá la opción de ver, crear, formar los diferentes reinos del samsara, donde se incluirá el mundo de los dioses. En toda esta experiencia primera de la psiquis, tendrá la opción o no, de dar un salto de la verdad relativa a la verdad absoluta, todo dependerá de si quiere asumir la naturaleza del Cristo, esto es aceptar la muerte budista o muerte psicológica de su ego. Aquellos que dan el salto hacia Cristo y su talidad o el buda Tathagata, partirán de la base y principio adecuado, siguiendo el camino con el riesgo final, de confundir el camino con el fruto. Esta confusión se debe a los rasgos últimos del ego, quien confundirá aun las experiencias del samsara incluyendo las más sublimes con el fruto final, cayendo en la trampa del ego y su temporalidad, puesto que toda experiencia psíquica es temporal, transitoria y por tanto caduca, quedándose el caminante enganchado al camino, fijándose en sus experiencias sin trascenderlas. Salvar este problema requerirá conocer todos los funcionalismos de la mente, comprender con exactitud la relación mente y conciencia, y no dejar ningún subterfugio, escapatoria, o evasiva a la mente y a la ilusión y auto-engaño. La opción es dar un nuevo salto donde alcance la iluminación sin ataduras a la que se refiere el Maestro Samael:
“Es necesario conocer, experimentar en forma viviente el aspecto iluminado de la conciencia.

Es urgente sentir y experimentar el aspecto vacío de la mente.

Existen dos tipos de iluminación: la primera suele llamarse “agua muerta porque tiene ataduras. La segunda es elogiada como “La gran vida” porque es iluminación sin ataduras, vacío iluminador.

En esto hay grados y grados, escaleras y escaleras; es necesario llegar, primero, al aspecto iluminado de la conciencia y, después, al conocimiento objetivo, al vacío iluminador”.

El collar del Buda: La ciencia de la meditación. Samael Aun Weor.



Cuando se alcanza la iluminación sin ataduras, se pasa a la otra orilla, se pasa de una verdad relativa una verdad absoluta. En tal verdad absoluta se incluye la verdad relativa, pues lo absoluto, el Ser absoluto lo incluye todo. De ese modo eliminaremos al yo y su dualidad; eliminaremos al yo y su herejía de la separatividad, del cual surgen el tú y el yo, lo tuyo y lo mío; el yo o ego persiste en su temporalidad, quiere perpetuarse en el tiempo, quiere prolongar su ilusoria existencia hasta los confines de los tiempos, eso sí sin dejar de existir, sin dejar de ser “yo”.

La iluminación sin ataduras, la talidad o tathagata, nos conceden el fruto del camino, que es la misma base o principio y origen de nuestro Ser. Así el círculo se cierra y aquello que es intransmisible conceptualmente permite ver, que la base o el principio, el camino y el final de este o su fruto, son lo mismo, son uno. De modo que llegamos a ese final sin fin, a ese principio sin comienzo, a ese camino sin tramos, sin medida, sin tiempos. Allí la luz infinita remedia y diluye todo esfuerzo y sacrificio del camino, allí uno no anda, no camina, no se esfuerza, no tiene méritos, no tiene yo, ni hay nadie a quien recompensar; allí uno es la base, el camino y el fruto.


Caminar sin trayecto, perdido en la verdad de cada instante,

Viendo que cada momento es una luz diferente y homogénea,

Todos ocupan su espacio hasta que el espacio vacío queda,

entonces amaras de modo incondicional; y tu fruto un ágape.



Rafael Pavia. 29 abril de 2016.






miércoles, 20 de abril de 2016

La meditación y la salud mental




Curso de introducción a la meditación


La meditación y la salud mental


Saludos
La meditación es una práctica milenaria que se ha practicado tanto en oriente como en occidente; hoy en día la ciencia y la medicina está investigando los beneficios de la meditación, siendo todos los resultados positivos, tal como la tradición lo indico. Como en toda la práctica de la meditación requiere experiencia, dándose la coincidencia que todos aquellos que se dedican en plenitud a este trabajo reconocen que después de 30 o 40 años de práctica están en los albores de la meditación, habiendo obtenido ya en su recorrido múltiples y maravillosos beneficios.
Si, la meditación es una fuente continua de beneficios y cuanto más se profundiza en la meditación más se acerca uno a la infinitud de nuestro Ser, con lo que los beneficios se multiplican de tal modo que parece que cuando uno está más cerca del fin o meta, mayores son los logros que se vislumbran de modo que el camino se alarga con pasos en la eternidad y puentes hacia la infinitud.
Los preliminares de la meditación son terapéuticos, beneficiosos para nuestra salud física y mental, dependiendo de nosotros, el que busquemos una salud mental funcional, que nos sirva para ser útiles o funcionales socialmente, laboralmente, etc., o que busquemos una salud mental realmente estable, solida, rica en valores humanos y que tanto sea capaz de beneficiarnos a nosotros como a nuestros semejantes. Pues la salud mental nos debe de permitir alcanzar la felicidad, el bien estar; siendo lo lógico que cuando alguien alcanza su bien estar y felicidad propia lo comparta; pues se entiende que la felicidad si solo le afecta a uno mismo tendrá poca perpetuidad, en cambio si la felicidad es compartida podrá extenderse y profundizar dentro y fuera de uno mismo. Eso entendieron todos los grandes maestros de la meditación que alcanzaron la iluminación y con ello una salud mental y felicidad perpetua e ilimitada, siempre compartida.
Aquí les ofrecemos los cuatro videos del curso de introducción a la meditación dados en el Colegio de enfermería de Castellón C.O.E.C.S mediante la gestión del Grupo de Terapias alternativas; a quienes agradecemos toda su colaboración.

CURSO INTRODUCCION A LA MEDITACION
Dirigido por: Rafael Pavia
Profesor de antropología Psicoanalítica y Meditación.

1ª sesión: Aprender a respirar y relajar el cuerpo y mente.
  • Los preliminares y primera etapa de meditación son terapéuticas para nuestro estrés, ansiedad, insomnio, etc.
  • Los yoguis utilizan técnicas de respiración para vitalizar y purificar.
Introducción a la psicología del auto-conocimiento sobre la conciencia, la personalidad y el ego.

2ª sesión: Meditar y como resolver conflictos.
  • Conocer, distinguir y discernir entre cuerpo, mente y emociones.
  • Aprender a enfrentar los conflictos equilibrando cuerpo, mente y emociones

3ª sesión: La clave de S.O.L. (sujeto, objeto, lugar) aprender a centrar la atención.
  • Aprender a centrar la atención en nuestras tareas y en el diario vivir.
  • Ejercitarse en vivir el aquí y ahora.

4ª sesión: Meditación estructural y transaccional.
  • Comprender y observar nuestra estructura psíquica.
  • Instruirse en la comprensión y transacción de valores humanos.

viernes, 8 de abril de 2016

Cristo y la liberación del karma



Cristo, el karma y la katancia.



“Además del karma común y corriente, existe la ley de la Katancia, el Karma superior, que es cuando los dioses y los grandes iniciados tienen que ser juzgados para ajustar cuentas con los tribunales superiores de la justicia celestial”

                                                               Samael Aun Weor.

Se entiende que todo en el universo está sujeto a la ley, así decía Buda: “tres cosas eternas existen, la ley, el espacio y el dharma”. Por lo que es comprensible que hasta los mismos dioses tengan su karma que pagar, porque todo está regido por la ley, incluso la propia ley. La ley surge al mundo manifestado o existencial desde el fondo del Ser Absoluto, donde solo existe una ley, y esa ley es la ley de Amor. Desde el amor del Ser Absoluto emanan todas las virtudes y el mismo orden universal, en ese orden existen ordenanzas, directrices o leyes que rigen todas las pautas de estrellas, soles, planetas, hombres, y de los reinos animal, vegetal y mineral; es decir que la ley rige en todo el samsara, que incluirá a los mismos dioses.
Samsara

La gnosis, así como el dharma pretenden liberarnos del sufrimiento del samsara, incluyendo a los propios dioses con su katancia. Para liberarnos esencialmente necesitamos desarrollar la compasión del amor y su sabiduría, aunque tal amor y sabiduría ya existen de por si en el propio Ser. La liberación del samsara y su sufrimiento se enseña en la gnosis, en el mismo Pistis Sophia, mediante las enseñanzas del Cristo, también se puede comprender la liberación del samsara mediante las enseñanzas del dharma, de este modo nos indica el Dalai Lama la diferencia entre samsara y nirvana:

Para tratar de comprender la naturaleza de la libertad del sufrimiento (nirvana) de la que habla el budismo, podemos remitirnos a un pasaje del texto de Nagaryuna, Fundamentos del Camino Central (Mulamadhyamakakarika), en el que, en cierto sentido, equipara la existencia no iluminada (samsara) a la existencia Iluminada (nirvana). Lo que indica, aquí, Nagaryuna es que no debemos creer que nuestra naturaleza o nuestra existencia, iluminada o no, es intrínseca. Desde el punto de vista de la vacuidad, ambos estados se hallan igualmente vacíos por completo de una realidad o de una existencia intrínseca. Lo que diferencia un estado no iluminado de uno iluminado es el conocimiento y la experiencia de la vacuidad. El conocimiento y la experiencia de la vacuidad del samsara es el nirvana. La diferencia entre samsara y nirvana es un estado mental.

(adiestrar la mente) Dalai Lama.

Según los orientales en la rueda del samsara existen seis reinos:

- Reino de Dioses y Angeles (Devas)

- Reino de Semi-dioses (Asuras)

- Reino de los humanos

- Reino de los animales

- Reino de los fantasmas hambrientos

- Reino del infierno

Reino de los dioses

Describen los budistas el reino de los dioses como un reino placentero, lleno de dicha y felicidad sensual, es interesante la observación del Lama Sogyal Rinpoche sobre el mundo o reino de los dioses: “La principal característica del reino de los dioses, por ejemplo, es la ausencia de sufrimiento; es un reino de belleza inmutable y éxtasis sensual. Imaginémonos a los dioses: surfistas altos y rubios que pasan ociosamente el tiempo en playas y jardines bañados de sol, escuchando el tipo de música que prefieren, embriagados por toda clase de estimulantes, absortos en la meditación, el yoga, el ejercicio físico y toda clase de métodos de autoperfeccionamiento, pero sin esforzar nunca el cerebro, sin afrontar ninguna situación complicada o dolorosa, sin ser nunca conscientes de su verdadera naturaleza, tan anestesiados que nunca perciben cuál es realmente su condición”.

Por ello el avatar Samael nos dice que Cristo vino a salvar hombres y dioses, es decir liberarnos del sufrimiento del Samsara aunque seamos dioses, pues esos dioses tendrán su katancia, su karma. Se enseña que el defecto que caracteriza a los dioses es el orgullo según la tradición, pero también la ignorancia, pues la ignorancia es la que nos duerme la conciencia y nos sujeta al samsara. El Cristo es una verdadera revolución para hombres y dioses, él nos muestra cómo salir de la ley de evolución e involución, es decir de la rueda del samsara donde los mismos dioses están atrapados. Cuando nos sometemos al samsara nos sometemos al tiempo, al yo, a lo mío, a la propiedad; nos apegamos a nuestros deseos, pensamientos, sensaciones, etc. nos identificamos y fascinamos con todo, tanto lo adverso como lo placentero:

“No identificarse con lo que es agradable ni identificarse con lo que es desagradable; no mirar a lo que es placentero ni a lo que es insatisfactorio, porque en ambos lados hay dolor”.

                                                             Texto Dhammapada

Meditación en la impermanencia 

Bien si atendemos a las enseñanzas del Cristo, y nos volvemos simples, sencillos y humildes abandonando el orgullo de ser un gran mahatma, un gran iniciado, maestro, un gran deva o dios, etc. comprenderemos que todo el triunfo de Cristo reside en sumirse o diluirse en el “gran océano de la vida libre en su movimiento” como una gota más de ese océano universal, donde solo impera la ley del amor y su divina compasión. Cuando uno se diluye entre ese océano o el “Espacio Abstracto Absoluto” su condición personal, su yo o individualidad, queda anulado, extinto, eliminado; en este estado nada hay que ganar ni perder, pues nadie hay, ningún yo existe que se pueda apropiar o perder de algo bueno o malo.

El Yo pretende amararnos en algún reino existencial y por supuesto que los dioses también se identifican con su reino existencial. Por ello el avatar Samael decía: “es mejor ser que existir”. La gloria de Cristo consiste en conocer la realidad del samsara, que en realidad es una manifestación de nuestra mente, cuando se llega a comprender todos los funcionalismos y recovecos y niveles de la mente, nos damos cuenta de la verdad absoluta; dejando la verdad relativa del samsara en su condición propiamente relativa. Cristo nos enseña a ver que el yo no tiene existencia real, que es un engaño, que es temporal, pues el yo consiste en todas esas limitaciones y condicionamientos que nos hemos impuesto por nuestra propia ignorancia y por qué nos hemos olvidado del Ser y su divino amor. El Cristo no solo nos hace ver y nos despierta a la “Gran Realidad” sino que nos dispone completamente a su naturaleza; haciéndonos libres, conscientes de sí mismos, eliminando cualquier limitación; ¿Cómo va uno a tener limitación si no tiene un yo que lo condicione? El Cristo nos integra en la mente universal, esa mente es ilimitada, infinita, atemporal, por tanto, el Cristo al sumergirnos como una gota dentro de ese océano universal, nos concede su naturaleza propia que es universal, atemporal, ilimitada, infinita, plena de amor, compasión, exenta de yo, exenta de individualidad, exenta de propiedades, etc. De este modo el Cristo nos libera de la ley del Karma, de la katancia o karma de los mismos dioses. 



La naturaleza de Cristo, su luz y sabiduría nos permite vivir en la Gran Realidad de la vida libre en su movimiento, adquiriendo esa verdad absoluta que le pertenece y lo extraordinario de ello, es que la verdad absoluta incluye la verdad relativa del samsara, al igual que la mente universal incluye nuestra mente; siendo con nuestra mente interior, es decir con nuestra mente consiente, que también nos daremos cuenta que la mente interior incluye la mente sensual e intermedia. Por lo que la verdad absoluta no excluye la verdad relativa, ni la mente interior o consciente no excluye la mente sensual e intermedia. Así el Cristo nos permite vivir en la comprensión integra del Ser tanto en su parte manifestada o existencial del samsara, como en su Verdad Absoluta o Espacio Abstracto Absoluto, en la Gran Realidad de la vida libre en su movimiento; nos permite vivir el Cristo libres y exentos del karma.



Atentamente:

Rafael Pavia.