jueves, 29 de diciembre de 2016

Voluntad consciente y libre albedrío.

Voluntad consciente y libre albedrío.

Nuestra voluntad aparentemente juega un papel importante en nuestras vidas, porque suponemos que la voluntad lo puede cambiar todo, al menos algunos así piensan; otros en cambio son deterministas y creen que nuestro destino y nuestra voluntad ya está condicionada, restringida y limitada por las leyes universales, por los designios divinos, por los astros, por nuestro inconsciente y las propias circunstancias que nos rodean. Así vale la pena reflexionar sobre la voluntad y el libre albedrío.


La voluntad y la determinación personal, debe de procurar en todo lo posible conocer sus limitaciones para poder ser efectiva, ya que la voluntad se entiende que debe sobrepasar nuestros instintos, incluidos los sexuales, debe superar los deseos, emociones e incluso nuestros procesos racionales, pues la voluntad debe de imperar sobre toda nuestra condición humana. También por ello la voluntad debe de conocer las leyes humanas, las leyes naturales y universales, para poder conducir o determinar aquello que quiere realizar. Hay que tener en cuenta que nuestra voluntad estará también condicionada por nuestro pasado, por las diferentes experiencias que hemos vivido, y que existe un inconsciente que mueve nuestros procesos psicológicos sin saber nosotros exactamente como. Por ello se dice que hay que despertar la conciencia, para que la conciencia pueda dar luz a todo nuestro caos psicológico y de ese modo poder actuar con la mejor voluntad posible.


Pasemos a la acción, ¿existe algún acto libre de deseos? Ya sean deseos mundanos o espirituales. Por ejemplo, existen actos supuestamente espirituales, que están condicionados por la recompensa o el castigo; existen actos humanos condicionados por la moral, por aquello que es decente y lo que es indecente, etc. Lo que es decente para los cristianos es indecente para los musulmanes, (incluso para los propios cristianos hay contradicciones entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo que es pecado y lo que no es pecado) por ello el juego moral no nos permite tener una claridad y una determinación objetiva. Por lo que nuestra conciencia tiene que realizar un ejerció hercúleo, gigante, para poder discernir entre la mala voluntad y la adecuada voluntad.

Dice la oración: “hágase tú voluntad así en los cielos como en la tierra”, oración dirigida al Padre que está en los cielos, es decir aquella parte de nuestro Ser más elevada, donde la conciencia superlativa del Ser, tendrá que iluminar nuestra mente interior, para poder liberar la voluntad y a nosotros mismos. Por un lado, esta oración nos dice que hay que aceptar los designios de Dios, y con ello todas las circunstancias en las que nos vemos envueltos, hay que aceptar nuestro karma personal y colectivo. Esta es una visión determinista, que nuestra conciencia deberá aceptar conscientemente. Por otro lado, seguimos orando diciendo: “perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”, es decir le pedimos al padre que nos libere del karma, de aquello que nos causa dolor y sufrimiento, eso sí, teniendo presente el dolor y sufrimiento que hemos causado a nuestros semejantes, por ello debemos de encauzar nuestra voluntad al perdón, a conciliarnos con nuestros semejantes, y no solo conciliar deberíamos amar a nuestra pobre humanidad doliente. Más continua la oración diciendo: “más nos no dejes caer en tentación y líbranos del mal”. Pedimos así a nuestro Ser que evite que sigamos cometiendo errores y que nos libre del mal, siendo el peor mal la ignorancia y la carencia de Amor. Es por ello que en la oración pedimos: “danos el pan nuestro de cada día”, siendo este pan el pan de la sabiduría. Por tanto, nuestra luz interior, nuestra conciencia debe adquirir amor y sabiduría, debe de ese modo aceptar lo designado, lo determinado en nuestro destino o karma, pero con la intención de poder no errar más y no caer en el mal de la ignorancia.


Nuestra pereza mental o falta de reflexión, y nuestros queridos yoes (defectos psicológicos), no nos permiten ver la vida y a nosotros mismos con claridad, y sobre nuestro propio caos, creamos una ilusión sobre nuestra libertad, sobre el libre albedrio, sobre la voluntad, la determinación; y pretendemos crear una sensación de seguridad, que como bien dice el M. Samael es: “una falsa sensación de seguridad”. La oración antes citada nos pide que dejemos muestra voluntad personal: “hágase tú voluntad”, por la voluntad regia del Padre, algo que pocos han reflexionado. Si dejamos nuestra voluntad personal ¿qué hacemos? ¿nada?, es obvio que no, pues se trata de alcanzar la verdadera voluntad, aquella que está libre del mal de la ignorancia o carencia de amor y compasión, esta es la voluntad del Ser.

Mientras nuestra voluntad este dividida, y el M. Samael dice que cada uno de nuestros yoes posee una parte de voluntad, es obvio que la voluntad será débil y caótica; también tendremos en cuenta que nuestra comprensión estará muy limitada mientras sigamos identificados con la mente intermedia o la mente dual, pues el ego aprovecha la condición dual de nuestra mente, para dividir, separar, dudar ignorantemente, etc. El yo y la mente intermedia o dual, lo polarizan todo en los opuestos: materia y espíritu, arriba y abajo, blanco y negro, divino y mundano, etc. Mientras que la voluntad del Ser, es unitiva, todo lo unifica mediante el amor y la sabiduría; el amor no condena ni justifica nuestros actos, los comprende.


La voluntad, por tanto, necesita de sabiduría y amor, para poder adquirir su libertad, para poder ser una voluntad soberana. Cuando nos toca por desgracia tener que elegir entre varias opciones ante la vida, entonces caemos en tribulación, significa que aun debemos de despertar conciencia en el Ser. Cuando la voluntad esta iluminada por el Ser, no necesita elegir, ya tiene claridad, ya sabe cómo y qué hacer, ya todo depende de la compasión y la sabiduría que surge de la misericordia.
Nuestro destino, nuestro karma, nuestro libre albedrio, no es más que un juego, donde el Ser observa, comprende, ama, e intenta que su alma perdida y confusa, se dé cuenta de su plena realidad. Dice el M. Samael: “Dios es Dioses, es el ejercito de la voz”. Todos esos Dioses, son nuestros diferentes seres, unos más conscientes que otros de su realidad; todos los seres o dioses, juegan con el destino, todos participan de unas leyes y un karma que en definitiva es temporal, es finito, es efímero. Mientras tanto el Ser, se esforzará en su única voluntad, que despertemos y nos demos cuenta que siempre estuvimos en y con Él, en su espacio ilimitado e incondicional, en ese mismo espacio su amor y sabiduría son incondicional e ilimitados.


Aunque para los moralistas, los dogmáticos, y los que aún siguen identificados en el juego dual de la mente intermedia, les resulte incomprensible, debemos decir que el Ser, que Dios, ama a todos por igual, malos y buenos, ignorantes y sabios, grandes o pequeños, la diferencia solo estriba en que unos aprovechan mejor la sabiduría y el amor del Ser.

Atentamente:

Rafael Pavía. 29-12-2016.



lunes, 12 de diciembre de 2016

Aprender a vivir en la verdad.

Aprender a vivir en la verdad.

Cuando hablamos del despertar de la conciencia siempre lo relacionamos con experiencias de tipo psíquico, místico, de éxtasis, de shamadi, o vacío. Pero pocas veces abordamos el despertar de la conciencia en la vida ordinaria, en nuestro diario vivir. Pareciera que un maestro iluminado tendría que estar de continuo en estado de éxtasis, de arrobamiento místico, etc. En principio debemos comprender que utilidad tienen las experiencias y como encajarlas en nuestro proceso espiritual, lo que equivale a encajarlas en nuestro diario vivir. Por ejemplo, cuando alguien experimenta un éxtasis de amor divino elevado, deberá comprender que ese amor recibido es todo lo que le queda aún por amar a la humanidad, puesto que ese amor no puede quedárselo para uno mismo sin más, pues el amor divino es para componer y aplicar la compasión y la caridad por nuestros semejantes.



Las experiencias intimas hay que reflexionarlas e investigarlas como fenómenos de tipo psíquico o espiritual, puesto que detrás de toda experiencia o fenómeno se encuentra la realidad del Ser. Queremos decir que el Ser nuca se queda atrapado en ninguna experiencia temporal o fenómeno psíquico, el Ser siempre se encuentra más allá de todo fenómeno o experiencia. Por tanto, es obligación nuestra comprender que son estas experiencias y hacia donde nos llevan, las experiencias podrán ser más objetivas cuanto más y mejor nos acerquen a la realidad del Ser; las experiencias nos deben de llevar a la compresión de nuestros orígenes y de nuestro destino final en el proceso espiritual de la Gran obra. Si nos quedamos estancados en la fenomenología psíquico-espiritual sin más, posiblemente nuestro fracaso en el proceso del despertar de la conciencia y en la Gran Obra se cumpla.

Muchos son los que se quedan atrapados en el triángulo mágico del árbol de la vida, otros llegan hasta el triángulo ético, pocos llegan al triangulo lógico del Padre y algunos en exclusiva dan el gran salto hacia la realidad plena del Ser en el Espacio Abstracto Absoluto. Es difícil ver la realidad del Ser en el triángulo mágico porque es el mundo de las formas, hay formas densas en el mundo físico y formas sutiles en el mundo astral o mundo psíquico. Ya en el triángulo ético podemos percibir mejor los valores, los defectos y las virtudes, allí la batalla entre la ignorancia y la sabiduría se desata con dureza; luego en el triángulo del logos más cerca de la verdad absoluta, aun podemos quedar atrapados por la dualidad del mundo relativo o existencial con su verdad también relativa y dual, sujeta aun en la mente intermedia. Pero aquellos que dan el Gran Salto y se ubican en el Ser Absoluto salen de toda mentira, de toda falsedad, de toda ignorancia; comprendiendo la realidad ultima del Ser, desde el principio al final, es el Gran Salto a la Verdad Absoluta.



La verdad absoluta nada tiene que ver con creencias, conceptos, teorías, ni siquiera tiene que ver con experiencias psico-espirituales, pues también las trasciende, pues toda experiencia por sublime que sea es temporal, y solo nos aportara una parte del todo. En cambio, la conciencia superlativa del Ser, la absoluta y trascendental, la conciencia plenamente objetiva, nos muestra de modo permanente la realidad de nuestro existir, la realidad de nuestro paso por lo terrenal, del paso por la existencia psíquica; nos muestra plenamente la realidad y naturaleza total de nuestra mente, para que no pueda haber engaño, ni confusión posible, eso es conciencia objetiva.

Cuanto más cerca e integrados en el Ser, mejor nos adaptamos a la vida común, porque hay menos confusión, menos fantasía, menos sueños e ilusiones. Podemos participar sin conflicto de la convivencia, puesto que la conciencia ha pasado de un estado meramente personal a un estado integral, colectivo, humanitario, universal. Muchos sinceros equivocados, piensan que, al llegar al Ser Absoluto, uno se desintegra, desaparece, deja de existir y sencillamente vive feliz, ¿cómo es eso? Es decir que después de inmensos súper-esfuerzos por lograr la verdad, y la compasión omnipresente, ¿resulta que desaparecemos? ¿qué sentido tiene eso? Puede uno pensar que ya uno se merece ese descanso eterno, cuando llega allí. Pero entonces de que me sirvió todo el inmenso esfuerzo, ¿para llegar a un nirvana placentero, feliz, propio para mí? Creo sinceramente que esa visión lúdica del Espacio Abstracto Absoluto es una fantasía, es irreal, subjetiva. Si es cierto, que uno alcanza en el Ser Absoluto la plena felicidad, pero porque la verdad lo sostiene, porque la compasión y el amor son ahora su plena realidad; y por ello será el primero en ofrecerse una y mil veces a la humanidad doliente, para asistirla y ayudarle y salvarla. Si ignoramos este hecho, entonces mejor repetimos la Gran Obra, porque de poco nos ha servido.


Espero que comprendan que la realidad espiritual, no puede emanciparse de la vida, que en realidad de lo que trata este camino es que eliminemos nuestros sueños, nuestra ignorancia, nuestros miedos, y que lleguemos a ser personas plenamente conscientes de nuestra realidad existencial. Aquello que trasciende el tiempo y las experiencias del mundo de las formas físicas y psíquicas, es lo que continua, pero continua más allá de lo perecedero, de lo caduco, aquello no tiene forma, ni color, ni olor, ni se puede pesar, ni medir; aquello que continua pertenece al espacio-mente, pertenece a la mente universal o mente uní-total. Lo que continua después de la muerte, después de la disolución del cuerpo, del sistema solar, de la galaxia, aquello que se perpetua eternamente no tiene forma, ni existencia, es el propio Ser auto-sostenido, auto-iluminado, autoconsciente, sin apoyo externo alguno. Cuando la conciencia despierta comprende que lo exterior y lo interior pertenece a una única mente, entonces descubre por sí mismo que significa apoyarse en formas externas (materiales, físicas y psíquicas) y como auto-sostenerse sin depender de formas externas, de hecho, el origen del Ser es independiente del espíritu y la materia:

El Absoluto es el Ser de todos los seres. Él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. Él se expresa como Movimiento y Reposo Abstractos Absolutos. Él es la causa del Espíritu y de la Materia, pero no es ni uno ni la otra.

                              Tarot y Cábala. Samael Aun Weor
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Si se comprende que exterior e interior son originados en una única mente, entonces se comprende con certeza que el cielo y el infierno, pertenecen a esa única mente, entonces lucidamente, claramente comprende todos los fenómenos psico-espirituales. Así exterior e interior son productos de un mismo fenómeno, cielo e infierno también, evolución e involución, actividad y descanso, etc. toda dualidad es producto de una única mente, tiene un único origen y causa. La conciencias dormidas, los que sueñan se posicionan en una parte de la dualidad, sin comprender bien la otra parte opuesta y siempre se mueven en el dualismo separatista del “yo y el tu”, y mucho menos comprenden la unidad “no dual” que todo lo sostiene.

Cuando uno despierta conciencia más allá del bien y del mal, más allá de toda dualidad, ya que el amor es incondicional, no condena ni justifica si no que comprende, entonces es apto, capacitado, para ayudar y asistir a la humanidad, no solo con amor y compasión, también con la sabiduría y la luz que emana del propio amor. De ese modo la conciencia despierta fluye en la vida común, comprendiendo el misterio del “océano del vida libre en su movimiento”.



Atentamente:


Rafael Pavía. 7/12/16.







jueves, 8 de diciembre de 2016

Enseñanzas del Pistis Sophia - capitulo 1



El poder de la sabiduría, el Pistis Sophia, es poder divino del Amor, representado en Cristo: Del Amor surge la naturaleza del Ser y toda la Sabiduría, que nos debe de llevar a la comprensión profunda de nuestra realidad. El Amor es la cualidad necesaria para la contemplación, porque el amor, no condena ni justifica, sino que comprende.

Atentamente:
Rafael Pavia.   8/12/2016.

martes, 6 de diciembre de 2016

El Karma, el destino y el remedio.

El Karma, el destino y el remedio.

Se relaciona el karma con nuestro destino, planteándose en qué medida nosotros tenemos libre albedrio para crear nuestro destino. Tal libre albedrio nos dice el Maestro Samael es como el espacio que queda entre el violín y el estuche del violín, es decir un margen mínimo. Sobre el karma algunos piensan que es rígido y que todo está ya programado: nuestro momento de nacer, de morir, de enfermar de tener accidentes, de todo; estando todas nuestras recurrencias de la vida ya dictaminadas y sentenciadas. Podemos decir que en cierto modo es así, que nuestro destino está determinado y es invariable, pero ello sucede porque en si desconocemos la ley del karma, la ley de causa y efecto, pues si conociéramos la ley del karma y como funciona, entonces tendríamos el remedio a nuestro mal parado destino.


Cuando uno conoce las leyes que rigen nuestra vida podemos trascenderlas, podemos evitar la mecánica de las leyes y trabajar para liberarnos de los condicionamientos y limitaciones de nuestro karma. La ignorancia es el peor mal, e ignorar como es y cómo funciona la ley del karma nos sumerge en el sufrimiento, individual, familiar, colectivo y mundial. Poner remedio a nuestro mal, a nuestra ignorancia, sufrimiento, destino o karma, sin tener en cuenta el amor es inviable. El remedio a nuestro karma es el amor y la sabiduría del amor, que no permitirá amar mejor.

El Maestro Samael nos dice que el karma es negociable, que se puede cambiar, modificar y nos dice: “al león de la ley se le combate con la balanza”, “Haz buenas acciones con las que poder negociar”, “o se paga con dolor o con sacrificio”, etc. todo ello lo debemos de reflexionar con claridad y profundidad, pero si no tenemos presente el amor como el remedio a nuestro karma, entonces estaremos perdiendo el tiempo. El fundamento de nuestra morada, la morada del Ser es el amor, siendo el remedio a nuestros males el amor, la compasión, la caridad cristiana.


El amor debe empezar por el autoconocimiento, si pretendo conocer que mueve mi vida, como se crean las condiciones de mi existencia, entonces tendré que empezar por observarme a mí mismo, y conocer todo aquello que me beneficia y lo que me perjudica; esto significa ver cómo nos relacionamos consigo mismos. Nuestro karma parte de la relación que mantenemos consigo mismos, si nos relacionamos mal con nosotros mismos, nos relacionaremos mal con todos y con todas las circunstancias que nos rodean. Los dioses no tienen la culpa de que nosotros nos relacionemos mal consigo mismos, cuando alguien odia a otra persona puede que le acabe haciendo daño, pero el primer perjudicado del odio es uno mismo, si alguien siente envidia y celos de otros, es posible que los otros acaben siendo perjudicados por esa persona, pero el primer perjudicado de los celos y la envidia es la persona que padece esa envidia y esos celos. Así todas las actitudes que a nosotros nos perjudican terminan perjudicando a la familia seres queridos, vecinos, colectivos, e incluso a nivel mundial. Por ello el amor debe de empezar por la autoconciencia, por uno mismo, para evitar hacernos daño a nosotros y después a nuestros semejantes.


Los grandes Maestros de la humanidad Jesucristo, Buda, Lao-tse, Hermes Trimegistro, etc., nos enseñan que el dolor, el sufrimiento, el karma puede ser trascendido, superado, totalmente, y eso es viable si ponemos el cimiento de nuestra comprensión de la vida y del karma en el amor y la compasión. Si nuestra intención al estudiar el karma es mejorar nuestra vida, tener una vida más fácil, más cómoda, sin problemas económicos, con una buena casa, etc., entonces no vamos a comprender nada sobre el karma; para comprender el karma hay que comprender lo que es la vida, su origen, su devenir, etc. Buda nos explica en sus cuatro nobles verdades: 1º el sufrimiento existe, y se explica los diferentes tipos de sufrimiento que generamos. 2º el sufrimiento viene del pasado, y se explica que nuestra ignorancia, deseos y apegos son el origen y sostén de nuestro sufrimiento. 3º el sufrimiento puede desaparecer, y se explica como por medio de la autoconciencia y una correcta relación consigo mismos el sufrimiento desaparece. 4º el sufrimiento desaparece, aquí no se explica nada aquí se debe experimentar la liberación del karma y el sufrimiento.


Las enseñanzas gnósticas de Jesús nos dicen que son para liberar a hombres y dioses, esto es liberarnos de la mismísima rueda del samsara, donde hombres, dioses, semidioses, pretas (espíritus hambrientos), animales, y narakas (habitantes del inframundo) padecen, lloran y sufren. Estudiar e investigar el karma es dar solución al sufrimiento, trabajar con el karma es poner remedio al dolor de nuestra alma, por ello decía el Maestro Samael: “el karma es una medicina para nuestra alma”. El trabajo con el karma no se trata de poner unos parches, unos remiendos a nuestra existencia, para que sea un poco más llevadera, ¿qué sentido tiene eso?; comprender el karma implica conocer lo que mueve la vida, significa llegar a la raíz del amor, requiere trabajar para y por la compasión. Si pretendemos hablar del karma, explicar lo que es el karma y como funciona y resulta que no comprendemos que el remedio al sufrimiento es el amor, entonces estamos perdiendo el tiempo, es como construir una casa sin sus cimientos.

Si solo te preocupas de tu karma, de tu sufrimiento personal no vas a comprender mucho lo que es la ley del karma. Sin embargo, hay que empezar por solucionar primero nuestro karma, porque si nosotros mimos, no somos capaces de liberarnos del karma, como pretendemos enseñar a otros lo que es el karma en base a ¿qué y cómo? vamos a explicar cómo se puede liberar de la ley del karma. Cuando uno mismo conoce como se mueve su karma, y como se puede liberar del karma, entonces podrá ayudar a sus semejantes y a todos los seres que sufren y padecen. Si uno pretende conocer la ley del karma, con la intención de solo liberarse el mismo de su sufrimiento, entonces está perdido, va contra dirección, porque es imposible conocer lo que es el karma sin comprender cuál es nuestro origen, nuestra verdad, nuestra luz, nuestra conciencia, lo que implica conocer la realidad profunda del Ser; y el Ser como todos los maestros de la humanidad han demostrado se sostiene y mantiene en el Amor y la sabiduría. Por tanto, la ley del karma nos conduce hacia el amor y la compasión.


La severidad, el rigor, la justicia, el sufrimiento, es siempre autoimpuesto, porque cuando nos alejamos del Ser y su amor, su bondad y compasión, los primeros en ser perjudicados somos nosotros mismos, es nuestra misma alma quien sufre la condición del alejamiento, del olvido, la desesperanza, etc., al vivir alejados del Ser y su naturaleza compasiva, nos autoimponemos el rigor de un existir sin Ser. Por ello el pretendido yo o ego que sustituye al Ser, solo nos causara dolor y sufrimiento; y por ello mismo es imposible comprender la ley del karma sin eliminar el yo, el ego. De que serviría cuidar solo de nuestra parcela si el resto de parcelas que hay a nuestro alrededor son fuente de destrucción, corrupción, guerra, odio, etc. ¿cuanto tiempo podría permanecer nuestra parcela aislada y sin ser afectada?


La compasión es incondicional, infinita, ecuánime, llena de luz y sabiduría, ahí nos lleva la ley del karma. La ignorancia, el yo, el ego, nos llevan en dirección opuesta, al sufrimiento, a la parálisis del no saber actuar sin dañar, sin perjudicar, sin agraviar a los demás. Meditar significa comprender tu vida, tu origen tu Ser, tu naturaleza, las leyes que rigen la existencia y con ello trascenderlas para bien de la humanidad.

Atentamente:

Rafael Pavía. 6/12/16.