viernes, 18 de noviembre de 2016

Los dos pilares del Ser y la Logia Blanca: Amor y Sabiduría.



                     Los dos pilares del Ser y la Logia Blanca:

Amor y Sabiduría.



Amor y sabiduría son los dos pilares de la morada del Ser, siendo los pilares de los Venerables Maestros de la L.B.

En el budismo encontramos el bodhisattva Avalokiteshvara como encarnación de la compasión, y al bodhisattva Manjushri como encarnación de la sabiduría. Amor y sabiduría son uno, y no pueden separarse, el amor ciego a nada nos lleva, es una potencia sin dirección; la sabiduría sin amor es como un pozo sin agua, el escaparate de una tienda sin suministros.

El amor y la sabiduría se encarnan en Cristo, es Cristo quien unifica la sabiduría y el amor. A la sabiduría se le representa como luz, luz que debe de librarnos de la oscuridad de nuestra ignorancia, y a Cristo se le conceden la vestidura de Luz como se representa y enseña en el Pistis Sophia.

El Bodichita o motivación del camino espiritual es la unión del amor y la sabiduría; cuando se encarna al Cristo, se unifica amor y sabiduría, para así llegar a la morada del Ser.

Para el budismo la sabiduría se vincula a la comprensión del vacío o sunyata, siendo los tres puntos de reflexión sobre el vacío los siguientes: 1º la impermanencia: nada permanece, todo lo que nace muere, todo lo que se construye se destruye, todo lo compuesto se descompone, etc. 2º la interdependencia: nada subiste por sí mismo, todo depende de otros elementos y factores para subsistir, nada ni nadie puede ser autosuficiente. 3ª la unidad: siendo que todos dependemos de todo, la unidad debe ser nuestra fuente de vida. La unidad es producto del amor.



En occidente la sabiduría se bloqueó en la lógica racional, dice así el M. Samael:

“Los pensadores surgieron en occidente en base a la pregunta:

¿Qué es y de donde viene la existencia? Incluso estos equilibristas de la razón aceptaron aquello de “pienso luego existo”.

Sin embargo los filósofos, orientales y algunos occidentales, comprobando que la existencia es perecedera y corruptible, intuyeron una realidad permanente y atemporal mas allá de la existencia; así, llegaron a la pregunta: ¿Qué es la no-existencia? De esta forma surgió la filosofía del vacío.”

                                                SAMAEL AUN WEOR.



Este comentario del M. Samael mas esta frase que el nos recuerda, “Es mejor Ser que Existir”, nos invita al estudio reflexivo y meditación sobre la filosofía del Vacío.

En el cristianismo esotérico gnóstico, se da el salto de la lógica racional de la mente intermedia, a la lógica intuitiva de la mente interior, mediante la conciencia crística. Demos entonces ese salto hacia el vacío, un salto hacia la sabiduría perenne, la sabiduría innata e intuitiva. Más allá de lo que meramente existe hay un espacio, ese espacio se relaciona con nuestra mente. Nuestra mente es vasta e ilimitada como lo es la mente universal, nuestra mente interior nos abre hacia ese vasto espacio de la mente universal. La mente es semejante al propio espacio, descubrir la naturaleza de nuestra mente es conocer la realidad del universo, nos dice el M. Samael:

Origenes de la Mente Universal:
"La Gran Realidad Divina surgió de su propio seno en la Aurora de este Universo Solar en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser. La Gran Realidad no se conoce a sí misma, pero al contemplarse en el espejo viviente de la Gran Imaginación de la Naturaleza, llega entonces a conocerse a sí misma. De este modo se crea una actividad mental, vibratoria, por medio de la cual la Gran Realidad conoce sus imágenes infinitas que lucen maravillosas en el escenario cósmico. Esta actividad que saliendo de la periferia se dirigió al centro, es lo que se llama Mente Universal.
Todos los seres vivimos sumergidos en el océano infinito de la Mente Universal. Así todos vivimos dentro de todos. Nadie puede separarse mentalmente. “La herejía de la separatividad es la peor de las herejías”.

                                                        Samael Aun Weor.




"El Todo es Mente; el Universo es mental"

El Kybalion

De la mente surge todo y en la mente se disuelve todo. La mente es tan abstracta como lo es el espacio. La mente no se puede pesar, medir, ni numerar. Si no somos capaces de comprender la realidad de nuestra mente entonces todo esfuerzo por despertar conciencia está muerto, es completamente inútil.

Cuando el amor esta carente de sabiduría, incumple su propósito de ayudar a nuestros semejantes; nuestros semejantes sufren con demasía, por ignorancia, porque aún no han descubierto la realidad de su mente y mucho menos la de su Ser. La humanidad sufre por ignorancia, creándose un karma abundante, por sus apegos y deseos existenciales. Hay quien ama con intensidad, pero de una manera ciega, sin saber porque sufre y padece él y sus semejantes, ignora cómo es su mente, como funciona, que naturaleza tiene, desconoce la realidad del vacío y del Cristo. El amor debe impulsarnos hacia el vacío o sabiduría del espíritu, hacia la comprensión de nuestra mente, porque la mente interior y universal es vacía. Todos nuestros pensamientos y deseos surgen de la mente y se disuelven en la mente, uno tras otro, tomar conciencia de esa realidad es fundamental. Mediten ustedes sobre sus mentes, sobre sus pensamientos, obsérvenlos detenidamente, y pregúntense ¿donde se encuentra mi pensamiento o mi emoción?, en el cerebro, ¿acaso se ha visto alguna vez los pensamientos en el cerebro?, quizás en nuestro hígado o estómago, ¿se ha visto alguna vez nuestro pensamientos o sentimientos en nuestro hígado o estomago? Está claro que nuestros pensamientos y sentimientos son intangibles, invisibles, impalpables, inmateriales, abstractos, etc. porque su naturaleza es vacía, como lo es nuestra mente. Todo surge de la mente y todo se disuelve en la mente.


Nuestro querido ego, nuestro amado yo, es terriblemente existencialista, porque nosotros mismos le damos soporte con nuestro apego, alimentándolo con nuestros deseos. Al ego para nada le interesa descubrir la realidad más allá de lo existencial, de lo temporal, porque el yo pertenece al tiempo, porque el yo es memoria, y el yo quiere subsistir cueste lo que le cueste, a pesar que sabe que la muerte y la impermanencia lo sepultaran. El yo quiere recurrencias en el tiempo, quiere repetir y repetir su existencia y se somete cruelmente a su karma recurrente. Todo menos aceptar que la realidad de la mente universal es vacía, y que del vacío surgen las formas e imágenes de naturaleza temporal, transitoria, siendo nuestros pensamientos y sentimientos de la misma condición y naturaleza, temporales y transitorios. Del vacío surgen las formas y la materia, el vacío es la naturaleza propia del espíritu.


Todo surge de la mente y todo se disuelve en la mente, porque la mente es el mismo espacio universal. Es la misma naturaleza y fuerza del amor la crea y vuelve a crear formas y más formas para que nosotros conozcamos la Gran Realidad, pero el mismo amor que crea las formas luego las disuelve. A la Madre Divina Kundalini le cuesta muchísimo disolver a nuestros egos, porque nosotros lo sustentamos, porque nosotros nos fascinamos pensando que son identidades reales que nos pertenecen, pensamos que el “yo”, que el ego, somos nosotros mimos; a falta de una real comprensión sobre lo que somos, quienes somos y de dónde venimos. Nuestro querido ego subsistirá mientras lo dejemos existir en nuestra mente sensual e intermedia, pero si permitimos que el amor nos lleve a la comprensión clara de nuestra mente, si permitimos que la mente interior se abra, comprenderemos la ridiculez del ego, la fantasía del ego la mentira del ego, la falsedad del ego, la ignorancia del ego, de tal modo que le podemos retirar cualquier sustento y apoyo al ego. Eso es comprensión y con la comprensión vendrá seguidamente la disolución y eliminación del ego. Así el amor nos lleva hacia la sabiduría, hacia la naturaleza propia del espíritu y su vacío.

El amor nos debe permitir dar el salto de la lógica meramente racional a la lógica intuitiva, el M. Samael definía la intuición de este modo:

“La intuición es percepción instintiva de las verdades cósmicas sin el proceso deprimente de la opción conceptual”.


La opción conceptual deprimente corresponde a la mente intermedia, sujeta a la ley dual del péndulo o dualismo existencial; mientras que la mente interior se abre a la intuición y a la unidad del vacío. Cualquier intento de comprender nuestra naturaleza sin tener presenta la mente, el vacío, la naturaleza propia del Ser, esta obviamente condenada al fracaso. Si pensamos ridículamente que el Ser y la verdad están más allá de nuestra mente, ¿cómo podríamos entonces conocer la verdad y al Ser?, es cierto que la verdad y el Ser están más allá de la mente sensual e intermedia; pero la verdad si se encuentra en nuestra conciencia superlativa del Ser, con la que abrimos y activamos la mente interior.

Desconocer nuestra realidad nos aturde, nos confunde, nos provoca ignorancia, y somos incapaces de comprender que es la verdad, que se es, que somos, más allá de los meramente existencial. La verdad es sabiduría, la verdad es amor, la verdad se intuye, la verdad está más allá de lo temporal o existencial, la verdad es la morada de nuestro Ser.

“La verdad es lo desconocido de instante en instante”

Samael Aun Weor.


Atentamente:

Rafael Pavía,   20/11/2016.

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