jueves, 26 de enero de 2017

Gnosis: En el principio era el verbo

Gnosis: En el principio era el verbo.
El evangelio de Juan es considerado el más gnóstico de los cuatro evangelios canónicos, y empieza diciendo:

“En el principio era el verbo, y el verbo y Dios eran uno, y por él fueron hechas todas las cosas”.



El M. Samael se refiere a Sabaoth (En hebreo, forma plural de "hueste" o "ejército") como el ejercito de la voz, refiriéndose a los Elohim (en hebreo plural de Dios) como divinidades andróginas el mismo Iod He Vau He (יהוה andrógino: positivo-negativo, macho-hembra), reunidos en un coro en el amanecer de la creación, se dividieron en hombres y mujeres y utilizando su verbo creador formaron el universo. Lo dicho y lo citado del evangelio de Juan, nos debe de llevar a una profunda reflexión, pues donde existe el verbo, existe la mente, las ideas, los recuerdos, los pensamientos, las imágenes, etc. veamos que nos dice el antiguo texto del Rig Veda:

“No existía algo, ni existía nada;

El resplandeciente cielo no existía;

Ni la inmensa bóveda celeste se extendía en lo alto.

¿Qué cubría todo? ¿Qué lo cobijaba? ¿Qué lo ocultaba?

¿Era el abismo insondable de las aguas?

No existía la muerte; pero nada había inmortal.

No existían límites entre el día y la noche,

Sólo el Uno respiraba inanimado y por sí,

Pues ningún otro que EL jamás ha habido.

Reinaban las tinieblas y todo el principio estaba velado.

En obscuridad profunda; un océano sin luz;

El Germen hasta entonces oculto en la envoltura,

Hace brotar una naturaleza del férvido calor.

¿Quién conoce el secreto? ¿Quién lo ha revelado?

¿De dónde, de dónde ha surgido esta multiforme Creación?

Los Dioses mismos vinieron más tarde a la existencia.

¿Quién sabe de dónde vino esta Gran Creación?

Aquello de donde toda esta Creación inmensa ha procedido,

Bien que su voluntad haya creado, bien fuera muda,

El más elevado vidente, en los más altos cielos,

Lo conoce, o quizá tampoco, ni aun Él lo sepa.


Contemplando la Eternidad...

Antes que fuesen echados los cimientos de la Tierra.


Tú eras. Y cuando la llama subterránea

rompa su prisión y devore la forma,

todavía serás Tú, como antes eras,

sin sufrir cambio alguno cuando el tiempo no exista.

¡Oh, mente infinita, divina Eternidad!”



la idea de que espacio y mente son lo mismo nos resulta difícil de comprender cuando pretendemos conceptualizar el espacio o la mente. 

¡Oh, mente infinita, divina Eternidad!

La mente en silencio o más allá de silencio es un espacio infinito, sin obstáculos, sin condiciones; tal espacio abstracto, indefinible, es el origen de todo, lo contiene todo: la noche y el día, lo positivo y lo negativo, el principio y el final, el sonido y el silencio, lo creado y lo increado; al no tener límites todo lo puede incluir. En tal condición o naturaleza del espacio-mente abstracto hayamos al Ser del Ser, que es un no Ser porque semejante a lo infinito-abstracto es indefinible conceptualmente, pero si nos indica el Rig Veda, ese estado de contemplación más allá del silencio y del vacío o espíritu:

“Contemplando la Eternidad...

Antes que fuesen echados los cimientos de la Tierra.

Tú eras. Y cuando la llama subterránea

rompa su prisión y devore la forma,

todavía serás Tú, como antes eras,

sin sufrir cambio alguno cuando el tiempo no exista”.



Es decir, el Ser era y es y será, y ante la contemplación de todo el universo manifestado y finito su naturaleza permanece inmutable. Quizás con el siguiente texto reflexivo sobre la Fe del budismo Mahayana, lleguemos a comprender mejor esta cuestión:

“La esencia de la Mente está libre de pensamientos. La característica de lo que está libre de pensamientos es semejante a la esfera del espacio vacío que atraviesa todo. El Uno sin un segundo, o sea, el aspecto absoluto del Mundo de la Realidad (dharmadhatu), no es otro que el Dharmakaya indiferenciado, el “Cuerpo de la Esencia del Tathagata”. Como la esencia de la Mente se fundamenta en el Dharmakaya, se ha de llamar Iluminación original. ¿Por qué? Porque “Iluminación original” denota la esencia de la Mente (original) en distinción con la esencia de la mente en el proceso de la actualización de la Iluminación; el proceso de la actualización de la Iluminación no es otro que el proceso de la integración de la identidad con la Iluminación original”.

El Shastra del Despertar de la Fe Mahayana – Sraddhotpada Shastra . Columbia University.


El principio, el verbo, los mismos Dioses, recordemos que el M. Samael dice que “Dios es Dioses”, deben servir para cumplir la única ley que rige en el espacio abstracto absoluto, la ley del amor, esto es el dharmadhatu. Es por ello que la síntesis del voto del bodhisatva-yana dice:

“Mientras el espacio resista
y mientras los seres sintientes permanezcan hasta entonces, pueda yo aguantar también y disipar las miserias del mundo”.




El Ser permanece inmutable antes y después, pues vive siempre un presente no condicionado ni por el pasado y ni por el futuro, entonces nos podemos preguntar ¿qué sentido tiene toda la experiencia de la existencia, si finalmente quedamos como siempre fuimos? La respuesta es que: “La razón de ser del Ser es el mismo Ser”, esto es amar incondicionalmente a todos los seres sintientes de los diferentes reinos. Entonces el despertar y la iluminación no es más que el reconocimiento de lo que somos.

Atentamente:

Rafael Pavía. 25/01/2017.











1 comentario:

  1. Muy interesante.....
    Pasado, presente y futuro coexisten al mismo tiempo por lo que somos responsables de nuestro destino, es decir, de nuestros pensamientos.

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