lunes, 9 de enero de 2017

Gnosis, enigmas de la mente.

Gnosis, enigmas de la mente.

“La verdad es lo desconocido de momento en momento”

Samael Aun Weor.

"La Gnosis se vive en los hechos, se marchita en las abstracciones, y es difícil de hallar aún en los pensamientos más nobles"

Samael Aun Weor.


¿Cuántas cosas creemos conocer, pero aun ignoramos y desconocemos? Nos dice el maestro que somos “ignorantes ilustrados”, y hay mucho de cierto en lo dicho, en esta frase y en las de arriba.


El desconocimiento de sí mismos nos convierte a nosotros mismos en un enigma, utilizamos conceptos como conciencia, mente, voluntad, alma, espíritu, verdad, lo absoluto, sin tener claridad conceptual al respecto, y mucho menos reflexión profunda. La gnosis se puede experimentar mediante el amor y la sabiduría, el amor es un estado más cercano a lo emocional, la sabiduría es más cercana al intelecto, entonces se nos dice que tenemos en la mente interior un centro emocional superior y un centro intelectual superior que opera mediante la conciencia. Así la mente interior se activa con la conciencia superlativa del Ser, utilizando sabiamente y con el amor o la compasión, las emociones y el intelecto. Pero no es que las emociones o el intelecto superiores sean la solución, son medios, instrumentos del propio Ser.


Veamos cuantos enigmas nos quedan por descubrir: ¿cuántos tipos de mente tenemos? El M. Samael cita: la mente sensual, intermedia, interior, las siete mentes, la mente uní-total, la mente cristo, la mente universal. A parte es de todos conocidos la máxima hermética que dice: “todo es mente”. Realmente hasta que no comprendamos claramente lo que es la mente nos resultara imposible obtener la realización del Ser. La mente no es un concepto, es una realidad que debemos descubrir y conocer hasta el último rincón, si no es así no podremos comprender lo que nos dice el M. Samael: “la verdad está más allá del cuerpo, los afecto y la mente”. ¿cómo podemos descubrir la verdad sin cuerpo, sin afecto, y sin mente? Alguno podría decir: <pues con la pura conciencia>, pero entonces ¿estaría utilizando la mente interior o no, con la pura conciencia? a propósito ¿la verdad tiene que ver con las emociones superiores (éxtasis, arrobamientos, samadhi) y con la intelección iluminada?


Según los teósofos que se introdujeron en los conocimientos milenarios de la india, describen así a la mente: Manas: Literalmente "la mente": Manas o Inteligencia superior, relacionada con Âtma y Buddhi, y vehículo o instrumento del alma espiritual (Buddhi). -El Manas superior, junto con el Buddhi y Âtman, constituye la Tríada superior, imperecedera, mientras que el Manas inferior, unido a los principios inferiores (cuerpo fisico, doble etéreo, principio vital y alma animal), forma el cuaternario inferior, esto es, la personalidad transitoria.


Según la cabala y del libro recomendado por el M. Samael de Dion Fortune, describe así la mente en el capítulo que corresponde a netzah o la mente: Consideremos, ahora, a Netzach en sí, bajo sus aspectos macrocósmico y microcósmico, no debiendo olvidarnos que nos hallamos en una esfera de ilusión, y que lo que será descripto en términos de forma no son más que apariencias percibidas por el espíritu y proyectadas como formas pensamiento en la luz astral. Es esencial comprender este punto capital si se quiere evitar la superstición. (en el capítulo amplia mucho más la información sobre la mente).

El M.G. decía sobre la mente:


“Para estar presente a mí mismo, debo comprender como trabaja mi mente, comprender que la función del pensamiento es situar y explicar, pero no vivir la experiencia. Ese pensamiento está hecho de saber, de conocimientos acumulados que se presentan bajo la forma de imágenes y asociaciones. Captura la experiencia para hacerla entrar en las categorías de lo conocido. Si se callara podría ver algo nuevo. Pero en cuanto interviene, transforma inmediatamente esa experiencia en algo antiguo, en algo que ya fue objeto de una experiencia. La imagen despierta en mí una reacción inmediata. Y entonces siempre se repite la misma cosa. Nunca algo nuevo (……) Me gusta mi saber. Siempre quiero aportar una respuesta o llegar a una conclusión. Estoy condicionado por eso. Todo lo que conozco, lo que sé, condiciona mi mente y limita mi percepción. Todo lo que conozco, lo que sé, es una masa de memorias, de recuerdos, que me empujan a acumular, a repetir experiencias de la misma índole. Necesito ver que mi mente siempre es movilizada por las exigencias del yo ordinario, por sus asociaciones, por sus reacciones. Eso la corrompe. Un pensamiento movilizado por las asociaciones no es libre, no está libre en su movimiento. Los trayectos que atraviesa están llenos de obstáculos, de barreras bajo formas de imágenes, ideas fijas o experiencias. Inmovilizan o cambian el curso del pensamiento, otorgándole la impresión de una continuidad. Pero la continuidad no está en el material que ocupa el pensamiento. Está en la energía misma. El hecho de creer en ese material mantiene esa energía presa en el círculo del pensamiento. Pierde toda su movilidad y agudeza. Se vuelve cada vez más débil y el pensamiento se vuelve pequeño y obtuso. Percibimos esto a través de las tensiones constantes de la cabeza, de la cara y el cuello.

Mi pensamiento está sometido al yo ordinario. Esto es lo que impide que la mente esté tranquila. Sin embargo, su apaciguamiento no vendrá de que yo retire mi mente, sino de que la comprenda. No vendrá de una lucha contra ese hecho. Ella no me llevará a la liberación. Sólo viéndolo me puedo liberar de ese condicionamiento. No es ignorándolo o negando que alcanzaré a liberarme. Sólo crearé un nuevo condicionamiento. Asimismo, necesito ver que la mente es el centro de mi yo ordinario, del ego. Ese yo busca la seguridad. Tiene miedo y se identifica para encontrar esa seguridad; es una batalla perpetua. Toda mi conciencia habitual consiste en juzgar, condenar, aceptar o rechazar. Eso no es realmente la conciencia. En ese estado sin tranquilidad de la mente, nada real me podrá ser revelado”.

Y sobre la mente nos dice Krishnamurti:


“Solo mediante la percepción; de instante en instante y de lo que es verdadero, existe el descubrimiento de lo intemporal y de lo eterno. Sin conocimiento propio, no podemos dar con lo eterno. Cuando no nos conocemos a nosotros mismos; lo eterno se vuelve una mera palabra, un símbolo, una especulación, un dogma, una creencia, una ilusión por medio de la cual la mente puede escapar. Pero si uno empieza a comprender el YO; en todas sus diversas actividades cotidianas, entonces, por obra de esa comprensión misma y sin que haya esfuerzo alguno, surge a la existencia lo innominado y lo intemporal. Pero lo intemporal, no es una recompensa por el conocimiento propio. No se puede tratar de obtener lo eterno; pues la mente, no puede adquirirlo. Se manifiesta a sí mismo, solo cuando la mente esta quieta; y la mente puede estar quieta únicamente cuando es sencilla, cuando ya no acumula, ni condena, ni juzga y tampoco sopesa. Solo la mente sencilla puede comprender lo real; no así la mente repleta de palabras, de conocimientos y de informaciones. La mente que analiza y que calcula, no es una mente sencilla.

Padmasambhava sobre la auto-observación, la conciencia la mente:


“Introducirla al señalarla directamente, la consciencia pasada ha desaparecido sin algún rastro. Más que eso, la realización futura es no nacida, y en la frescura de su propio presente, de su forma de ser sin fabricación, ahí está la consciencia ordinaria del presente. Cuando se observa ella misma, con esta observación hay una vividez en donde nada es visto. Esta atención es directa, desnuda, vívida, no establecida, vacía, luminosamente límpida, única, claridad no-dual y vacuidad. No es permanente, pero sin ser establecida. No es nihilista, pero radiantemente vívida. No es una, pero múltiplemente atenta y clara. No es variada, pero indivisiblemente de un solo sabor. No es otra cosa que esta misma consciencia de sí mismo.
Ésta es una introducción real a la naturaleza primordial del ser”.

Otra cita de Padmasambhava sobre la mente:
“El Gran Maestro de Oddiyana dijo en cierta ocasión:
No investigues la raíz de las cosas, 
investiga la raíz de la mente. 
Una vez que hayas encontrado la raíz de la mente, 
conocerás una sola cosa y, no obstante, 
serás capaz de liberarlo todo. 
Pero, si no logras encontrar la raíz de la mente, 
puedes conocerlo todo, pero no conocerás nada”.


Una mente clara, sencilla e intuitiva puede percibir la realidad y profundizar en la verdad del Ser, más allá de todo concepto, debate, teoría, especulación, etc. Cada cual en este camino debe de seguir su propia luz interior, para descubrir su propio enigma. Como dijo un maestro zen “tu iluminación está a un palmo de tu nariz”, por lo tanto no debe de ser tan difícil alcanzar tal iluminación, por lo menos eso espero, francamente me parece una lastima que pasen 20, 30 o mas años en la gnosis y muchos no alcancen su iluminación; aunque vale la pena dedicar todo el tiempo necesario para despertar en nuestra propia luz. 
busquemos la raíz de nuestra mente y todo podrá ser liberado.



Atentamente:

Rafael Pavia. 09/01/ 2017.

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