domingo, 23 de octubre de 2016

Gnosis el Ser Omnipotente

Gnosis el Ser Omnipotente.

La realidad, la verdad y naturaleza del Ser, es extraordinaria, maravillosa, ya que el Ser lo es todo. Es usual referirnos al Ser como omnipotente, omnimisericordioso, etc. así que vale la pena reflexionar sobre el prefijo “omni”.

Ejemplos:

• Omnívoro: que come todo tipo de alimentos (carne, vegetales, etc.)

• Omnipresente: presente en todas partes

• Omnipotente: que todo lo puede

• Omnisciente: que posee sabiduría de todo

• Omnicomprensivo: que lo comprende todo

• Omnímodo: que lo abarca todo


Omni- Prefijo procedente del l. omnis, todo. Denota totalidad o relación con todos.



Cuando utilizamos el prefijo “omni” en relación al Ser, estamos refiriéndonos a lo más elevado y trascendente del Ser, y por ello mismo debemos de darnos cuenta que nos estamos refiriendo al Ser impersonal, al Ser sin individualidad, sin ego.

“El Logos es unidad múltiple perfecta. En el mundo del Logos la variedad es la unidad.

El Cristo Intimo en cada uno de nos, está más allá de la individualidad, de la personalidad y del yo.

En el Señor, todos los seres son en realidad Uno”.

                                  Pistis Sophia. Samael Aun Weor.




Reconocer la grandeza del Ser, es perderse en su infinitud, en su atemporalidad, en su espacio vacío de apegos, deseos, personalismos, etc. Y si de algún modo los maestros encarnan al omnimisericordioso, será una simple muestra, un pequeño rayo de Aquél que lo es todo. Y de hecho cuanto más se individualiza o singulariza, la verdad que todo lo sustenta, mas se aleja uno de su omnipotencia. Por tanto, al hacer uso del prefijo “omni” entendamos que estamos apelando al Ser uní-total, exento de parcialidades, individualidades, preferencias, peculiaridades, etc. La grandeza del Ser, se encuentra en que su amor es universal, ecuánime, igual para todos; ama igualmente a pobres y ricos, esclavos y amos, sabios e ignorantes; la diferencia entre un sabio y un ignorante es que el sabio comprende la realidad y la naturaleza del Ser, por lo que colabora con el amor y propósito del Ser, mientras que el ignorante, desconoce su propia realidad, desconoce a su propio Ser, y por tanto anda extraviado, sin saber de dónde viene, ni quien es, ni hacia donde va.

Cuando buscamos lo inefable del Ser, estamos eliminando nuestra identidad, estamos disolviendo nuestro ego, y también nuestra individualidad, porque solo de ese modo podemos pertenecer al Uno, que es a la vez el Único Grande. El Todo, el “Omni”, lo abarca todo, lo pequeño, lo grande, lo mediano, es la Luz que alumbra a todas las estrellas, ninguna estrella grande o pequeña podría brillar sin la luz del Todo, del Uno. Cuando vemos el cielo estrellado y nos maravillamos de su grandeza y esplendor, siempre se suele fijarse en la estrella que más resplandece, dejando las otras estrellas menores al margen; entonces hagamos lo contrario dejemos sola la estrella que más resplandece, dejémosla sola y rodeada de la oscuridad de la noche, ¿dónde quedaría el encanto del cielo estrellado? Acaso esa sola estrella en el cielo descubriría su pequeñez, su insignificancia ante el inconmensurable espacio. Que nos valga este ejemplo para comprender la insignificancia de lo individual, y que nos valga para comprender que solo cuando participamos de la unidad o totalidad, hallaremos la plena omnisciencia.



Tanto la potencia como la grandeza del Ser, no tienen medida, ni puede numerarse, ni puede medirse, porque traspasa los valores del mundo de las formas y sus dimensiones físicas, moleculares, atómicas, subatómicas y cuánticas; es por ello que el Ser puede estar en todas partes, tanto fuera como dentro de cualquier forma o cuerpo, y ello se debe a su grandeza y porque él en sí mismo no ocupa espacio. En ese no ocupar espacio estriba su grandeza y humildad; y su omnipotencia radica en que el Ser esta y es el centro de todas las cosas. Por eso al Ser Absoluto, se le ubica en el Espacio Abstracto Absoluto, siendo los cabalistas quienes le denominan Ain, que significa ojo, siendo el ojo que todo lo ve, todo lo contempla, pues es el corazón y centro del espíritu y la materia de todo el universo infinito.

Atentamente:
Rafael Pavia. 19/10/2016.

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