sábado, 10 de junio de 2017

Despertar gnóstico

Despertar gnóstico.

“Las gentes confunden a la CONCIENCIA con la INTELIGENCIA o con el INTELECTO, y a la persona muy inteligente o muy intelectual, le dan el calificativo de muy consciente.

Nosotros afirmamos que la CONCIENCIA en el hombre es fuera de toda duda y sin temor a engañamos, una especie muy particular de APREHENSIÓN DE CONOCIMIENTO INTERIOR totalmente independiente de toda actividad mental.

La facultad de la CONCIENCIA nos permite el conocimiento de SÍ MISMOS.”


                  Educación Fundamental. Samael Aun Weor.

El Maestro Samael nos dice que la facultad más elevada de la conciencia es la intuición y la describe de este modo: “Percepción instintiva de las verdades cósmicas sin el proceso deprimente de la opción conceptual”



Por tanto, la conciencia es “una facultad de aprehensión de conocimiento interior y la percepción instintiva de la verdad”, donde se excluirá lo intelectual o conceptual. Aunque hay que señalar aquí que cunado el Maestro Samael dice: “una especie muy particular de APREHENSIÓN DE CONOCIMIENTO INTERIOR totalmente independiente de toda actividad mental”. Se refiere a la actividad de la mente intermedia (conceptual, racional) y sensual, pues la conciencia necesariamente actuara en la “Mente Interior”, que es donde actúa y trabaja. A lo dicho añadimos:

“COMPRENDER es algo inmediato, directo, algo que vivenciamos intensamente, algo que experimentamos muy profundamente y que inevitablemente viene a convertirse en el verdadero RESORTE íntimo de la acción consciente.

Recordar, rememorar es algo muerto, pertenece al pasado y desgraciadamente se convierte en ideal, en lema, en idea, en idealismo que queremos imitar mecánicamente y seguir inconscientemente.

En la COMPRENSIÓN VERDADERA, en la comprensión profunda, en la íntima comprensión de fondo sólo hay presión íntima de la conciencia, presión constante nacida de la esencia que llevamos dentro y eso es todo”.

                    Educación Fundamental. Samael Aun Weor.


Nuestro 3% de esencia libre debe ser activada conscientemente para librar una batalla de esfuerzos conscientes para derrotar a un 97% de ego (yoes) inconscientes. Mediante una presión constante. Así surgirá la comprensión ese “algo inmediato, directo, algo que vivenciamos intensamente, algo que experimentamos muy profundamente y que inevitablemente viene a convertirse en el verdadero resorte íntimo de la acción consciente”.

Mas como debemos de realizar nuestro esfuerzo consciente para que resulte efectivo, dice el Maestro Samael:

“Ninguna verdad se puede comprender por medio del esfuerzo. La verdad viene como ladrón en la noche, cuando menos se le espera.

Las extra-percepciones sensoriales durante la meditación, la iluminación, la solución de algún problema, sólo son posibles cuando no existe ningún tipo de esfuerzo consciente o subconsciente, cuando la mente no se esfuerza en ser más de lo que es.

El orgullo también se disfraza de sublime, la mente se esfuerza por ser algo más de lo que es. La mente, serena como un lago, puede experimentar la Verdad, pero cuando la mente quiere ser algo más, está en tensión, está en lucha y entonces la experiencia de la Verdad se hace imposible.

No debemos confundir la Verdad con las opiniones. Muchos opinan que la Verdad es esto o aquello, o que la Verdad es tal o cual libro, o tal o cual creencia o idea, etc.

Quien quiera experimentar la Verdad no debe confundir las creencias, ideas, opiniones y teorías con eso que es la Verdad.

Debemos experimentar la Verdad en forma directa, práctica y real; esto sólo es posible en la quietud y silencio de la mente, y esto se logra por medio de la meditación.

Vivenciar la Verdad es lo fundamental. No es por medio del esfuerzo como podemos experimentar la Verdad. La Verdad no es el resultado, la Verdad no es el producto del esfuerzo. La Verdad adviene a nosotros por medio de la comprensión profunda.

Necesitamos esfuerzo para trabajar en la Gran Obra, esfuerzo para transmutar nuestras energías creadoras, esfuerzo para vivir, luchar y recorrer el camino de la Revolución Integral, pero no necesitamos esfuerzo para comprender la Verdad.


              La revolución de la dialéctica. Samael Aun Weor.


Aquí nos dice el M. Samael que la verdad se descubre en el silencio: “la iluminación, la solución de algún problema, sólo son posibles cuando no existe ningún tipo de esfuerzo consciente o subconsciente, cuando la mente no se esfuerza en ser más de lo que es”. “Debemos experimentar la Verdad en forma directa, práctica y real; esto sólo es posible en la quietud y silencio de la mente, y esto se logra por medio de la meditación”.

La conciencia es un estado de percepción y aprehensión que debe de procurar la mayor lucidez mediante el silencio, pues el Maestro Samael nos recuerda:

“Indubitablemente la conciencia solamente puede despertar a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios.

Existen varios tipos de energía dentro de nosotros mismos, debemos comprender: Primera.- energía mecánica. Segunda.- energía vital. Tercera.- energía psíquica. Cuarta.- energía mental. Quinta.- energía de la voluntad. Sexta.- energía de la conciencia. Séptima.- energía del espíritu puro.

Por mucho que multiplicáramos la energía estrictamente mecánica, jamás lograríamos despertar conciencia.

Por mucho que incrementáramos las fuerzas vitales dentro de nuestro organismo, nunca llegaríamos a despertar conciencia.

Muchos procesos psicológicos se realizan dentro de sí mismos, sin que por ello intervenga para nada la conciencia.

Por muy grandes que sean las disciplinas de la mente, la energía mental no logrará nunca despertar los diversos funcionalismos de la conciencia.

La fuerza de la voluntad, aunque fuese multiplicada hasta el infinito no consigue despertar conciencia.

Todos estos tipos de energía se escalonan en distintos niveles y dimensiones que nada tienen que ver con la conciencia.

La conciencia sólo puede ser despertada mediante trabajos conscientes y rectos esfuerzos.”

                     La Gran Rebelión. Samael Aun Weor.


Así los esfuerzos conscientes se realizan en: la presión de la conciencia, en la aprehensión de conocimiento interior y la percepción instintiva de la verdad, en la quietud y silencio de la mente. Y a lo dicho añadimos el eliminar el dualismo, la batalla de la dualidad:

“Si estás comiendo, come, y si estás vistiéndote, vístete, y si estás andando por la calle, anda, anda, anda, pero no pienses en otra cosa, haz únicamente lo que estás haciendo, no huyas de lo que estás haciendo, no huyas de los hechos, no los llenes de tantos significados, símbolos, sermones y advertencias. Vívelos sin alegorías, vívelos con mente receptiva de instante en instante.

Comprended que os estoy hablando del sendero de acción libre del batallar doloroso de los opuestos.

Acción sin distracciones, sin escapatorias, sin fantasías, sin abstracciones de ninguna especie.

Cambiad vuestro carácter, amadísimos, cambiadlo a través de la acción inteligente, libre del batallar de los opuestos.

Cuando se les cierran las puertas a las fantasías, se despierta el órgano de la intuición.

La acción, libre del batallar de los opuestos, es acción intuitiva, es acción plena. Donde hay plenitud, el Yo está ausente.

La acción intuitiva nos conduce de la mano hasta el despertar de la conciencia.

Trabajemos y descansemos felices, abandonándonos al curso de la vida. Agotemos el agua turbia y podrida del pensamiento habitual y en el vacío fluirá la Gnosis, y con ella, la alegría de vivir.

Esta acción inteligente, libre del batallar de los opuestos nos eleva a un punto en el cual algo debe romperse. Cuando todo marcha bien, se rompe el techo rígido de pensar, y la luz y el poder del Íntimo, entran a raudales en la mente que ha dejado de soñar.

Entonces, en el mundo físico y fuera de él, durante el sueño del cuerpo material, vivimos totalmente conscientes e iluminados, gozando la dicha de la vida en los mundos superiores.

Esta tensión continua de la mente, esta disciplina, nos lleva al despertar de la conciencia. Si estamos comiendo y pensando en negocios, es claro que estamos soñando. Si estamos manejando un automóvil y estamos pensando en la novia, es lógico que no estamos despiertos, estamos soñando. Si estamos trabajando y estamos recordando al compadre o a la comadre, al amigo o al hermano, etcétera, es claro que estamos soñando.

La gente que vive soñando en el mundo físico, vive también soñando en los mundos internos durante aquellas horas en que el cuerpo físico está durmiendo.

Se necesita dejar de soñar en los mundos internos. Cuando dejamos de soñar en el mundo físico, despertamos aquí y ahora y ese despertar aparece en los mundos internos.

Buscad primero la iluminación que todo lo demás se os dará por añadidura.



Quien está iluminado ve el camino, quien no está iluminado no puede ver el camino y fácilmente puede extraviarse en la senda y caer en el abismo.

Son terribles el esfuerzo y la vigilancia que se necesitan de segundo en segundo, de instante en instante, para no caer en ensoñaciones. Basta un minuto de descuido y ya la mente está soñando al acordarse de algo, al pensar en algo distinto al trabajo o al hecho que estamos viviendo en el momento.

Cuando en el mundo físico aprendemos a estar despiertos de instante en instante, en los mundos internos, durante las horas del sueño del cuerpo físico y también después de la muerte, vivimos despiertos y auto conscientes de instante en instante.

Es doloroso saber que la conciencia de todos los seres humanos duerme y sueña profundamente, no solamente durante aquellas horas de reposo del cuerpo físico, sino también durante ese estado, irónicamente llamado de vigilia.

La acción, libre de dualismo mental, produce el despertar de la conciencia.

         La revolución de la dialéctica. Samael Aun Weor.


En resumen, los esfuerzos de la conciencia en busca de comprensión y la verdad, se realizan fuera del ámbito de lo intelectual y de los conceptos, se aplica en una constante presión de la conciencia más allá de lo: físico, vital, astral, mental y de la voluntad. La comprensión y la verdad se encuentran más allá del esfuerzo mental: La mente, serena como un lago, puede experimentar la Verdad, pero cuando la mente quiere ser algo más, está en tensión, está en lucha y entonces la experiencia de la Verdad se hace imposible. Por lo que en el silencio la conciencia debe de estar libre de dualismo mental, procurando la acción libre produce el despertar de la conciencia. De este modo la aprehensión del conocimiento interior, se convertirá en una percepción instintiva de la verdad, que es la propia intuición, siendo tal percepción libre de todo concepto o de luchas y debates mentales.


Atentamente:

Rafael Pavía.                                                     10/06/2017.

 




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