sábado, 5 de diciembre de 2015

Gnosis fanatasía e imaginación



Gnosis fantasía e imaginación

En el mundo de los seudo-esotérico abunda la fantasía, siendo que la fantasía distorsiona la realidad; y nos dice el avatar Samael que la fantasía esta hecha de todos nuestros desechos, subconscientes, estos desechos son producto de nuestro ego que es al mismo tiempo inconsciente de si mismo, de tal modo que acumulamos en nuestra psiquis todo un vertedero de ideas, conceptos, emociones, deseos, recuerdos perecederos, impresiones no transformadas, que nuca han sido evaluadas o comprendidas por nuestra conciencia.

Primero que todo deberíamos descubrir que es nuestra conciencia y como nuestra conciencia puede tornarse activa, lucida, sin quedarse atrapada por el propio ego y su fantasía. Es estúpido pensar que la sabiduría puede surgir de nuestra ignorancia, lo mismo que pensar que nuestra conciencia puede activarse dentro del mecanismo del ego. La conciencia al igual que la verdad solo se puede encontrar como nos dice el Maestro Samael fuera del cuerpo, los afectos y la mente. Por ello la imaginación que es nuestra propia clarividencia o el translucido de nuestra alma, solo puede ser efectiva con una perfecta concentración. Y la concentración tiene como objetivo final eliminar la dualidad de la mente, eliminar la dualidad entre meditador y objeto de meditación, por lo que la concentración nos lleva a la unidad del Ser.

La clarividencia pasa por tres etapas: imaginación, inspiración e intuición. En cada etapa nuestra mente interior activada por la conciencia descubre con mayor profundidad la naturaleza propia de la mente y el Ser; todo se va unificando en la mente uni-total que contiene y abarca la conciencia cósmica.

La fantasía es nuestro mundo de ilusión, irreal porque no coincide con la verdad perenne del Ser. La fantasía al igual que el ego es dual por ello funciona dentro de la mente sensual e intermedia, con su ley del péndulo que va de un lado a otro, sin tener opción a experimentar la verdad porque no se sale de su formato dual, dejando residuos y mas residuos de nuestra caprichosa fantasía en el inconsciente.

Aprender a ver con claridad lo que somos es imprescindible, para ello debemos de comprender quien es el que observa, quien es el observador, eso es fundamental, primordial, pues todo lo que observamos tendrá el prisma o condición de quien observa. Y se pueden pasar muchos años en la enseñanza gnóstica observándose a si mismo, sin caer en cuenta de quien esta observando, por lo que la observación se convierte en algo inútil y mecánico. Es por ello que el Maestro Samael nos dice:

<Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a si mismo no se recuerda a si mismo.

Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a si mismos, no son conscientes de si mismos.

Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto‑observa su forma de reír, hablar, caminar, etc., se olvida de si mismo, esto es increíble, pero cierto.

Sin embargo es indispensable tratar de recordarse a si mismo, mientras se auto‑observa, esto es fundamental para lograr el despertar de la conciencia.

Auto‑observarse, auto‑conocerse, sin olvidarse de si mismo, es terriblemente difícil, pero espantosamente urgente para lograr el despertar de la Conciencia.>

Para recordarse a si mismos mientras nos auto-observamos es necesario tener conciencia de quien observa a lo observado. Esta cuestión se simplifica y resuelve cuando en la concentración o silencio somos uno, esto es que mediante la concentración y su silencio nos situamos en la mente interior plenamente lucidos de que es la mente intermedia y sensual.

Atentamente

Rafael Pavía 4- 12- 2015





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