miércoles, 9 de agosto de 2017

La Ascensión de Cristo

La Ascensión de Cristo.

La develación más trascendente de Cristo es su ascensión, y cuando nos referimos a la ascensión imaginamos que asciende al cielo, siendo el cielo para los cristianos un supuesto lugar allá en el universo o más allá; Los gnósticos entienden que el cielo no es un lugar, sino un estado de conciencia.


El Cristo después de vencer a la muerte habiendo pasado por el proceso de resurrección, reúne a todos sus discípulos para enseñarles y develarles todos los misterios desde el primero hasta el último, ya que el Cristo en su proceso de ascensión posee y comparte toda la Luz y compasión del mismo universo. Todo es develado, todo es mostrado, todo se da a comprender en su simplicidad, en su sencillez y verdad incontaminada. Cristo en su ascensión posee la luz que todo lo devela, desde nuestros orígenes, hasta nuestro último destino, en su saber y vivencia muestra de forma simple y sencilla la verdad de todo lo sustenta. Las enseñanzas de Jesucristo al respecto fueron recogidas en el Pistis Sophia y aunque el lenguaje usado por los gnósticos valentinianos sea complejo para nosotros, las enseñanzas que van dirigidas a nuestra conciencia trascendental del Ser o a nuestra intuición en si son simples y sencillas.

Cristo asciende al cielo, es decir a lo más trascendente de nuestro Ser, al Ser del Ser, a nuestro propio origen; Cristo retorna a su espacio original y esencial, que no se trata obviamente de un lugar concreto, sino de un estado de conciencia denominado Paramartasaya, que es equivalente al Dharmakaya. El Dharmakaya es semejante al cuerpo de Ascensión, siendo que el Dharmakaya lo relacionan con el espacio y la mente, asignándolo el Maestro Samael como el Cuerpo de Ley. Se le denomina como cuerpo de ley porque en tal estado, solo se es regido por la única ley que rige el Espacio Abstracto Absoluto, es decir la Ley del Amor. Ley que trasciende todas las demás leyes incluida la ley del Karma.


Quizás uno piense que es indigno siquiera de tratar sobre estas cuestiones, porque nos referimos a los más trascendente del Ser, pero entonces, ¿quiere decir esto que el Cristo nos rechaza por ser indignos? O más bien es nuestro ego y su ignorancia y su falta de amor, lo que nos hace rehuir de lo más excelente de Cristo. ¿cómo Cristo podría negarnos su Luz? Eso es inentendible e inaceptable; lo único que nos aleja del Cristo y su luz es nuestra ignorancia, pero ni siquiera la ignorancia nos aria indignos de la luz y amor de Cristo.

Cristo asciende al cielo, en el estado de Dharmakaya y como dirían los gnósticos valentinianos, entraría en el Aeon 13, donde encontraría las siguientes parejas de Aeones, según su teología y cosmología:

El Abismo Insondable y su esposa el Silencio.

La Mente y su esposa la Verdad.

La Palabra (verbo) y su esposa la Vida.

El Cristo ascendido con el Dharmakaya nos permite comprender el ultimo y primer misterio, el Alfa y Omega con su sencillez y simplicidad. Permitiéndonos entrar en el Abismo Insondable, es decir el Espacio Abstracto Absoluto junto a su esposa el Silencio, ¿puede haber algo más sencillo que el silencio? Nos permite el Cristo con su Dharmakaya conocer la Mente y a su esposa la Verdad, la mente es el mismo espacio, pero junto a su esposa la Verdad nos muestra la realidad del Todo-Uno. La Mente es lo mismo que el espacio hazte las siguientes preguntas: ¿de donde viene la mente? ¿dónde se queda la mente? ¿a dónde va la mente? ¿qué forma tiene la mente? ¿qué color tiene la mente? ¿puede la mente medirse, pesarse, contabilizarse, etc.? Es obvio que cuando en la luz de la meditación comprendemos e intuimos las respuestas, vemos que la mente y el espacio son lo mismo; es decir la verdad develada nos muestra que “Todo es Mente”, como siempre se enseñó en la ciencia hermética tanto de occidente como de oriente.


"El Todo es Mente; el Universo es mental" El Kybalion


Del Espacio-Mente, el Aeon de la Palabra produce junto a su esposa la Vida toda la creación. En si la palabra o verbo de los Elohim creadores necesitan previamente de un Espacio-Mente. Cristo ascendido se eleva hasta lo más profundo del Espacio-Mente y nos desvela todos sus misterios. Sobre las enseñanzas del Dharmakaya dijo el Guru Rimpoche:


No investigues la raíz de las cosas,
investiga la raíz de la mente.
Una vez que hayas encontrado la raíz de la mente,
conocerás una sola cosa y, no obstante,
serás capaz de liberarlo todo.
Pero, si no logras encontrar la raíz de la mente,
puedes conocerlo todo, pero no conocerás nada.    




Comprender la naturaleza de nuestro Espacio-Mente lo es todo, es la raíz de donde todo surge; y es en espacio-mente donde Cristo asciende cumpliendo con el mito gnóstico de retornar a su morada, donde la comprensión profunda de nuestro Espacio-Mente nos develara todo el misterio del Ser, desde su origen hasta el final de la creación que ha sido dada por medio del Verbo y la Vida. 

En el océano de la vida libre en su movimiento, Cristo asciende haciéndonos ver que la base de todo, es el mismo espacio infinito o mente universal, de donde todos venimos y participamos. Si fuésemos tan sencillos y simples como el silencio podríamos ver con plena lucidez la naturaleza y raíz de nuestra mente, de tal modo que, en dicha sencillez y simplicidad, nos daríamos cuenta a plena luz de Cristo lo que es nuestro ego o yo; y es indudable y cierto que ante tal visión el ego no tiene escapatoria ninguna, quedándole solo la opción de su disolución. Por tanto, las enseñanzas de un Cristo ascendido siendo simples y sencillas son siempre rechazadas por el ego complicado e ignorante. Por ello aquello de que: “Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas”. (Juan 3:19.-R.V. 1909).


Los estudiantes gnósticos deben de aspirar a la luz de luces, deben de ascender a lo trascendental de su Ser, pues si no es así, el ego siempre encontrara subterfugios, y escondrijos, para evitar su disolución. La Luz de Cristo nos muestra con toda claridad lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, para ello nos muestra la Verdad de nuestra Mente, de tal modo que nada, absolutamente nada de nuestra mente queda sin ser iluminado, siendo necesario para ello conocer de modo directo y sin teorías que es la mente; para ello es imprescindible el Silencio, que es: “el punto de encuentro entre la infinita pasividad y la infinita actividad”.

No permitas más que tu ego ignorante, que se cree ilustrado y conocedor, ciegue la luz del Cristo. El Ego siempre encuentra escusas y más escusas para impedir que Cristo y su luz más trascendental, es decir la luz del Cristo ascendido ilumine la conciencia; siendo que el ego es complicado, retorico, engorroso, falso, etc., mientras que el Cristo ascendido es simple y sencillo, todo el poder y la fuerza del Cristo está en la “VERDAD NO CONCEPTUAL”.


Si Cristo nos da su luz sin restricciones, ¿porque nosotros siempre le ponemos obstáculos e impedimentos? ponemos escusas como la ignorancia, como la indignidad, como nuestro restringido proceso, la falta de amor, etc. pero todo eso es absurdo e incoherente, pues por todos es sabido que Cristo es quien nos lo da todo y lo dio todo por nosotros, supliendo todas nuestras carencias, entonces ¿qué justificación o escusa tenemos para no abrirnos al Cristo Ascendido? Por desgracia muchos gnósticos solo se quedan con las enseñanzas iniciales de Cristo, sin atreverse a abrirse y profundizar en los misterios de Cristo, que son los misterios de nuestro Ser. Si Nos abriéramos a las enseñanzas de Cristo ascendido, veríamos que no es tan difícil desapegarse de nuestro ego, veríamos lo efímero y absurdo del ego, nos daríamos cuenta rápidamente de lo ilusorio que es el ego y como con sus falsas ilusiones nos hace soñar creando el ego un mundo fantástico, cayendo en el sueño de Maya. Con las enseñanzas de Cristo Ascendido nuestro camino se simplificaría pudiendo acelerar nuestro proceso, como se viene a indicar en el Pistis Sophia.

Atentamente:

Rafael Pavía.                   08/08/2017.

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