martes, 7 de junio de 2016

El despertar conciencia (sabiendo que es la conciencia)



El despertar de la conciencia.

 "Se dice que hay que despertar aquí y ahora para poder despertar en los mundos superiores de conciencia.

Aquí en este mundo tenemos la Conciencia, aquí debemos despertarla si es de verdad que queremos dejar de soñar y vivir conscientes en los mundos superiores”
.
Samael Aun Weor.


Realmente parece una contradicción que tengamos que despertar conciencia aquí y ahora en este mundo físico para poder despertar en los mundos internos; pues se supone que es en los mundos internos o dimensiones superiores de la naturaleza es donde se encuentra la luz y donde se encontraría nuestro Intimo o Atman y más allá encontramos la morada del Padre, Keter. Entonces ¿porque el despertar tiene que empezar desde este dimensión tridimensional o física que se supone nos duerme la conciencia considerándolo como el mundo de maya o de la ilusión?


Se supone que desde aquí tenemos que despertar allá arriba en los mundos superiores; más complejo se vuelve todo cuando ponemos las diferentes dimensiones que existen 4ª, 5ª, 6ª, 7ª, etc. porque entonces parece que cada dimensión es un obstáculo, una frontera a superar para poder llegar a la fuente de la luz. Paradójicamente nos tenemos que liberar de este mundo para introducirnos en los mundos superiores, pero es desde aquí que tenemos que emprender nuestro viaje hacia un mundo sutil, intangible y cada vez más abstracto.

Tenemos cuatro estados de conciencia: 1ºsueño, 2ºvigilia, 3º autoconciencia y 4ºconciencia objetiva. Se plantea eliminar el estado del sueño y el “mal estado de vigilia” para llegar a un tercer estado de conciencia con el cual acceder a una conciencia objetiva, donde la luz y el despertar en los mundos internos se vuelve claro y objetivo. Se supone entonces que nosotros estamos dormidos, que soñamos y por tanto tenemos una ceguera respecto a la luz y los mundos superiores de conciencia; siendo nuestro trabajo despertar aquí y ahora en este mundo para poder despertar en los otros mundos superiores. Para ello tenemos un porcentaje de conciencia que nos permitirá al activarla poder acrecentar la conciencia en la medida que comprendemos y eliminamos nuestro yo que es quien embotella la conciencia el yo es el aspecto psicológico que nos condiciona y nos limita sumergiéndonos en el sueño.

La pregunta ahora surge del siguiente modo ¿es nuestra conciencia quien se da cuenta de nuestro ego y de las diferentes dimensiones? Si es nuestra conciencia la que percibe la realidad de nuestra mente, nuestro yo y de los mundos internos preguntamos ¿Qué es la conciencia? Si debemos recordar a nuestro Ser y sus diferentes partes, si debemos hacer conciencia de la realidad del Ser, deberemos obviamente tomar conciencia de nuestra propia conciencia; y ¿Cómo podemos hacer conciencia de nuestra conciencia?

La conciencia despierta tiene la cualidad de ser auto-luminosa (auto-consciente), sin embargo, nuestra conciencia está dormida, embotellada, condicionada, limitada principalmente por nuestro ego, por la mente sensual e intermedia (racional), etc. La cuestión es permitir a la conciencia que tenga su propio espacio en la mente interior (incondicionada), de tal modo que pueda ejercer su cualidad auto-luminosa. Para ello la conciencia debe de trascender la dualidad y lo temporal. La realidad es que los cuerpos existenciales del Ser los cuerpos: físico, vital, astral, mental, causal, deberían de ser los protectores de la conciencia y no sus carceleros.


Otra realidad es que todo el espacio o mundos internos y externos son producidos por nuestra conciencia, son los diferentes niveles de conciencia lo que nos sitúa en espacios más densos o más sutiles, ya inferiores o superiores, siendo la realidad de este mundo algo tangible o un espejismo según la conciencia lo considere. Pues la conciencia este libre o condicionada actúa de modo testimonial, es decir la conciencia es la que confirma nuestra presencia, ya este la conciencia más lucida o menos lucida, en el aquí y ahora.

Luego, siendo la conciencia el vehículo o alma espiritual donde la luz y el amor del Ser deben de expresarse; así, la conciencia en su naturaleza aspira a lo trascendental a reconocer su propio origen, buscando experimentar y elevarse hacia la luz; en cambio sí se identifica con el yo egocéntrico y la existencia mundanal quedara a merced de las satisfacciones e insatisfacciones de esta vida; incluso la conciencia puede experimentar las infradimensiones perdida y confundida en su olvido e ignorancia.

La conciencia es subjetiva u objetiva según este más presente en nosotros el yo o el Ser.
Veamos las referencias que nos da el V.M. Samael sobre la conciencia:

“Clarividencia y seudo-clarividencia. Existe la clarividencia y la seudo-clarividencia. El estudiante gnóstico debe hacer una clara diferencia de estas dos formas de percepción ultrasensible.

La clarividencia se fundamenta en la objetividad. La seudo-clarividencia se fundamenta en la subjetividad. Entiéndase por objetividad la realidad espiritual, el Mundo Espiritual. Entiéndase por subjetividad el mundo físico, el mundo de la ilusión, aquello que no tiene realidad. Existe también la región intermedia, el Mundo Astral, el cual parece ser objetivo o subjetivo según el grado de desarrollo espiritual de cada cual”
.
El Matrimonio Perfecto Samael Aun Weor.



“Nosotros afirmamos que la CONCIENCIA en el hombre es fuera de toda duda y sin temor a engañarnos, una especie muy particular de aprehensión de conocimiento interior totalmente independiente de toda actividad mental.
La Facultad de la Conciencia nos permite el Conocimiento de Sí Mismos.
La Conciencia nos da Conocimiento Integro de lo que es, de donde está, de lo que realmente se sabe, de lo que ciertamente se ignora”.

Educación Fundamental Samael Aun Weor.



“Quienes confunden a la Conciencia con las Funciones Psicológicas, pensamientos, sentimientos, impulsos motrices y sensaciones, realmente están muy Inconscientes, duermen profundamente.
Quienes admiten la existencia de la Conciencia, pero niegan de plano los distintos Grados Concientivos, acusan falta de Experiencia Consciente, Sueño de la Conciencia.
Toda persona que por alguna vez haya Despertado momentáneamente, sabe muy bien por experiencia propia que existen distintos Grados de Conciencia observables en uno mismo.

Primero: TIEMPO. ¿Cuánto tiempo permanecimos conscientes?

Segundo: FRECUENCIA. ¿Cuántas veces hemos despertado conciencia?

Tercero: AMPLITUD Y PENETRACIÓN. ¿De qué se era consciente?

La Psicología Revolucionaria y la Antigua Philokalia afirman que mediante grandes Súper-Esfuerzos de tipo muy especial se puede Despertar Conciencia y hacerla continua y controlable”.

Educación Fundamental V.M. Samael

“El tres por ciento de conciencia despierta puede ser acrecentada a medida que trabajemos sobre sí mismos.

No es posible acrecentar conciencia mediante procedimientos exclusivamente físicos o mecánicos.

Indubitablemente la conciencia solamente puede despertar a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios.

Existen varios tipos de energía dentro de nosotros mismos, debemos comprender: Primera. - energía mecánica. Secunda. - energía vital. Tercera. - energía psíquica. Cuarta. - energía mental. Quinta. - energía de la voluntad. Sexta. - energía de la conciencia. Séptima. - energía del espíritu puro.

Por mucho que multipliquemos la energía estrictamente mecánica, jamás lograríamos despertar conciencia.

Por mucho que incrementáremos las fuerzas vitales dentro de nuestro organismo, nunca llegaríamos a despertar conciencia.

Muchos procesos psicológicos se realizan dentro de sí mismos, sin que por ello intervenga para nada la conciencia.

Por muy grandes que sean las disciplinas de la mente, la energía mental no logrará nunca despertar los diversos funcionalismos de la conciencia.

La fuerza de la voluntad, aunque fuese multiplicada hasta el infinito no consigue despertar conciencia.

Todos estos tipos de energía se escalonan en distintos niveles y dimensiones que nada tienen que ver con la conciencia

La conciencia sólo puede ser despertada mediante trabajos conscientes y rectos esfuerzos.

El pequeño porcentaje de conciencia que la humanidad posee, en vez de ser incrementada suele ser derrochado inútilmente en la vida.

Es obvio que al identificarnos con todos los sucesos de nuestra existencia despilfarramos inútilmente la energía de la conciencia.

Nosotros deberíamos ver la vida como una película sin identificarnos jamás con ninguna comedia, drama o tragedia, así ahorraríamos energía conscientiva.

La conciencia en sí misma es un tipo de energía con elevadísima frecuencia vibratoria.

No hay que confundir a la conciencia con la memoria, pues son tan diferentes la una de la otra, como lo es la luz de los focos del automóvil con relación a la carretera por donde andamos”.

La Gran Rebelión Samael Aun Weor.


Sucede que la conciencia trasciende lo físico, lo vital, lo astral, lo mental, la voluntad, a la vez que puede y debe tomar conciencia de todos estos niveles de energía, el problema es que el sueño de la conciencia viene por la identificación seguida de la fascinación para caer en el sueño de la propia conciencia. El esfuerzo o súper-esfuerzo los trabajos conscientes y padecimientos voluntarios para que la conciencia despierte deben de ir encaminados a no perder la atención, es decir no identificarnos ni fascinarnos con las cuestiones del diario vivir; en el momento en que perdemos la atención o presencia sobre nosotros mismos, en el momento en que dejamos o permitimos que la conciencia se identifique con cualquier circunstancia de la vida, mediante el cuerpo, las emociones o pensamientos entonces la conciencia pierde su función.

La actitud, así como el espacio idóneo de la conciencia es la contemplación (la conciencia activa en la mente interior), debemos llegar a obtener una actitud contemplativa ante la vida, como nos dice el V.M. Samael hay que ver la vida como si fuera una película. Al observar un pensamiento o una emoción mantenemos un distanciamiento que nos permite evitar la identificación; el auto-observarnos debe de prolongarse en tiempo, frecuencia, penetración y amplitud. Por tanto, la auto-observación debe complementarse con la contemplación. Esta misma actitud que implica los trabajos conscientes y padecimientos voluntarios debe de ir filtrándose en los estados mal llamado de vigilia y de sueño, así como en la meditación o experiencias psíquicas, toda percepción física, onírica o psíquica debe de observarse sin identificarse, de modo contemplativo; esto significa que nuestra conciencia permanece como un mero espectador, como un testigo, sencillamente haciendo acto de presencia sin condenar ni justificar, comprendiendo la naturaleza de cada acto, emoción y pensamiento. Si llevamos esta práctica de modo constante y procurando su penetración y amplitud iremos pasando de una contemplación con ataduras a una contemplación sin ataduras, intentemos comprender lo que aquí nos dice el V.M. Samael:

“Es necesario conocer, experimentar en forma viviente el aspecto iluminado de la conciencia.

Es urgente sentir y experimentar el aspecto vacío de la mente.

Existen dos tipos de iluminación: la primera suele llamarse “agua muerta porque tiene ataduras. La segunda es elogiada como “La gran vida” porque es iluminación sin ataduras, vacío iluminador.

En esto hay grados y grados, escaleras y escaleras; es necesario llegar, primero, al aspecto iluminado de la conciencia y, después, al conocimiento objetivo, al vacío iluminador”.

El Collar del Budha. Samael Aun Weor.

La iluminación sin ataduras se aplica en la contemplación No Dual, donde la mente intermedia (racional y dual) deja paso a la mente interior en nuestro trabajo diario, en todo este trabajo hay grados y grados, escaleras y escaleras, siguiendo el orden indicado: es necesario llegar, primero, al aspecto iluminado de la conciencia y, después, al conocimiento objetivo, al vacío iluminador.



La conciencia al permanecer como un mero testigo de lo que acontece física y psíquicamente, realiza su cometido siempre y cuando la motivación de su esfuerzo y padecimientos voluntarios vengan de mano de la compasión. Toda vivencia o experiencia física e interna debe de apuntar hacia la unidad y ello es viable mediante el amor, abandonando toda dualidad separatista.

Al ejercer la conciencia su función lo material y lo espiritual, así como las diferentes dimensiones desde lo tridimensional a la séptima dimensión y más allá empiezan a tomar objetividad, esto es que las ideas y conceptos que tenemos al respecto se van disolviendo para llegar a ver las cosas “tal cual son” (talidad). De tal modo que el mundo de las apariencias o percepciones físicas y psíquicas dejan de tener su carácter ilusorio y subjetivo disolviéndose el mundo de maya (engaño, fantasía, ilusión, ignorancia).

Cuando se es capaz mediante la auto-observación de dar el salto de la contemplación con ataduras, a la contemplación no dual sin ataduras, entonces el conflicto dual de la mente intermedia y su sueño subjetivo termina. Lo que quiere decir que el tercer estado de conciencia debe abordarse desde la mente interior, dejando atrás la herejía dual y separatista del tú y el yo, de arriba y abajo, de interior y exterior, dando paso ello a una verdadera comprensión de la dimensión del universo. Ya que cuando pretendemos dar una explicación racional a las dimensiones de universo, creamos conceptos que no nos permiten ver la realidad “tal cual es”. Debemos comprender que en el despertar de nuestra conciencia deberemos ir trascendiendo la lógica formal para llegar a una lógica intuitiva, pasando por:

La Imaginación = Concentración, Clarividencia, Auto-observación.

La Inspiración = Meditación, compresión de los límites de la mente racional, Apertura de la mente Interior.

Intuición: Percepción instintiva de las verdades cósmicas sin el proceso deprimente de la opción conceptual.

Desde el inicio el esfuerzo de la conciencia se dirige hacia lo trascendental, hacia la omnisciencia del Ser, por ello la auto- observación en un principio se hace difícil por ello el V.M. Samael nos dice:

“Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a sí mismo no se recuerda a sí mismo.

Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a sí mismos, no son conscientes de sí mismos.

Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto observa su forma de reír, hablar, caminar, etc., se olvida de sí mismo, esto es increíble, pero cierto.

Sin embargo, es indispensable tratar de recordarse a sí mismo, mientras se auto observa, esto es fundamental para lograr el despertar de la conciencia.

Auto observarse, auto conocerse, sin olvidarse de sí mismo, es terriblemente difícil, pero espantosamente urgente para lograr el despertar de la Conciencia”
.


El hecho de que no nos recordemos es porque nos hemos olvidado de lo realmente trascendente y divino en nosotros. Por tanto, el único modo de regresar hacia lo trascendental es mediante el amor de la Divina Madre Kundalini. Solo con el Amor la conciencia puede revelarse, despertar realmente aplicando el sacrifico según la única ley: “Amor es ley, pero amor consciente”.

Concluimos estas reflexiones uniendo lo psicológico con lo ontológico* de tal modo que la auto-observación psicológica se una imprescindiblemente a el recuerdo del Ser mediante la mística; convirtiéndose la mística en una psicología de altos vuelos y la psicología en un reencuentro con nuestra verdadera naturaleza espiritual.

Cada mitología y religión ha explicado de diferentes modos como el hombre cayo en el pecado y en el olvido del Ser, cayendo en la ignorancia. Sin entrar en un debate en este texto del motivo o razón de los designios, propósitos o proyectos que motivan tales causas, debemos de reconocer que nuestra salvación pasa por regresar a nuestro origen, regresando a nuestra verdadera naturaleza primigenia donde el Ser nos aguarda.
La razón de ser del Ser es el mismo Ser.



Rafael Pavia. 6 de enero del 2015



(*Ontología significa "el estudio del ser". Esta palabra se forma a través de los términos griegos οντος, ontos, que significa ser, ente, y λóγος, logos, que significa estudio, discurso, ciencia, teoría. La ontología es una parte o rama de la filosofía que estudia la naturaleza del ser, la existencia y la realidad, tratando de determinar las categorías fundamentales y las relaciones del "ser en cuanto ser".)



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