viernes, 8 de enero de 2016

Cristo y la gnosis universal

Cristo y la gnosis universal.

<El adorable Dios Khristus (Cristo) deviene de arcaicos cultos al Dios-Fuego. Las letras P (pira) y la X (cruz), significan el jeroglífico de producir el fuego sagrado.
Cristo fue adorado en los Misterios de Mitra, Apolo, Afrodita, Júpiter, Jano, Vesta, Baco, Astarté, Demeter, Ketzalkoatl, etc.
Jamás ha faltado en religión alguna, el principio Cristo. Todas las religiones son una sola. La religión es inherente a la vida como la humedad al agua. La Gran Religión Cósmica Universal se modifica en millares de formas religiosas. Los sacerdotes están plenamente identificados unos con otros en todas las formas religiosas por los principios fundamentales de la Gran Religión Cósmica Universal>.

                                                            Samael Aun Weor.

Atendiendo a las palabras del avatar Samael debemos reflexionar sobre la naturaleza de Cristo que trasciende todas las formas, incluso las formas religiosas. El Cristo viene revelado en su forma mas trascendente con los evangelios o biblia gnóstica como denominamos al libro del Pistis Sophia, o el poder de la sabiduría; y dicho esta que esta sabiduría es perenne, inmortal, atemporal y por ello universal, porque lo que no pertenece a lo temporal y es eterno se expande necesariamente por todo el universo, sin fecha de inicio ni fecha de caducidad. Conciliarse con la fuerza de Cristo es necesario para el despertar absoluto de nuestra conciencia, mas allá del bien y del mal, mas allá de cualquier condicionamiento o limitación. Cristo viene a liberarnos de cualquier obstáculo que limite nuestra felicidad, para congeniar con su fuerza necesitamos de la fuerza de la compasión y del amor entonces la puerta a la felicidad se abrirá. Todo lo conceptualizamos o lo teorizamos por lo que la felicidad también la encadenamos a unos conceptos o especulaciones, pero preguntamos ¿la felicidad y el amor tienen limites realmente?, o esos limites son impuestos por nuestros propios condicionamientos, limitaciones, moralidad, prejuicios, etc. Digamos que existe un ser que efectivamente vive totalmente feliz y pleno de amor ¿Qué condiciones se le exigirán para ello, para obtener esa ilimitada plenitud de amor y felicidad? Pues bien no pueden existir condiciones ni limitaciones, salvo la que mas se teme, la total apertura de nuestra mente y corazón. Esta apertura incondicional nos permite afrontar sin temor la plena realidad de la vida, sin huir de lo negativo, de lo ruin, del sufrimiento, de la pobreza, del karma doloroso, etc. esa apertura total nos permite no atarnos o apegarnos a la felicidad pasajera, a los placeres terrenales, a las satisfacciones personales, etc. Cristo siendo atemporal, no se ata a nada pasajero o perecedero, por lo que trasciende ese ir y venir de los humanos inconscientes que corren siempre huyendo de su insatisfacción o corren buscando su satisfacción personal. El Cristo no tiene ego o yo alguno, por tanto no desea ni se apega, ni se aferra a nada, empezando por uno mismo; el Cristo disuelve nuestro yo o ego en favor de un espacio libre e incondicionado, por tanto seguir al Cristo equivale dar un salto al vacío sin esperar nada a cambio, sin esperar recompensas, satisfacciones, ni bienes celestiales o del nirvana. La escala de Jacob representa la subida por los cielos o estados de nirvana cada cual mas elevados hasta llegar a la meta final, ¿cual es la meta final? El Cielo supremo, el empíreo, la morada de Neptuno junto al anciano de los días o demiurgo creador; sin embargo las enseñanzas de Pistis Sophia nos elevan mas allá de cualquier creación, de cualquier mundo manifestado, para incluirnos en aquello que siempre ha sido y siempre será, el propio Espacio Abstracto Absoluto donde la “talidad” o “la vida libre en su movimiento” tiene su máxima expresión y realización.

Subir la escala de Jacob es necesario pero la escalera del Job y sus diferentes experiencias, éxtasis, samadhi, vivencias astrales, etc. serán siempre pasajeras y según nuestra condición espiritual podremos subir o bajar por dicha escalera, mas el Cristo nos ayudara a subir y dejar de depender de la escalera, mientras dependamos de la escalera podremos subir y bajar pero nuestra dependencia nos atara a ese mundo creado, manifestado de los diferentes espacios celestes o regiones del nirvana, que también pertenecen a la rueda del Samsara, a la rueda de la fortuna, eso significa que seguiremos atados nuestra condición del karma. Sin embargo el Cristo nos libera del karma, nos libera de cualquier dependencia física, psicológica, espiritual, el Cristo nos incluye es su Sabiduría Innata y su amor incondicional, se puede entender ahora lo que significa su amor incondicional?. Mientras estemos sujetos a nuestra satisfacción personal y creemos dependencias físicas, psicológicas y espirituales, no tendremos la suficiente apertura para que el Cristo nos libere en su totalidad. Precisamente la felicidad de Cristo no necesita de nada, esta vacía y nos permite ir mas allá de cualquier dependencia, incluso si tu te esfuerzas en subir por la escala de Jacob, mientras tu buscas tu progreso y te esfuerzas y luchas por subir otro peldaño, el Cristo en su atemporalidad en su perpetua eternidad vive plenamente lucido en el aquí y ahora; lo que pretendemos decir es que si procuras esforzarte para llegar al Cristo y su luz sin tener presente al mismo Cristo y su naturaleza, sin comprender que el ya Es y Esta en el aquí y ahora, entonces seguirás atado a tus condicionamientos temporales, morales, estructurales, etc., sin ver ni percibir al Cristo.

Fíjate y comprende que si te eximes de toda forma temporal sin rechazarla ni condenarla; si mas allá de todo lo temporal te conectas con lo eterno necesariamente te adentraras en un espacio ilimitado e incondicionado, pues en el espacio del Cristo o lo Absoluto se percibe la verdad sin restricciones, sin velos, sin distorsiones, tal cual son comprendiendo la verdadera naturaleza de las formas materiales, psíquicas y espirituales. La verdadera exigencia de Cristo es que indagues la naturaleza propia del Ser hasta sus ultimas consecuencias, así sea.

Rafael Pavía 6-1-2016.




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