jueves, 5 de octubre de 2017

El mundo interior y el mundo exterior.

El mundo interior y el mundo exterior.

Todos vivimos en nuestro mundo interior, que es el mundo que nos queda por conocer, iniciar el camino del auto-conocimiento es la mayor aventura que se puede emprender. Cualquier aventura externa, como pueda ser subir a los picos mas altos, o explorar las selvas, o sumergirse bajo los mares, resulta insignificante ante el descubrimiento del mundo interno.


La tendencia del ego es impulsada por la corriente centrifuga, por ello toda nuestra energía se desplaza hacia el mundo externo, para poder introducirnos en nuestro mundo interior es necesario trabajar con la corriente centrípeta, la que traslada la energía de afuera hacia adentro; este trabajo requiere activar nuestra conciencia.

¿Cual es la relación entre el mundo exterior e interior? esta es la cuestión más importante que tiene que resolver nuestra propia conciencia en su despertar. Lo primero es ver que tiene mayor importancia, si el mundo exterior o interior; para el ego, es el mundo exterior lo importante, el ego se identifica totalmente con el cuerpo físico y sus sentidos. Por desgracia el ego no sabe como interiorizarse, por lo que debemos de recurrir a nuestra conciencia, que en sí es auto-conciencia. En principio para el ego el mundo exterior tiene mayor peso y realidad que el mundo interior, el cual desconoce; he iniciando la aventura de conocerse, empezamos a valorar nuestro mundo interior.


En principio nuestro mundo interior es un caos, allí adentro nadie se asomo a ver que es lo que ocurría, por tanto, nuestro mundo interior es oscuro, inconsciente, etc. En la medida que aprendemos a meditar y observar nuestra psiquis, vamos comprendiendo los efectos que producen los sentidos físicos con sus impresiones, en nuestro mundo interior. Cada impresión va dejando un rastro de sensaciones, unas agradables otras desagradables. Ese cumulo de impresiones y sensaciones van conformando y concibiendo ideas y conceptos; según esas ideas o conceptos que generamos, vamos registrando y componiendo un ideal sobre la vida. Cuando hemos acumulado unas tendencias, surgirán modos y perspectivas de ver el mundo; esas visiones o perspectivas se solidifican de tal modo, que dejamos de ver el mundo como es, para empezar a ver el mundo como creemos que es, según lo recibido de mundo externo, que siempre será una parte del todo.


¿Cual es el mundo real, el que hemos creado con nuestros conceptos, o aquel que percibimos con nuestros sentidos físicos? la respuesta la debe de encontrar nuestra conciencia. Por un lado tenemos que descubrir que los sentidos externos, son deficientes, que en realidad no nos muestran el mundo tal cual es, porque la realidad es mucho más amplia que la que pueden captar nuestros limitados sentidos físicos, por tanto, aducimos que el mundo exterior no es tan real como creemos, pues bien sabe la física contemporánea que el mundo esta formado por múltiples dimensiones, que nuestra percepción física no alcanza a percibir. Pero ahora preguntamos ¿es real nuestro mundo interior? ¿son reales los conceptos y creencias que hemos forjado con toda la información externa recibida, por enseñanzas, tradiciones, religiones, etc.? en realidad todo lo que se nos ha transmitido a nivel de información, tradición, creencias, etc. no son acaso ideas, valores, conceptos, formados por impresiones adquiridas por los sentidos físicos, que han generado ese cumulo de sensaciones, recuerdos, que han formado ideas, creencias, conceptos y tradiciones del mundo externo. Vemos como entre el mundo externo y el mundo interno se forma un bucle, como la serpiente uróboro que se muerde la cola. Se asemeja esta cuestión al problema de ¿que fue primero la gallina o e huevo?


Podríamos plantear desde la perspectiva espiritual, que fue primero el huevo, pues este representaría el origen y expresa mejor la interiorizacion o mundo interno mientras que la gallina pertenece al mundo externo. Sin embargo al introducirnos en lo profundo de nuestro Ser, encontraremos lo siguiente, según nos enseña el V.M. Samael:

< En Ain Soph existe una extraña evolución que ni los Dioses ni los hombres conocen. Más allá del Intimo está el Logos o Cristo. Más allá del inefable Anciano de los Días está Ain Soph o el Absoluto. A su exhalación se llama Día Cósmico (Mahamvantara), a su inhalación Noche Cósmica (Gran Pralaya).

Durante la Noche Cósmica el Universo se desintegra en Ain Soph y sólo existe en su mente y en la de sus Dioses, pero lo que en la mente de El y en la mente de Ellos existe, es objetivo en el Espacio Abstracto Absoluto.>


Es decir que al llegar la noche cósmica, todo queda dentro de la mente de El, como unidad del todo y de la mente de Ellos como individualidades sagradas.

Y nos sigue diciendo el V.M. Samael:

< La Prakriti, pues, es el GRAN ALAYA DEL UNIVERSO, la MADRE CÓSMICA, etc. En todo caso, es el PRINCIPIO FEMENINO ETERNO.

Antes de que se iniciara la aurora del Mahavantara, es claro que Sattwa, Rayas y Tamas, las tres Gunas, se hallaban en perfecto equilibrio, no había descompensación alguna; entonces reinaba el Maha-Pralaya, la Noche Cósmica.

En el seno del Eterno Padre Cósmico Común, durante el Maha-Pralaya, los Elohim son meramente átomos divinales, sumergidos entre ESO que no tiene nombre. La alteración de las tres Gunas se debe a que esos átomos primordiales, divinales, o simplemente “Chispas Virginales”, anhelan ser algo, o alguien. Entonces, como resultado, viene el desequilibrio de las tres Gunas en el gran platillo de la Balanza Cósmica; entonces, como resultado, el Karma entra en acción: el Primer Logos inicia el MOVIMIENTO ELÉCTRICO, el TORBELLINO ELÉCTRICO, y los átomos del Universo pasado, que antes dormían en sus CENTROS-LAYA*, despiertan para una nueva actividad. Así es como se inicia siempre la aurora del Mahanvantara.>

    

            “El universo y las tres gunas” Samael Aun Weor.

En este texto el M. Samael, nos dice que la Madre Divina, cósmica es el Alaya, siendo en realidad la Madre Cósmica como un huevo a semejanza de un deposito, así también se hace referencia al significado de “alaya”, como un deposito de memoria. De modo que la Madre Cósmica es, gestiona y produce: “laya”, “alaya” y “pralaya”. De algún modo la Madre Cósmica es el deposito o memoria de la mente de El y de Ellos. 

Conclusión: El mundo exterior es una consecuencia del mundo interior y viceversa, el mundo interior es una consecuencia del mundo exterior. Lo importante, lo realmente importante es reconocer la realidad profunda del Ser, quien es testigo eterno de noches y días, de nacimientos y muertes, de principios y finales. Por ello el Cristo es el Alfa y Omega.

Atentamente:

Rafael Pavía. 4/10/2017.


* Alaya (s): Palabra compuesta de la partícula negativa a, no, y laya, de la raíz verbal lie, disolver. Lo indisoluble, el espíritu universal. Alaya: Alma universal. La consciencia que recoge y conserva las experiencias individuales y colectivas.
Laya: disolución, absorción de la mente, devoción.




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