lunes, 24 de julio de 2017

Alquimia y Tantra: el Padre Sol y la Madre Luna.

Alquimia y Tantra: el Padre Sol y la Madre Luna.

Entre los alquimistas occidentales son el sol y la luna los que representan al Padre y la Madre, el sol es el oro, la luna es la plata, y como elementos que se incluyen en nuestro organismo para permitirnos mediante la transmutación sexual unificar en el crisol las dos esencias del Padre y la Madre y reconciliarlos para dar a luz a una nueva creación, es decir obtener el androginismo original. Con el androginismo original recuperamos la Conciencia Cósmica que nos conciliara con el Creador Absoluto, permitiéndonos comprender el origen, la fuente y la manifestación de toda la creación, estamos aludiendo al logro de la Gran Obra alquimista.



La alquimia occidental y el tantra oriental poseen las mismas claves misteriosas ajenas a los profanos y ajena a los que carecen de amor humano y divino. En el budismo esotérico o vajrayana se refieren a la esencia del Padre como la gota blanca y a la esencia de la Madre como gota roja:

"La gota indestructible, que es el origen de todas las gotas, se origina en la gota blanca del padre y la roja de la madre. Se dice que estas son la esencia combinada del padre y de la madre que se convierten en la base del cuerpo físico".

                                 Venerable Gueshe Tashi Tsering.


Aquellos gnósticos que buscan la realización de la Gran Obra, deberán unificar la tierra y el cielo, al Padre y la Madre. Venimos a este mundo a través de nuestros padres físicos, estas enseñanzas citadas por el M. Samael y que de modo muy específico enseñan en el bardo todol, así como en las enseñanzas vajrayana, dicen:

“estado intermedio al entrar a través de la coronilla o la boca del padre mientras el padre y la madre se encuentran en unión sexual, emergiendo a través del órgano sexual en el útero de la madre y las dos gotas, blanca y roja encontrándose para que el ser se desarrolle en su forma completa”.

                                      Venerable Gueshe Tashi Tsering.


Una vez concebidos por nuestros padres, las dos gotas, la blanca del padre y la roja de la madre se van separando ubicándose la gota blanca en el chacra sahasrara, junto a la glándula pineal, mientras la gota roja se ubica debajo del ombligo bajo el chacra manipura:

“En el cuerpo hay dos clases de gotas: blancas y rojas. Las gotas blancas son la esencia pura del fluido seminal blanco o semen; y las rojas, la esencia pura de la sangre, y ambas pueden ser burdas o sutiles. Es fácil reconocer las gotas burdas, pero no tanto las sutiles.

La sede principal de la gota blanca, también conocida como bodhichita blanca, es el chakra de la coronilla, y es en este lugar donde se origina el fluido seminal blanco. La sede principal de la gota roja o bodhichita roja es el chakra del ombligo, y es en este lugar donde se origina la sangre. La gota roja en el ombligo también es la fuente del calor del cuerpo y la base de las realizaciones del fuego interno o tummo. Cuando las gotas se derriten en los canales y fluyen por ellos producen una experiencia de gozo”.

                                                Gueshe Kelsang Gyatso. 


La separación de las dos gotas, la blanca del padre y la roja de la madre crea en nosotros el dualismo, no solo en lo físico también en lo psicológico, tal dualismo es la causa del ego y su apego a este mundo. El ego se siente separado de todos y todo, creando la dualidad del tú y el yo, a la vez que el ego con su deseo se aferra y apega a esta existencia del samsara. Si queremos realmente el despertar de la conciencia deberemos entender con perfecta claridad, como se creó y manifestó este mundo, comprendiendo la causa de nuestro apego a esta existencia y todos sus conflictos.

La principal causa del dolor y sufrimiento, así como del placer en este mundo es el apego, el deseo o la lujuria. Los alquimistas occidentales hacen referencia en la primera fase del trabajo alquímico a la materia negra, a la cual Santo Tomas de Aquino se refería como estiércol:

“Más cuando quieras teñir mercurio, toma la teja de plateros de oro, y úntala un poco por dentro con sebo, y pónlo en ella, según la proporción de la medicina, sobre fuego lentísimo y cuando el Mercurio comenzare a humear, echa dentro de tu medicina encerrada en cera limpia, o en papel, y ten carbón encendido fuerte y preparado para esto, y pon sobre la boca de la teja. Y da fuerte fuego, y cuando todo se hubiera liquidado, échalo según las reglas, untada con sebo, y tendrás sol o luna finísima, según la adición del fermento.
Mas si quieres multiplicar tu medicina en el estiércol del caballo. haz esto como boca a boca te enseñé, como sabes, lo cual no te escribo porque sería pecado revelar este secreto a hombres seglares que buscan esta ciencia más por vanidad que por el debido fin y honra de Dios, al cual sea la honra y gloria en los siglos de los siglos. Amén.

                                            Santo Tomas de Aquino.



Este estiércol o materia negra, es producto de nuestro deseo lujurioso, el poder conseguir “sol o luna finísima, según la adición del fermento”, de ese mercurio o “ens seminis” que se puede multiplicar con el estiércol, dependerá de nuestro trabajo psicológico, de nuestra intención de morir psicológicamente, para purificar ese oro y esa plata, donde el Sol Padre y la Luna Madre deberán reconciliarse. En tal reconciliación la dualidad del ego, debe de ser extinguida, eliminada, esto es posible mediante el fuego Kundalini, que unificara la actividad solar y lunar de los canales Ida y Pingala, los canales que son uno solar y otro lunar. Un canal pasivo y el otro activo, el control y estabilidad, así como la unificación dependen de nuestro kundalini; esto es de nuestra capacidad de concentrar todos los vientos o pensamientos, deseos y acciones, dentro de la unidad del Padre-Madre. Previo al despertar y progresivo desarrollo de la kundalini se requiere del adecuado trabajo psicológico sobre sí mismos, para que ello tenga efecto sobre nuestra energía corporal y sutil.


En definitiva, mientras sintamos apego y deseos con su lujuria implícita, no podremos fermentar ni obtener la unidad que todo lo concilia, siendo la conciliación suprema la del amor y la sabiduría, contenidos en nuestro profundo Ser.
Atentamente:

Rafael Pavía.                                    24/07/2017.

1 comentario:

  1. Excelente. Hermano fraterno. Como rosacruz e iniciada en el camino del tantra sexual hace muchos siglos, confieso sus palabras resuenan. Att. Magdala

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