El Karma puede ser individual, familiar, colectivo y mundial. Parece que todos quieran huir del karma porque este nos produce dolor y sufrimiento, aunque también hay karma positivo que nadie rechaza. El Karma pertenece al mundo existencial y relativo, su existencia por tanto es también finita como todo lo existencial, pues todo lo que nace o se crea es destruido o pasa por su final y defunción. El Karma es relativo como es relativo todo lo del mundo existencial.
El V.M. Samael nos dice que el karma es una medicina para el alma, pero son pocos los que quieren curar su alma, son pocos los que quieren aprovechar el karma y su destino, para sanar su alma o psiquis. Un buen Lama decía que su gurú era el karma, siendo esta perspectiva sumamente inteligente y sabia, tal como nos indica el M. Samael. No debemos huir de nuestro mal karma, ni apegarnos a nuestro buen karma, pues todo es pasajero, transitorio. Nos pasamos la vida corriendo huyendo de lo desagradable, y seguimos corriendo buscando lo agradable, así es la existencia dual de nuestro querido ego.
Karma significa “ley de acción y consecuencia”, esta ley afecta a toda la naturaleza a todo el mundo existencial con sus diferentes reinos, mineral, vegetal, animal, humanos, divino, etc. la ley del Karma afecta a todo lo existencial, es decir a toda la rueda del samsara, donde incluimos el reino infernal y el reino de los dioses o nirvana. Siendo la intención de los budas, bodisattvas de compasión, o maestros de la vía directa liberarnos completamente de la rueda del samsara y del sufrimiento.
Somos los únicos responsables de nuestro karma, reconociendo este hecho, no buscaremos escusas, ni se nos ocurrirá responsabilizar a nadie, ni a nuestra familia, ni al gobierno o los políticos, mucho menos a los dioses y a los maestros de la ley. Dice el Maestro Samael que el humanoide apenas tiene libre albedrio, dice, que solo tenemos de libre albedrio equivalente al espacio que queda entre el violín y el estuche del violín, es decir apenas nada. Y eso es así, en tanto en cuanto no tomemos las riendas de nuestro karma y nos dejemos arrastrar inconscientemente por nuestra ignorancia. Lo inteligente es aprovechar nuestro karma para aprender todas las lecciones de la vida, sin huir ni aferrarse a nuestro sufrimiento. Quien reacciona ante el karma es nuestro ego, ignorante e inconsciente, no reconoce que lo que está sufriendo es por su propia causa, porque su voluntad así lo determino.
¿por qué sufrimos? Porque tenemos envidia, porque queremos más de lo que tenemos, por codicia, por vanidad, por orgullo, por lujuria, etc. Todos nuestros defectos psicológicos nos han llevado a tener el destino que ahora vivimos, ¿qué estamos aprovechando? ¿qué estamos cambiando? ¿cuál es nuestra intención, tener un futuro mejor, pero seguir en la rueda de las existencias? ¿tenemos claro lo que queremos hacer con nuestro karma y nuestro destino? Hay quien se interesa por el karma, pero solo para poder tener una existencia más cómoda, más fácil, sin sufrimientos o solo los justitos. Hay unos 500 millones de habitantes del primer mundo que viven con todas las ventajas y beneficios del primer mundo, el resto de los 7.000.000.000 millones de habitantes de este mundo viven en el segundo, tercer, cuarto mundo de la pobreza, la guerra, el hambre, la enfermedad, etc. Y claro uno busca situarse con su karma en el primer mundo y si es posible en el de los dioses, aquellos que les sobra de todo, dinero, dinero y más dinero, ¿hemos reflexionado que queremos hacer con nuestro karma?
El karma debe de ser sabiamente utilizado y luego eliminado. Se dice que el karma deja las semillas de nuestras acciones en un deposito (laya) y que espera a que surjan las condiciones secundarias o circunstancias afines a la activación de dichas semillas. Este depósito no puede ser otro que nuestra mente (según las enseñanzas del Alaya Vijnana, que cita el M. Samael) junto con la conciencia, siendo lo ideal que aprendamos a no dejar huellas, ni semillas del karma en nuestra mente. Ello se consigue aprendiendo a transformar impresiones, de un modo directo o por medio de la meditación. No debemos permitir que en nuestra mente se depositen restos de nuestra actividad diaria; si permitimos que las emociones y pensamientos nos asedien, y nos lleven de un lado a otro, entonces el destino será el caos, el descontrol. Por buena o mala que sea una impresión externa o una emoción que nos pueda surgir debemos de estar suficientemente atentos y lucidos (para ello nos auto-observamos) para que la impresión y su correspondiente reacción o emoción, no afecte a nuestra mente, hay que evitar que deje huella o impresión.
Segundo hay quien se encuentra entre la realidad de este mundo externo y la realidad del mundo psíquico-espiritual, ellos siguen estudiando la naturaleza de su mente y tienen sus dudas y confusiones, las impresiones que les llegan del mundo externo e interno, dejan huellas en una mente dúctil, maleable, flexible, como si las huellas de su destino se escribiesen sobre el corcho, la madera o el papel. Teniendo más fácil deshacerse de las huellas de su destino que si las escribiese sobre una dura roca.
Tercero están los que ya han comprendido la naturaleza de su mente y lo efímero de este mundo, con sus pensamientos y sentimientos mundanales, ellos sí reconocen la naturaleza primaria u original de la mente; por lo que las huellas de las impresiones, emociones y pensamientos, están tan vacías como su propia mente, por lo que dichas impresiones o huellas es como si se escribieran sobre el agua, de modo que conforme escriben se van borrando, en su mente no quedan rastros, como cuando un ave vuela sin dejar rastro de su paso.
Por tanto, este tercer nivel corresponde a los maestros, a aquellos que ya comprenden profundamente que es su Karma, que es su destino y cuál es su responsabilidad, que es toda. Es obvio que dichos maestros son dueños y responsables de su destino, y por ello mismos completamente libres.
Los únicos que pueden perdonar completamente nuestro karma es nuestro Ser, pero para ello la Madre Divina pide comprensión, es decir que despertemos, que nos demos cuenta que los únicos responsables de nuestro karma somos nosotros mismos.
Quedan muchas cuestiones por reflexionar al respecto, pido a los dioses les guíen y les iluminen.
Atentamente:
Quedan muchas cuestiones por reflexionar al respecto, pido a los dioses les guíen y les iluminen.
Atentamente:
Rafael Pavía. 14/10/2016.
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