No es este un tema fácil de abordar, pues existen múltiples formas de frustración espiritual, se puede plantear desde que uno inicia una búsqueda espiritual y no encuentra su camino, pasando por que encuentra su camino y falla en sus diferentes etapas; finalmente llega el encuentro de un logro, de una realización, y se encuentra con una realidad que no encaja con el final esperado.
La frustración espiritual tiene sus raíces en el ego, en el deseo, en la búsqueda de un algo, de un logro, etc., gran parte de nuestro camino espiritual se fundamenta en la esperanza. Esa esperanza suele tener el deseo contenido de nuestro ego. Uno puede esperar alcanzar ciertos sidhis o poderes, como la activación de chacras, o poder ser un jinas y convertirse en jaguar o águila; también puede existir la esperanza de transformarse en un chela o buen discípulo, para seguir y alcanzar la santidad del bakti-yoga, culminando su esperanza en convertirse en un gurú, en un buen maestro, con sus estudiantes y devotos alumnos. Es obvio que la esperanza es necesaria, pues nos impele en la búsqueda, nos motiva para obtener el logro deseado, pero hay que advertir, que la esperanza debe de vivir su transformación, al igual que nuestro ego debe de ser eliminado o transformado totalmente, también nuestra esperanza debe de eliminar sus propios deseos.
En el arte de vivir, debemos experimentar por si mismos el infierno y los cielos, en la ciencia de la vida hay que comprender como construimos nuestro karma, nuestro sufrimiento. Por tanto el camino espiritual no es una huida de la vida, si no todo lo contrario un aprendizaje de la vida. Uno en la vida puede buscar una vida hedonista o placentera asociada con el bien, o por otra parte puede buscar una vida de sacrificio, de arrepentimiento, de dolor buscando su catarsis o purificación; ambas búsquedas deberán hallar la verdad. Y la verdad para quien no esta preparado puede doler, puede ser frustrante, pues la verdad no puede mentir ni equivocarse, nos referimos a la verdad absoluta, aquella que es el origen de nuestro Ser.
La frustración espiritual existirá mientras exista carencia de amor, el amor es capaz de renunciar por completo a sí mismo, en pos de beneficiar a los demás. en el Amor no existe deseo, no existe lo personal, ni lo propio. Por tanto no existe en el amor sufrimiento propio, ni placer propio, no hay propiedades en el amor. Tampoco la verdad absoluta tiene propiedad, porque en el Ser original, primordial, no hay ego, no existe el yo, no existe lo tuyo y lo mío. Así el arte de saber vivir, se convierte en la mayor aventura y experiencia que se puede afrontar.
En el camino espiritual o arte de vivir, haya que aprender a distinguir entre lo falso y lo real, hay entonces que comprender como construimos lo que creemos falso y lo que creemos verdadero. Hay que descubrir como creamos nuestra fantasía o realidad, hay que ver como construimos o creamos nuestros cielos e infiernos, hay que ver y descubrir como nuestros profetas, sabios, guías, maestros, avataras, etc. construyeron, gestaron sus enseñanzas y como se construyeron sus tradiciones. La realidad solo la podemos descubrir en nosotros mismos, y solo descubriendo esa verdad dentro de nosotros mismos podremos ser gnósticos.
Mientras tengamos carencias en el amor, la verdad tendrá sus carencias. Mientras tengamos ilusiones o deseos espirituales, en vez del amor de nuestro Ser original, la frustración puede surgir. En la búsqueda de lo espiritual la paciencia es imprescindible, hasta que descubrimos que solo en lo eterno, es decir más allá del tiempo se puede obtener el encuentro esperado con el Ser. Ir descubriendo la naturaleza propia del Ser nos desvelara la única verdad a nuestro alcance; en esa verdad podremos descubrir lo infinito, lo atemporal, la verdad sin reflejos, etc. Descubriendo la verdad de nuestro Ser descubriremos la mentira de nuestro ego.
Atentamente:
Rafael Pavía. 13/ 10/ 2017.
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