Todos vivimos en nuestro mundo interior, que es el mundo que nos queda por conocer, iniciar el camino del auto-conocimiento es la mayor aventura que se puede emprender. Cualquier aventura externa, como pueda ser subir a los picos mas altos, o explorar las selvas, o sumergirse bajo los mares, resulta insignificante ante el descubrimiento del mundo interno.
¿Cual es la relación entre el mundo exterior e interior? esta es la cuestión más importante que tiene que resolver nuestra propia conciencia en su despertar. Lo primero es ver que tiene mayor importancia, si el mundo exterior o interior; para el ego, es el mundo exterior lo importante, el ego se identifica totalmente con el cuerpo físico y sus sentidos. Por desgracia el ego no sabe como interiorizarse, por lo que debemos de recurrir a nuestra conciencia, que en sí es auto-conciencia. En principio para el ego el mundo exterior tiene mayor peso y realidad que el mundo interior, el cual desconoce; he iniciando la aventura de conocerse, empezamos a valorar nuestro mundo interior.
< En Ain Soph existe una extraña evolución que ni los Dioses ni los hombres conocen. Más allá del Intimo está el Logos o Cristo. Más allá del inefable Anciano de los Días está Ain Soph o el Absoluto. A su exhalación se llama Día Cósmico (Mahamvantara), a su inhalación Noche Cósmica (Gran Pralaya).
Durante la Noche Cósmica el Universo se desintegra en Ain Soph y sólo existe en su mente y en la de sus Dioses, pero lo que en la mente de El y en la mente de Ellos existe, es objetivo en el Espacio Abstracto Absoluto.>
Es decir que al llegar la noche cósmica, todo queda dentro de la mente de El, como unidad del todo y de la mente de Ellos como individualidades sagradas.
Y nos sigue diciendo el V.M. Samael:
< La Prakriti, pues, es el GRAN ALAYA DEL UNIVERSO, la MADRE CÓSMICA, etc. En todo caso, es el PRINCIPIO FEMENINO ETERNO.
Antes de que se iniciara la aurora del Mahavantara, es claro que Sattwa, Rayas y Tamas, las tres Gunas, se hallaban en perfecto equilibrio, no había descompensación alguna; entonces reinaba el Maha-Pralaya, la Noche Cósmica.
En el seno del Eterno Padre Cósmico Común, durante el Maha-Pralaya, los Elohim son meramente átomos divinales, sumergidos entre ESO que no tiene nombre. La alteración de las tres Gunas se debe a que esos átomos primordiales, divinales, o simplemente “Chispas Virginales”, anhelan ser algo, o alguien. Entonces, como resultado, viene el desequilibrio de las tres Gunas en el gran platillo de la Balanza Cósmica; entonces, como resultado, el Karma entra en acción: el Primer Logos inicia el MOVIMIENTO ELÉCTRICO, el TORBELLINO ELÉCTRICO, y los átomos del Universo pasado, que antes dormían en sus CENTROS-LAYA*, despiertan para una nueva actividad. Así es como se inicia siempre la aurora del Mahanvantara.>
“El universo y las tres gunas” Samael Aun Weor.
Conclusión: El mundo exterior es una consecuencia del mundo interior y viceversa, el mundo interior es una consecuencia del mundo exterior. Lo importante, lo realmente importante es reconocer la realidad profunda del Ser, quien es testigo eterno de noches y días, de nacimientos y muertes, de principios y finales. Por ello el Cristo es el Alfa y Omega.
Atentamente:
Rafael Pavía. 4/10/2017.
* Alaya (s): Palabra compuesta de la partícula negativa a, no, y laya, de la raíz verbal lie, disolver. Lo indisoluble, el espíritu universal. Alaya: Alma universal. La consciencia que recoge y conserva las experiencias individuales y colectivas.
Laya: disolución, absorción de la mente, devoción.
En este texto el M. Samael, nos dice que la Madre Divina, cósmica es el Alaya, siendo en realidad la Madre Cósmica como un huevo a semejanza de un deposito, así también se hace referencia al significado de “alaya”, como un deposito de memoria. De modo que la Madre Cósmica es, gestiona y produce: “laya”, “alaya” y “pralaya”. De algún modo la Madre Cósmica es el deposito o memoria de la mente de El y de Ellos.
Conclusión: El mundo exterior es una consecuencia del mundo interior y viceversa, el mundo interior es una consecuencia del mundo exterior. Lo importante, lo realmente importante es reconocer la realidad profunda del Ser, quien es testigo eterno de noches y días, de nacimientos y muertes, de principios y finales. Por ello el Cristo es el Alfa y Omega.
Atentamente:
Rafael Pavía. 4/10/2017.
* Alaya (s): Palabra compuesta de la partícula negativa a, no, y laya, de la raíz verbal lie, disolver. Lo indisoluble, el espíritu universal. Alaya: Alma universal. La consciencia que recoge y conserva las experiencias individuales y colectivas.
Laya: disolución, absorción de la mente, devoción.
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