LOV la otra verdad
Una verdad que no nos agrada ver pero que es real e
ineludible, es que no hay nada que nos pertenezca, ni nuestro cuerpo, ni
nuestro nombre, ni siquiera nuestro espíritu. Pues nuestro espíritu que seria
lo autentico y real en nosotros, no tiene sentido de propiedad; y es que el espíritu
entiende y comprende que todo lo creado tiene un principio y un final, por lo
que nuestro cuerpo físico pertenece mas a su proceso en relación a las leyes físicas
que le atañen que a nosotros mismos. Y nuestro nombre e historia personal solo
puede perdurar un tiempo mas que nuestro cuerpo, pues la memoria temporal es
infiel y caduca pasados los tiempos. Nuestra existencia es fatua, vana,
ilusoria, solo nos queda ampararnos en lo que el avatar Samael nos recordó: “Ser es mejor que existir”.
Buscando la verdad hallaremos al Ser y con ello la sabiduría
implícita en el Ser y su verdad; a nada podemos aferrarnos y sin embargo ello
nos debe de proporcionar la mayor de nuestras alegrías o felicidad, pues
entonces podremos disfrutar de la realidad transitoria de este mundo, sin que
por ello tengamos que sufrir por nosotros mismos. Pues nuestro sufrimiento
viene según Buda de nuestro apego, y según el avatar Samael a lo que mas nos
apegamos es precisamente a nuestro sufrimiento.
Si asumimos la impermanencia de todo lo creado y existente incluyéndonos
a nosotros mismos, podremos disfrutar detenidamente de todo lo que nos rodea, deleitándonos
de cada momento e instante de nuestras vidas, pues sabremos que todo pasa y
nada permanece. Asumiendo esa idea el pasado y el futuro quedan relegados a un
presente constante. Todos los sabios del mundo insisten en vivir el aquí y
ahora, son muchos los motivos y razones por los que debemos asumir la filosofía
de la momentaneidad, escucha tu corazón …
Rafael Pavía 11-11-2015.
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