miércoles, 11 de noviembre de 2015

LOV  la otra verdad

Una verdad que no nos agrada ver pero que es real e ineludible, es que no hay nada que nos pertenezca, ni nuestro cuerpo, ni nuestro nombre, ni siquiera nuestro espíritu. Pues nuestro espíritu que seria lo autentico y real en nosotros, no tiene sentido de propiedad; y es que el espíritu entiende y comprende que todo lo creado tiene un principio y un final, por lo que nuestro cuerpo físico pertenece mas a su proceso en relación a las leyes físicas que le atañen que a nosotros mismos. Y nuestro nombre e historia personal solo puede perdurar un tiempo mas que nuestro cuerpo, pues la memoria temporal es infiel y caduca pasados los tiempos. Nuestra existencia es fatua, vana, ilusoria, solo nos queda ampararnos en lo que el avatar Samael nos recordó: “Ser es mejor que existir”.

Buscando la verdad hallaremos al Ser y con ello la sabiduría implícita en el Ser y su verdad; a nada podemos aferrarnos y sin embargo ello nos debe de proporcionar la mayor de nuestras alegrías o felicidad, pues entonces podremos disfrutar de la realidad transitoria de este mundo, sin que por ello tengamos que sufrir por nosotros mismos. Pues nuestro sufrimiento viene según Buda de nuestro apego, y según el avatar Samael a lo que mas nos apegamos es precisamente a nuestro sufrimiento.

Si asumimos la impermanencia de todo lo creado y existente incluyéndonos a nosotros mismos, podremos disfrutar detenidamente de todo lo que nos rodea, deleitándonos de cada momento e instante de nuestras vidas, pues sabremos que todo pasa y nada permanece. Asumiendo esa idea el pasado y el futuro quedan relegados a un presente constante. Todos los sabios del mundo insisten en vivir el aquí y ahora, son muchos los motivos y razones por los que debemos asumir la filosofía de la momentaneidad,  escucha tu corazón …
Rafael Pavía               11-11-2015.






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