Gnosis el correcto arrepentimiento.
Según las investigaciones se dice: “El Nuevo Testamento fue escrito en lengua griega koiné. En él se cita con frecuencia al Antiguo Testamento de la versión de los Setenta, traducción al griego del Antiguo Testamento realizada en Alejandría (Egipto) en el siglo III a. C.”. (wiquipedia).
Cuando se hace la traducción del griego al latín, la palabra “metanoia” se traduce como “arrepentimiento”, siendo la traducción literal de metanoia “cambio de mente”, o de meta, más allá y nous, de la mente. El cambio de mente se entiende como un cambio de dirección de nuestro entendimiento y nuestra forma de pensar, como un arrepentimiento al comprender que uno estaba equivocado.
El arrepentimiento es entonces un cambio de la agnoia o ignorancia (agnoia: es un sustantivo femenino que tiene como significado una voz utilizada en Grecia que quiere decir la falta de conocimiento, incultura, desconocimiento, ignorancia, analfabetismo, inconsistencia y de entendimiento. Etimología: Este vocabulario en su etimología proviene del griego “αγνοια” (agnoia) que quiere decir ignorancia, del mismo significado y componente de “αγνοιηω” (agnoieō) yo ignoro.).
Cristo es: “El camino, la verdad y la vida”, y como él decía buscad la verdad y ella os hará libres. Para hallar la verdad y la gnosis debemos cambiar nuestra manera de pensar, debemos de ir más allá de nuestra mente ordinaria y activar la mente interior o profunda mediante un acto de autoconciencia de sí mismos. Cuando Jesús entra en Jerusalén montado sobre un burro, simboliza que él está más allá de su mente ordinaria, que él ya ha hecho el acto de arrepentimiento o metanoia, por tanto, es poseedor de la verdad y la gnosis.
Mientras mantengamos nuestra conciencia sujeta al dualismo de la mente, nuestro arrepentimiento nuca cesara. Hay que conocer la totalidad de la mente o a nosotros mismos, para dejar de caer en la trampa de justificar o condenar nuestros actos, sentimientos y pensamientos. El Acto de arrepentimiento es un acto de comprensión y para comprendernos hay que conocer la naturaleza de la mente en toda su profundidad y amplitud, hay que conocer la mente en su dimensión física, psíquica y espiritual. El Maestro Samael nos dice que condenar o justificar no significa comprender, y nos indica el Maestro Samael que debemos de cambiar nuestra manera de pensar, recordándonos que no podemos meter “vino nuevo en odres viejos”.
La perfección, la suma pureza o el mismo amor no pertenecen a este mundo, tal perfección, pureza o el amor son algo innato, son cualidades o naturalezas preexistentes, no nacidas, son cualidades eternas, atemporales; esto que significa pues que nosotros no podemos crear, construir o desarrollar tales virtudes, pues estas ya son, estuvieron y seguirán siendo. Nuestra mente dual u ordinaria es incapaz de comprender tal perfección o amor incondicional, con su innata pureza, es por ello necesario la metanoia, el arrepentimiento o nuestra transformación o cambio en el modo de pensar. Este cambio solo es accesible mediante la conciencia superlativa del Ser, es decir debemos comprender que nuestra propia naturaleza es innata, que nuestro Ser es preexistente, atemporal, en tal comprensión debemos entender que nada en este mundo manifestado puede alcanzar la perfección, pues todo lo creado y todo lo existente es finito, se extinguirá, y en esa condición no puede haber perfección, ni pureza, ni puede sostenerse el amor eterno.
La mente dual nos engaña constantemente, pues genera al yo, al ego que siempre es dual, pues donde hay un yo hay un tú, y por tanto una separación, una frontera que separa nuestra realidad personal de una realidad universal, total y absoluta. El yo crea su propia parcela de un modo fantástico, subjetivo irreal, creyendo que su realidad es la auténtica, aunque permanezca desconectado de la plena realidad del universo. El yo es dual y egocéntrico y con tal dualidad por mucho que nos esforcemos por arrepentirnos, nuca podremos salir de nuestro propio autoengaño.
El yo o mente dual plantean su realización espiritual en base a un sueño, a una irrealidad, debatiendo constantemente junto a la emoción y a los deseos, sobre lo perfecto y lo imperfecto, lo puro y lo impuro, lo santo y lo diabólico; la mente ordinaria es incapaz de salir de la dualidad del bien y del mal, por ello su arrepentimiento se hace interminable, pues parte de una visión errónea. La metanoia o arrepentimiento nos debe de sacar de ese error, de ese círculo vicioso en el que nos atrapa el yo metidos en el bien y el mal, en la satisfacción e insatisfacción, la metanoia nos debe de sacar de una mente ordinaria y dual (mente sensual e intermedia) a una mente de unidad (mente interior), una mente activada con la conciencia superlativa del Ser.
Atentamente:
Rafael Pavia. 11/ abril/ 2017.
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