Sabemos los gnósticos la importancia del Mercurio, no solo en lo que se refiere a la energía sexual, sino también Mercurio como mente.
El planeta Mercurio cercano al Sol se convierte en su mensajero, por lo que recibe del Sol y transmite al resto del sistema solar, recibiendo también de los demás planetas para transmitir al Sol. Por ello Mercurio-Hermes se convierte en el mensajero de los Dioses.
Cuando se transmuta la energía sexual, mediante la alquimia o el pranayama, se consiguen ciertos beneficios como calma mental, una octava superior de vibración, incluso se puede alcanzar cierto vacío (silencio) o el pleno vacío como lo atestigua el propio M. Samael. Siendo la calidad de lo transmutado el estado en que se encuentra nuestro Mercurio sexual, dependiendo así la energía sexual, de nuestro estado mental.
Tanto en el trabajo alquimista, como en el del pranayama, lo que aporta calidad es nuestro Mercurio mental, este mercurio podrá ser negro, blanco, amarillo o rojo según su calidad. Influyendo directamente nuestro Mercurio mental, sobre nuestro Mercurio sexual.
Así como la transmutación sexual repercute en nuestro estado físico y mental, así también repercute nuestro estado mental sobre la energía sexual. Siendo el mejor modo de mejorar nuestro Mercurio sexual, tener una mente pura, vacía, carente de deseos, en silencio. Si nuestro Mercurio mental es negro, así será nuestra energía sexual, si es blanco nuestro Mercurio mental, nuestro Mercurio sexual será blanco; y si nuestro Mercurio mental es amarillo o rojo, así será nuestro Mercurio sexual amarillo o rojo.
Es obvio que cuando nuestra mente adquiere el estado contemplativo y permanece en tal estado, el Mercurio sexual mejora y eleva su calidad.
El caduceo de mercurio y su sabiduría:
El caduceo de Mercurio o Hermes, conecta lo de abajo y lo de arriba, conecta las fuerzas instintivas con la mente, o, lo inferior con lo superior.
El centro instintivo (Muladhara) y el centro sexual (Swadhistana) están íntimamente ligados. Estos centros se posicionan en lo sensual, en lo sensitivo, lo que les lleva a relacionarse con el mundo exterior, con todos sus sentidos, sensaciones, placeres y también dolor. Tanto el centro motor, como instintivo-sexual, son centros que identificamos con lo físico-material, en cambio el centro emocional e intelectual, se consideran en un ámbito psíquico; encontrándose más allá de lo emocional e intelectual lo espiritual. Siendo Hermes-Mercurio, el mensajero, el mediador, entre todas las diferentes partes, del Ser, de los centros, de los chacras, de: arriba y abajo, de fuera y dentro, de inferior y superior, etc.
Por tanto, Mercurio-Hermes, es semejante e igual a todo el espacio donde experimentamos la vida; el Mercurio es nuestra misma mente y nuestra misma energía sexual. El caduceo de Mercurio-Hermes, abarca toda nuestra fisionomía física, psíquica y espiritual, unificando y comunicándose con todas las diferentes partes de nuestro Ser. Así, también unifica lo exterior e interior, lo de arriba y abajo, lo superior e inferior, etc.
Cuando nuestro Mercurio mental se acostumbra al silencio, al vacío, a la carencia de deseos, logra el estado de contemplación, adquiriendo el Mercurio mental la condición idónea, para que nuestro Mercurio sexual obtenga la mejor calidad; facilitando así que los colores del mercurio pasen del negro al blanco, siguiendo el amarillo y rojo.
Cuando el Mercurio mental, adquiere su condición natural y su cualidad contemplativa, la parte superior del caduceo que parte del corazón (chacra Anahata) prolongándose desde allí, hacia arriba sobre el verbo (visudha), siguiendo sobre lo profundo de la mente o mente interior (chacra Ajna y Sahasrara), permite que el amor y la luz del Ser, se active, en el mismo fuego Kundalini.
El efecto del Mercurio mental en su estado natural y contemplativo, permite que la energía dual de los canales Ida y Pingala, esto es lo solar y lunar, lo activo y pasivo, lo femenino y masculino, se unifiquen en el fuego Kundalini. Permitiendo que el Mercurio mental se estabilice en su condiciona natural y contemplativa. Esto es, estabilidad en el silencio, el vacío, en la carencia de deseos; lo que nos permite activar la intuición, la mente interior con la conciencia superlativa del Ser.
Finalmente la unión del “Todo-Uno” es la consecuencia del sabio uso del Mercurio mental y del Mercurio sexual, que son idénticos en su naturaleza, siendo la consecuencia del sabio uso del Mercurio-Hermes el despertar y estabilidad del “Fuego Kundalini”, donde la unión del “Todo-Uno” se realiza.
Atentamente:
Rafael Pavia. 30/05/2018.
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