Todas las diferentes dimensiones del espacio, ya sean vistas desde la ciencia física con sus actuales teorías de las cuerdas, que nos dicen que deben de existir como unas diez o más dimensiones, como desde la visión del esoterismo, la teosofía, la cábala, las religiones con sus infiernos y cielos, etc. con todo ello hay que reconocer la multiplicidad de las dimensiones del espacio. Estas dimensiones están si o si, vinculadas con nuestra conciencia, es decir que, si nuestra conciencia no tuviera la opción de concebir las dimensiones espaciales, ni podría idear, ni investigar, ni percibir, ni experimentar dichas dimensiones. Por tanto, es obvio que las diferentes dimensiones de la naturaleza existen, el planteamiento teórico sobre las dimensiones del espacio solo es apto para los físicos teóricos, mientras que las otras perspectivas pueden ser más accesibles, en el esoterismo hay mucha documentación y repertorio al respecto, pero insistimos solo mediante nuestra conciencia podríamos explorar y comprender la función de tales dimensiones.
Tomando conciencia de la creación o gestación de la existencia y de su disolución, encontraremos la función de las dimensiones del espacio, pues las dimensiones permiten que, desde lo más sutil, es decir la substancia primigenia, se vaya cristalizando y formando todo lo existente. La substancia primigenia en el esoterismo es el electromagnetismo del Éter, lo que se denomina como Akash, equivalente al tattwa, vibración o sonido. Todo surge en su sutileza desde el verbo, por ello dice el evangelio de Juan que: “en el principio fue el verbo y que por él fue todo hecho”. El electromagnetismo de hombre y mujer, se contiene en el verbo, en la palabra, esto es la vibración que se emite y se recibe como una frecuencia vibratoria, es lo que hace que el poder del verbo pueda crear. De la vibración o tattwa la substancia primordial pondrá en movimiento el aire, el halito divino, se pondrá en acción produciendo calor, de donde surgirá el fuego; de la combinación de fuego y aire, surgirá el vapor y la condensación del agua. Y del agua surgirá la vida que conocemos con el surgimiento de los elementos físicos o terrestres.
Todas las dimensiones del espacio, son una única dimensión, que se percibe en nuestra misma experiencia, aunque nuestra inconciencia o ignorancia, no entienda ni comprenda el proceso, ya que por un lado nuca nos hemos preocupado al respecto; pero si ahora nos interesa conocer este misterio, sencillamente hay que dedicarse a observar nuestra realidad, y a comprobar lo que las tradiciones, en este caso hemos citado la tradición de oriente con su raja-yoga y kundalini-yoga, nos dicen al respecto.
En la tradición de la cábala, vemos como existen diez emanaciones, que explican todo el proceso de creación, que luego se recorrerá inversamente en su disolución; también las diez emanaciones se unifican en la totalidad o unida del Ser, todo se experimenta en nuestro Ser y es por medio de la autoconciencia, que podremos experimentar, percibir o vivenciar la misma realidad una, del Ser. De hecho, existe una correlación entre las emanaciones del Ser en el árbol de la vida y los chacras (Muladhara-Malkut, Svadhistana- Yesod, Manipura- Hod y Netzah, Anahata- Tipheret, Visudha- Geburah y Chesed, Ajna- Binah y Chonah, Sahasrara- Keter). Pero lo importante no es hallar una correlación exacta entre perspectivas de diferentes tradiciones, lo importante es vivir y experimentar en nosotros mismos, lo que a nosotros mismos nos sucede, es así de sencillo, lo único que requiere esta vivencia es dedicación, trabajo en investigarnos, en conocernos, en ver nuestra vida y nuestro Ser.
Tengamos presente que todas las dimensiones espaciales que conceptualizamos, en nuestras teorías, creencias o tradiciones, viene a disolverse, cuando nuestra misma conciencia se diluye entre sus elementos y emanaciones, para quedarse suspendida en un vacío existencial donde solo la conciencia propia del Ser, queda. Este es un estado donde solo la luz puede reconocerse a sí misma, sin reflejos, sin imágenes, sin proyecciones o creaciones; solo la luz del Ser debe bastarse para reconocerse, entonces se descubre en verdad el espacio abstracto absoluto, ilimitado, infinito, insondable, ahí todo es Uno indivisible. La verdad en toda su dimensión se muestra en la luz increada del espacio abstracto absoluto, entonces veremos la vida tal cual es, sin proyecciones subjetivas, ni creencias sin comprobar, ni especulaciones posibles.
Atentamente:
Rafael Pavía. 9/9/2017.
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