Es muy posible que todos los sustentadores de las diferentes tradiciones espirituales se vean en la actualidad desbordados, por los cambios que la sociedad ha dado en el siglo XX y el presente siglo XXI; el viejo Tíbet, el zen japonés, el yoga hindú, etc., en general las culturas de oriente están viviendo una occidentalización, en todos los diferentes aspectos de su vida incluyendo la espiritual. Ya ningún país ni cultura se mantiene aislado, todas las culturas han recibido la influencia de unos y otros. El modo de vida occidental y su sistema económico y de vida se impone en todo el mundo, la televisión, internet, y todos los medios de comunicación han permitido la interculturalidad. Occidente se vio influenciada por las doctrinas orientales del budismo zen, del budismo tibetano y como no del yoga y el vedanta del hinduismo, etc. y parece que toda doctrina espiritual se deba acoplar al sistema occidental de vida. También el cristianismo ha padecido la vorágine de los tiempos modernos, suelen las religiones ser el aspecto tradicional de toda civilización y su tendencia es conservadora; pero la sociedad suele superar y ha superado la tradición cambiando moldes y viejas costumbres con sus tradiciones, lo que es evidente es que la espiritualidad mundial está en crisis, pues no existe una espiritualidad válida para las necesidades contemporáneas.
La corriente del “new age” o nueva era que intenta sintonizar con la reciente era astrológica de acuario, pero carece de base y es un ejemplo de desorientación, de pérdida del norte o rumbo pues son tantas las variedades de estilos y propuestas espirituales surgidas en la new age, que muestran el caos y confusión actual, lo defectuoso de las corrientes new age son su superficialidad. Entonces hoy nos encontramos con una tradición caduca y con una tendencia new age incapacitada para afrontar la necesidad espiritual contemporánea. Sin embargo, no deja de haber una necesidad e inquietud espiritual, en palabras de C.G. Jung:
“Tenemos hoy, en la masa anónima, un movimiento gnóstico que psicológicamente corresponde, de manera exacta, al de hace 1.900 años. Entonces, al igual que hoy, peregrinos solitarios como el gran Apolonio, tienden los hilos espirituales desde Europa hasta Asia, quizás hasta la India lejana”.
CARL GUSTAV JUNG Y R. WILHEIM. “El Secreto de la Flor de Oro”.
Esa masa de anónimos que conforman un movimiento gnóstico obviamente anónimo, son la esperanza espiritual. Estos gnósticos son infatigables buscadores de la verdad, en ellos se conjuga el saber de la tradición y el ser que los alienta en su realización intima. Este movimiento gnóstico carece de instituciones, sociedades, o entidades que los representen, ya que son anónimos; pues todo gnóstico es en esencia un trabajador solitario que buscara a su maestro interior, reconociendo que la luz solo se puede adquirir en el conocimiento profundo de sí mismo.
- Adquirir una buena cultura espiritual de oriente y occidente.
- Buscar las enseñanzas que nos lleven a nuestro maestro íntimo.
- Conocer y practicar el tantra supremo o alquimia sexual.
- Adquirir la compasión y amor por la humanidad.
- Saber disolver el yo mundano portador de nuestra ignorancia e inconciencia, en aras del Ser trascendente.
- Dejar los sectarismos, dogmatismos, fanatismos religiosos, en pos de lo universal y del común denominador.
Hoy en día no puede prevalecer ninguna tradición espiritual ni esotérica sobre otra, por lo que el fanatismo religioso es extemporáneo, lo adecuado es conocer las diferentes tradiciones de oriente y occidente mediante una adecuada cultura espiritual. Hay que evitar el seguidismo doctrinario y de los gurús o maestros, pues las tradiciones espirituales y sus sustentadores están en decadencia e inadaptados a las necesidades espirituales actuales. Por otro lado, lo que nos interesa es nuestra realización intima, encontrar nuestra sabiduría interior, a nuestro real Ser o maestro interior. Hay necesidad de conocer y en la medida de lo posible practicar el tantra superior o alquimia sexual pues quien adquiere el conocimiento sabe que el trabajo interior no solo consiste en psicología y filosofía, sino que debe de incluirse una transformación psíquica y energética o mutación que valide los cambios o transformaciones espirituales. Finalmente es necesaria la compasión que nos permita validar nuestro saber o conocimiento.
La falta de cultura espiritual nos lleva a ver innumerables casos de desorientación espiritual, pasando por aquellos que caen en lo superficial en una espiritualidad trivial como suele suceder en la corriente new age, y por otro lado vemos gente que se somete a disciplinas férreas sin saber a qué o donde llevan. Los riesgos y afecciones espirituales hoy son múltiples y se deben de conocer, Ken Wilber habla de estos riesgos espirituales y los problemas que pueden ocasionar.
Atentamente:
Rafael Pavía. 27/06/ 2017.
Notas:
1- Dzogchen: Camino de la Gran Perfección, enseñanzas que corresponden a la tradición tibetana, corresponden al nivel Ati-yana, es decir enseñanzas que corresponden a la conciencia primigenia o absoluta. Su práctica principal es la contemplación no dual pasiva-activa.
2- Advaita: literalmente “no dualidad”, son enseñanzas del vedanta, su práctica es la indagación constante de sí mismo para establecerse en la conciencia no dual.
3- El tantra supremo o alquimia sexual nos ejercita para trascender la dualidad y alcanzar la unidad del Ser.
4- Gnama-yoga: yoga del conocimiento se asienta en la conciencia del Ser absoluto, más allá de toda dualidad.
5- Cristianismo hermético o rosacruz: enseñanzas esotéricas de la tradición occidental, que se fundamentan en la gnosis. Su objetivo la encarnación del Ser Absoluto que trasciende la dualidad separatista del yo y el tú.
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