Guru-yoga fidelidad y cumplimiento.
La práctica del gurú-yoga, es imprescindible en el camino espiritual y en la búsqueda de la gnosis.
La práctica del gurú yoga, practicada en la tradición de oriente, consiste en lo siguiente: primero visualizamos a nuestro maestro, ya sea el V.M. Samael, el Maestro Jesús, Buda, o cualquier maestro del que se tenga certeza de ser un verdadero maestro. Primero lo visualizamos, podemos apoyarnos en una imagen previamente, luego de forma mental procuramos visualizarlo; una vez formamos la imagen del maestro, con toda veneración trazamos un hilo de conexión entre el corazón del maestro y el nuestro, hecha la conexión, empezamos a ver la imagen del maestro toda en luz, seguidamente toda la luz del maestro recorre el hilo de conexión de corazón a corazón. El maestro se disuelve todo en luz, llegando toda la luz a nuestro corazón. De ese modo la imagen externa del maestro se convertirá en nuestra luz interior, conectando la luz de nuestro maestro íntimo, con la luz de nuestro gurú. Las dos luces son idénticas, lo importante es que la luz que viene de fuera, active la luz que viene de dentro. La idea de la práctica se aclara y sintetiza en lo dicho por el V.M. Samael:
“Nosotros somos postes de indicación, así que no se apeguen a nosotros, porque nuestra labor no es proselitista. Indicamos con pensamiento lógico y concepto exacto el camino a seguir, para que cada cual llegue hasta su Maestro Interno, el que mora en silencio dentro de cada uno de ustedes”.
Al ver la imagen del maestro primero externamente, y luego remitir la luz a nuestro interior, la propia imagen del gurú se disuelve en luz, dejando atrás los apegos a las formas, y evitando el seguidismo.
Son muchos los que son fieles a sus maestros, y siguen al pie de la letra todo lo que su maestro les enseño, sin embargo, eso no significa que cumplan propiamente con las enseñanzas. No es lo mismo crear una religión entorno a un maestro, que seguir al maestro. Seguir al maestro no solo consiste en ser fiel a él, evitando toda traición consciente o inconscientemente; seguir a un maestro exige cumplir con sus designios, lo que equivale a realizar el propio camino que hizo el maestro, llegando cada cual a su maestro íntimo.
Son muchos los que son fieles al maestro, pero incapaces de cumplir con sus designios, no son capaces de practicar eficientemente los tres factores de la revolución de la conciencia, como dijo Jesús: “quien quiera venir en pos de mí, niéguese, tome su cruz y sígame”. Estos son los tres fundamentos de la revolución de la conciencia, que nos devela el Maestro Samael, como: 1) negarse, es morir psicológicamente en nuestros defectos. 2) Tomar la cruz, es nacer o crear los cuerpos existenciales del Ser, nuestra alma, mediante la alquimia sexual. 3) seguir al Cristo, que es sacrificarse por la humanidad. Estos tres factores deben de cumplirse independientemente de nuestras condiciones, cada cual debe de cumplir en sus opciones, para poder con paciencia y humildad, cambiar y mejorar cada vez mejor nuestras opciones del camino.
Los tres factores de la revolución de la conciencia, deben de aplicarse con sabiduría y amor, mediante el equilibrio entre Ser y Saber. Siendo el designio a cumplir despertar conciencia y auto-realizarse, encarnar al Ser interior profundo de cada cual. Si alguien es muy fiel a su maestro, pero ha sido incapaz de activar o despertar su conciencia, ni de dar un paso adecuado hacia su realización intima, de que le sirve ser fiel a su maestro, si no cumple con sus designios.
Confundir la fidelidad al maestro con los designios que él nos da, provoca muchas veces fanatismo, dogmatismo, rigidez doctrinaria, etc. se llegan a convertir en esos tibios que cita el Cristo en el Apocalipsis 3: 15`Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16`Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Muchos justifican su incapacidad o tibieza en el camino, con la fidelidad; si, son fieles a las enseñanzas de su maestro, pero no las cumplen, se limitan a generar en torno a su maestro una seudo-religion, en la que ellos mismos no cumplen con los propósitos de las enseñanzas.
En cambio, cuando alguien cumple con los designios y propósitos de la enseñanza de su maestro, le es fiel, realmente le sigue. Ello le genera tal Fe y confianza, que no repara en los celos, envidias, prejuicios, dogmatismos, ofuscaciones, manías, obsesiones, fantasías ignorantes, etc. de aquellos tibios, incapaces de cumplir. El que realmente cumple con los propósitos del camino y va despertando y uniéndose a su Ser en el camino iniciático, mantiene un correcto equilibrio entre el Ser y el Saber, nuca podrá caer en el escepticismo, ni en el fanatismo ciego de los tibios.
La conexión con un maestro aumenta no según la fidelidad, pues la fidelidad puede surgir desde los inicios, desde que se reconoce a un maestro autentico, que llegará a nuestros corazones, dándonos alivio y luz a nuestra conciencia; La conexión aumentará no por la fidelidad, si no por el cumplimiento de su obra, de sus designios, propósitos, ello si dará validez a una relación de conciencia a conciencia, de luz a luz, de alma a alma, entre maestro y discípulo.
No he sido ajeno a los miedos, temores, fanatismos, prejuicios, etc. de este camino, que creo existen en exceso, por mi piel han pasado los valores y atributos de los tibios, por ello doy gracias a mi gurú, a mi maestro que me ayudo a encontrar el valor, la determinación, el impulso, para no solo ser un fiel seguidor suyo, si no para andar este camino y cumplir con el deber de un gnóstico.
Atentamente:
Rafael Pavía. 20 de junio de 2016.